Según informó hoy el Ministerio de Interior en un comunicado, el jefe de esta célula mantenía vínculos estrechos con los dirigentes del EI y coordinaban juntos la incorporación de combatientes voluntarios a las zonas de conflicto en Irak y Siria para someterles a sesiones de adiestramiento sobre el uso de armas sofisticadas en los campos de esta organización terrorista.

Esta operación fue llevada a cabo por la nueva Oficina Central de Investigaciones Judiciales, dependiente de la Dirección General de Vigilancia del Territorio (espionaje interior) y que engloba a la policía judicial, indicó la misma fuente que no ofreció detalles sobre el número de los miembros que integran esta célula.

Los miembros de esta célula, que juraron fidelidad al autoproclamado califa del EI, Abu Bakr al Bagdadi, habían recibido “importantes” cantidades de dinero desde el extranjero y que destinaron a financiar el desplazamiento de sus combatientes a los campos de tensión en Irak y Siria, añadió la misma fuente.

El pasado 23 de marzo, la policía marroquí desmanteló una célula que se hacía llamar Estado Islámico en Magreb al Aqsa-Descendientes de Yusef ben Tachfine, activa en nueve ciudades del país magrebí, así como confiscó una importante cantidad de armas y munición.

Marruecos incrementó desde el año pasado sus medidas de seguridad de carácter disuasorio con la adopción de enmiendas legislativas antiterroristas, el despliegue de cuerpos especiales “Hadar (prevención)” en los diferentes puntos estratégicos del país o los desmantelamientos de múltiples células yihadistas de captación y envío de combatientes al EI.

Según las estadísticas oficiales, un total de 1.354 marroquíes combaten en las filas de grupos terroristas en las zonas de tensión, de los que 246 murieron en Siria y 40 en Irak, y otros 156 personas volvieron a Marruecos.