Una mujer brasileña reencuentra a su hijo 21 años después de haberlo dado en adopción

03/08/2017 - 5:31 pm

Sandra Aparecida, de 39 años,  ya tenía otros cuatro hijos cuando nació Leandro, tuvo que entregárselo a una familia para que lo cuidara, aunque señaló la madre que siempre estuvo al día sobre la vida de su hijo.

Aparecida entregó a Leandro a una familia a los pocos meses de nacer porque no tenía condiciones económicas para mantenerle. Foto: Pixabay/Ilustrativa

Río de Janeiro, 3 agosto (EFE).- Una mujer brasileña reencontró a un hijo que había dado en adopción cuando era bebé, hace 21 años, mientras trabajaba en una chatarrería del sur de Brasil a la que el joven se acercó a pedir empleo.

Según divulgó el portal G1, Sandra Aparecida, de 39 años, reconoció inmediatamente a su hijo, Leandro dos Santos Rosa, de 22 años, cuando llegó a la Cooperativa de Chatarreros de Materiales Reciclables (Cocamare) de Nova Esperança, en el estado de Paraná (sur de Brasil).

Aparecida entregó a Leandro a una familia a los pocos meses de nacer porque no tenía condiciones económicas para mantenerle.

“Me fijé en él y lo reconocí. El corazón de madre no se engaña”, dijo la mujer, que durante todo este tiempo, conservó una foto de su hijo, recién nacido, como recuerdo.

Tras reconocerle, Aparecida se pasó tres días sin comer, por los nervios y ansiedad.

“Lo comenté con una amiga y le pedimos (a Leandro) que trajera una foto de su infancia. No podía ser otro. Gracias a Dios esta historia tuvo un final feliz”, agregó.

La mujer, que ya tenía otros cuatro hijos cuando nació Leandro, tuvo que entregárselo a una familia para que lo cuidara, aunque siempre estuvo al día sobre la vida de su hijo.

“No tenía condiciones de educarlo. No las tenía. Tuve que dar mi hijo”, lamentó Aparecida, que en la época trabajaba en las cosechas de mandioca y naranjas.

Con el paso del tiempo, la familia adoptiva de Leandro se cambió de casa y la madre biológica, que también se había mudado de domicilio, perdió su contacto.

Ahora, Aparecida trabaja a pocos metros de su hijo, en la cooperativa de reciclado, donde cobran un salario de unos 800 reales (unos 250 dólares).

“Este trabajo rindió. Ahora, en vez de una, tengo dos madres”, explicó el joven, quien también tiene cuatro nuevos hermanos, sobrinos y que a partir de ahora solo quiere “ser feliz, tener salud y estar en paz, pero juntos” con su reencontrada madre.

en Sinembargo al Aire

Opinión

Opinión en video

más leídas

más leídas