La Gran Nube de Magallanes permite a astrónomos estudiar la irregularidad de las galaxias

08/08/2013 - 1:00 am

Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- El Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en inglés) obtuvo imágenes de una región de formación de estrellas en una de las galaxias satélite de la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes, una galaxia caótica cuyo colorido y cercanía sirven para que los astrónomos puedan estudiar mejor la interacción entre estos conjuntos estelares.

La imagen revela dos peculiares y brillantes nubes de gas, la rojiza NGC 2014 y su vecina azulada NGC 2020. a pesar de sus diferencias visibles, ambas fueron esculpidas por potentes vientos estelares procedentes de estrellas recién nacidas extremadamente calientes que también irradian el gas, provocando que brille de forma intensa.

La imagen fue captada por el VLT, instalado en el Observatorio Paranal, en Chile. Pero incluso sin la ayuda de los telescopios de este tipo, se puede distinguir una mancha borrosa que –a primera vista– parece ser tan solo una nube de la atmósfera de la Tierra, si se da un vistazo hacia la constelación austral de Dorado (El Pez Espada o el Delfín) en una noche limpia y oscura.

Vistas por el explorador Fernando de Magallanes durante su viaje al hemisferio sur en 1519, de regreso a Europa su tripulación dio a conocer la existencia de ese par de nubes, luego de que el portugués falleciera en Filipinas antes de terminar su viaje, razón por la cual fueron bautizadas más tarde con su apellido.

Sin embargo, el par de pequeñas galaxias ya había sido observado antes tanto por exploradores como por observadores europeos en el hemisferio austral, aunque nunca informaron de esta presencia en los cielos del sur del planeta.

Foto: ESO
Foto: ESO

Por su parte, la Gran Nube de Magallanes (LMC por sus siglas en inglés) produce nuevas estrellas de manera activa e incluso algunas de sus regiones de formación estelar como la Nebulosa de la Tarántula, por ejemplo, pueden verse a simple vista desde la Tierra.

A pesar de esto, existen otras regiones más pequeñas que los telescopios pueden mostrar con un alto nivel de detalle. En este caso, la nueva imagen del VLT explora a una extraña pareja incompatible, conformada por las nubes NGC 2014 y NGC 2020.

NGC 2014 Les una resplandeciente nube color rosa, compuesta casi en su totalidad por hidrógeno, que contiene un cúmulo de estrella jóvenes calientes. La fuerte radiación que emana de esas nuevas estrellas arranca electrones de los átomos del gas del entorno, ionizándolo y produciendo un característico brillo rojo que le brinda esa apariencia rosada.

Sin embargo, además de esa fuerte radiación, las estrellas jóvenes masivas también producen potentes vientos estelares que al final hacen que el gas del entorno se disperse.

Justo a un lado del cúmulo principal se encuentra una brillante estrella muy caliente que parece haber comenzado este proceso, creando una cavidad que aparece rodeada por una estructura en forma de burbuja: la nube NGC 2020.

En este caso, el misterioso color azulado de esta nube, tiene también su origen en la radiación emitida por la estrella caliente, sólo que aquí ocurre por ionización del oxígeno en lugar de hidrógeno.

La diferencia de color entre NGC 2014 y NGC 2020 es el resultado tanto de la diferencia en la composición química del gas del entorno como de la temperatura de las estrellas que hacen que estas nubes brillen. Por otro lado, en esto también tienen su influencia las distancias entre las estrellas y las respectivas nubes de gas.

En términos astronómicos, la Gran Nube de Magallanes está bastante cerca a la Vía Láctea, a una distancia de aproximadamente 163 mil años. Por esta razón se convierte sea un objetivo muy importante para los astrónomos, ya que permite su estudio con mucho más detalle que otros sistemas.

Por otra parte, a pesar de que a escala humana la Gran Nube de Magallanes sea inmensa, contiene menos de un décimo de la masa de la Vía Láctea y abarca únicamente unos 14 mil años luz de extensión, comparados con los aproximadamente 100 mil años luz de nuestra galaxia.

Por esta razón, los astrónomos la califican como una galaxia enana irregular. De esta manera, su irregularidad –combinada con su prominente barra central de estrellas– sugiere que su forma caótica puede haber sido originada por las interacciones con la Vía Láctea y otra galaxia cercana, la Pequeña Nube de Magallanes.

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