Descifran los primeros genomas de serpiente; estudio afirma que el veneno de la cobra es un arma contra el cáncer

09/12/2013 - 12:30 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 9 de diciembre(SinEmbargo).- Las serpientes y su veneno despiertan la precaución de muchos, que, sin saber demasiado del tema, conocen los riesgos que rodean la confrontación con estos animales. De esta manera, el arma química letal para capturar a presas y protegerse de enemigos, convierte a especies como la cobra en uno de los seres más temidos sobre la Tierra. Sin embargo, las bases genéticas de las neurotoxinas de esta serpiente, capaz de matar a un elefante, podrían ayudar en el desarrollo de nuevos fármacos.

Convenientemente tratado, el veneno de la cobra real (Ophiophagus hannah) también puede convertirse en una potente herramienta biomédica. Esto según un equipo internacional de científicos que logró secuenciar el genoma de este reptil, el primero de las serpientes, según publicó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Se sabe que el veneno de las serpientes contiene diferentes tipos de proteínas de interés para el sector de salud. De hecho, al día de hoy existen varios fármacos en el mercado que se emplean para tratar diversas enfermedades como la hipertensión, cuyos péptidos se han basado en el veneno de estos reptiles. Sin embargo, desde que se han abaratado los costes de la tecnología para secuenciar genomas (hasta ahora restringidos a los humanos), la posibilidad de tratar y paliar otras enfermedades, como el cáncer, está tomando más fuerza.

“En el veneno de las serpientes existen determinados componentes, como la desintegrina, que impiden la formación de vasos sanguíneos, lo que ayudaría a parar el proceso de metástasis. Si se frena la metástasis, el tumor deja de crecer”, dijo Libia Sanz, miembro del equipo que participó para descifrar el genoma de la cobra real. “Pero de ahí a decir que podrá curar el cáncer es mucho decir. Lo puede paliar”, agregó.

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Paralelamente y al margen de este estudio, se publicó otro que descifra el genoma de un espécimen no venenoso: la serpiente pitón de Birmania (Python molurus bivittatus). Esto permitió comparar en muy poco tiempo los dos únicos genomas de serpientes que existen.

“Durante su evolución, las serpientes venenosas han desarrollado unas glándulas en las que determinados genes se han ido transformando en toxinas que más tarde han formado sus venenos. Conocer el mecanismo mediante el cual una proteína se transforma en una toxina, podría permitir, en un futuro, reproducirlo en el laboratorio y modificarlo para que en vez de matar, ayude a curar”, dijo Juan José Calvete, director de uno de los equipos de investigadores participantes.

No obstante, se estima que la aplicación definitiva en pacientes de cáncer tardará en llegar, debido a que se trata de investigaciones que requieren muchos años de estudio y una alta financiación económica, publicó el diario español El Mundo.

La cobra real es la más larga de las serpientes venenosas conocidas. Vive en los bosques del sureste asiático y se alimenta otros ofidios. Por su parte, las toxinas de su veneno son de tipo neurotóxico, lo que significa que afectan al sistema nervioso y central. En cuanto a su mordedura, no hay mucho que decir al respecto. Simplemente es mortal.

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