Ciudad de México, 14 de noviembre (SinEmbargo).- Todo buen actor que se precie es una usina de sueños, una gran fábrica de personajes que nos permite atravesar la barrera de la realidad y explorar mejor nuestras intimidades en un ambiente de fantasía.
El arte es un camino de autoconocimiento y eso lo sabe bien el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien con su notable encarnación del revolucionario argentino Ernesto Che Guevara, a las órdenes del cineasta Steven Soderbergh en 2008, supo dejar huella en la historia contemporánea del cine.
Originario de San Juan, donde nació hace 47 años, se ha puesto ahora en la piel del narcotraficante colombiano Pablo Escobar, protagonizando el filme Escobar: Paradise Lost, ópera prima del actor italiano Andrea Di Stefano, a quien se pudo ver en películas como Nine, de Rob Marshall y Eat, Pray, Love, de Ryan Murphy.
Con guión del propio Di Stefano, la película está ambientada en 1991, dos años antes de que Escobar fuera acribillado en 1993 por las fuerzas policiales cuando trataba de huir por los techos de Medellín, su ciudad natal.
Es ficción inspirada en la realidad y cuenta la historia de un surfista canadiense que se enamora de una sobrina del capo.
“Lo que me interesó del guión de Andrea es que es una historia ficticia pero muchas de las cosas en historia están basadas en la verdad y sobre todo el ángulo de Pablo Escobar como político”, dijo Benicio del Toro el mes pasado al presentar la película en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
BENICIO DEL TORO EN MÉXICO
A principios de septiembre, Benicio del Toro estuvo en el Distrito Federal, acompañado por su colega Emily Blunt, filmando algunas escenas de la película Resolution 6 en Nezahualcóyotl y Naucalpan.
El filme se estrenará a mediados del 2015 y en él el puertorriqueño encarna a un agente del FBI que investiga una serie de asesinatos en Phoenix y en la frontera entre México y Estados Unidos, en un papel que seguramente no despertará la atención de Pablo Escobar en la piel de uno de los actores más dúctiles y creativos del cine de Hollywood.
En una entrevista concedida en la víspera a la agencia efe, Benicio del Toro, destacó el perfil ambivalente del célebre narcotraficante, al destacar que “ayudó a los pobres”, pero “también destruyó a muchas familias”.
Aunque la historia de Andrea Di Stefano no gira alrededor de la figura de Pablo Escobar, sino más bien en la del surfista canadiense a cargo del actor de Los Juegos del Hambre, Josh Hutcherson, no se puede esperar más que un gran lucimiento interpretativo a cargo del artista puertorriqueño.
Para Hutcherson, trabajar con Benicio “fue un poco intimidatorio”, según dijo también a la agencia efe.
“A veces miraba a la pantalla y era como ver a Pavarotti cantar o a Pavlova bailando. Hay una especie de levedad, de gracia en lo que hace, que es única. No me importa cómo lo hace, ni cual es su método, pero el resultado es increíble”, dijo a su vez el director del filme.
Del Toro, que pasa de héroe a villano, no cree en papeles más grandes que otros. No se siente identificado con la etiqueta de mejor actor y mucho menos con la de actor de reparto. Sólo acepta los papeles que cree que le sirven mejor a la carrera que eligió dejando la de abogado titulado, en un segundo plano.
Para el actor la historia de Pablo Escobar es como la de un cómic de Batman. “Él llegó a ser como el Joker y puso de rodillas al gobierno de un país”, afirmó.
