Sobrevivientes de abuso: Una disculpa del Papa no protege a niños de agresiones; “llevar a curas ante la policía, sí”

15/04/2014 - 12:05 am
Barbara Blaine y Laura Hernández, durante el panel testimonios e informes desarrollado la semana pasada en México. Foto: Cuartoscuro
Barbara Blaine y Laura Hernández, durante el panel testimonios e informes desarrollado la semana pasada en México. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 15 de abril (SinEmbargo).- “Con los niños no se juega”, finalizó el Papa Francisco el mensaje en el que pidió perdón por el daño que causaron los sacerdotes católicos que abusaron sexualmente de menores de edad en todo el mundo. Pero para la Red de Sobrevivientes Abusados por Sacerdotes (SNAP por su sigla en inglés) la disculpa del pontífice son sólo palabras que no sirven para proteger a los niños de los clérigos abusadores.

“Una disculpa no protegerá a los niños. Lo que los protegerá son las acciones y el Papa Francisco no está emprendiendo ninguna acción para hacer que los niños estén más seguros”, dice Barbara Blaine, fundadora y presidenta de SNAP, en entrevista telefónica con SinEmbargo.

Blaine es puntual sobre las acciones que el Papa tendría que llevar a cabo para que su mensaje de perdón fuera consecuente en los hechos: remover de sus ministerios a los curas que han sido acusados de abusar sexualmente de menores y denunciarlos ante la policía; exigir a los obispos de todo el mundo que entreguen a la policía los registros de casos de abusos de los que tengan conocimiento y castigar a los obispos encubridores; dejar de proteger a los clérigos abusadores que son perseguidos por los sistemas de justicia civil; y recompensar -en lugar de amedrentar- a aquéllos dentro de la estructura eclesiástica que se atreven a denunciar los abusos.

“Si el Papa Francisco quiere proteger a los niños él debe crear una atmósfera donde los informantes sean reconocidos como héroes, porque eso es lo que son”, considera Blaine, quien desde 1988 está al frente de la organización más grande y antigua de víctimas de abuso sexual de clérigos, con sede en Estados Unidos pero con más de 12 mil miembros y 65 divisiones en Estados Unidos, Canadá y México.

El pasado 11 de abril, el Papa Francisco pidió perdón por el daño causado por los abusos sexuales de clérigos a niños en todo el mundo. “Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes -bastantes en número, no en comparación con la totalidad-, hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños. La Iglesia es consciente de este daño; es un daño personal y moral de ellos, pero hombres de Iglesia” (sic), dijo en un discurso que fue divulgado por Radio Vaticano.

La disculpa del máximo jerarca de la Iglesia Católica ocurre a unos días de que se realice la canonización de Juan Pablo II, quien fuera Papa desde 1978 y hasta su muerte de 2005.

Blaine considera que la Iglesia Católica no debería canonizar al Papa polaco, cuya ceremonia de santificación está prevista para el próximo 27 de abril.

“Porque nosotros sabemos que Juan Pablo II tuvo la oportunidad de intervenir y proteger a los niños cuando supo de las acusaciones contra el padre [Marcial] Maciel, de los Legionarios de Cristo, quien abusó de docenas de niños. El Papa Juan Pablo II sólo las ignoró y el padre Maciel pudo seguir abusando de más niños. Permitir que abusadores sexuales continúen no es algo muy santo”, dice.

Respecto a la Legión de Cristo, la congregación fundada en 1941 por Maciel, Blaine considera desafortunado que el Papa Francisco no la desaparezca, aun cuando la propia congregación ha reconocido que sabía de los abusos sexuales de menores cometidos por su fundador, así como que éste procreó varios hijos siendo sacerdote.

La presidenta de SNAP dice que los Legionarios de Cristo crearon un ambiente de secrecía y jerarquía propicio para que más abusos sexuales se sigan cometiendo.

LA DOBLE CARA DEL VATICANO

En febrero pasado, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó una serie de observaciones en relación a los casos de abuso clerical en la Iglesia Católica. La ONU recomendó al Vaticano remover a todos los clérigos abusadores de sus rangos, denunciarlos ante los sistemas de justicia y abrir los archivos de la Iglesia para que los obispos y otros funcionarios que pudieran haber ocultado crímenes fueran investigados.

El Vaticano respondió que estudiaría las recomendaciones de la ONU. En marzo, el Vaticano anunció la creación de una comisión cuyo trabajo será asesorar al Papa para adoptar medidas que promuevan la protección de los menores en los casos de abusos sexuales clericales. La integración de dicho grupo se había anunciado desde diciembre de 2013, pero fue hasta el 22 de marzo pasado que se formalizó.

Blaine critica esta doble postura del Vaticano. Por un lado, dice la fundadora de SNAP, la Santa Sede no acepta el informe de la ONU y se rehusa a cooperar con las fiscalías y comisiones que existen en Irlanda, Canadá y Australia sobre casos de pederastia clerical; por otro lado, crea una comisión que, al igual que la disculpa del Papa, no es más que palabrería.

“Es muy importante reconocer que establecer una comisión no es actuar. Establecer una comisión es más hablar, es reunir personas para que hablen”, opina.

“Cuando el Papa establece una comisión da la impresión de que él necesita más información para saber qué hacer, y yo creo que él no necesita más información, él ya sabe qué es lo que debe hacer. Lo que él necesita es coraje, y él necesita actuar con coraje para remover a los abusadores, para quitar y castigar a los obispos que encubren estos crímenes; para recompensar, promover y proteger a los informantes”, dice Blaine.

Durante su infancia, Blaine fue víctima de abuso sexual por un sacerdote católico en su natal Ohio. Ella guardó silencio durante muchos años y cuando finalmente se atrevió a denunciar, ya era demasiado tarde para presentar cargos criminales. La Iglesia Católica se rehusó a ejercer alguna acción contra el clérigo o a apartarlo de su ministerio, señala el perfil de Blaine disponible en el sitio de SNAP.

RIESGO PARA NIÑOS EN TODOS LOS PAÍSES

La presidenta y fundadora de SNAP estuvo el pasado 10 de abril en la Ciudad de México, para participar en un foro de análisis sobre las implicaciones para México del informe elaborado por el Comité de los Derechos del Niño de la ONU.

Durante su estancia en México, Blaine conoció el caso, divulgado por la prensa, del sacerdote Eduardo Córdova Bautista, acusado de al menos un centenar de abusos sexuales de menores. El arzobispo de San Luis Potosí, Carlos Cabrero Romero, reveló que sí hubo un proceso contra el cura en el Vaticano, pero que pese a las denuncias presentadas, la Santa Sede no lo removió.

Blaine, quien ha conocido miles de casos en todo el mundo de pederastia clerical, considera que el riesgo para los niños en México de ser víctimas de curas abusadores no es distinto al de cualquier otro país, sin importar el nivel de desarrollo de las naciones.

“No hay estudios que digan que los niños en países en desarrollo estén en más riesgo, pero lo que sabemos es que cuando los curas abusadores pueden, cuando ellos encuentran niños vulnerables o cuando ellos pueden tener una forma de cometer estos crímenes, lo hacen”, dice.

Blaine dice que los cálculos más conservadores refieren que de los 7 mil sacerdotes que hay en Estados Unidos, entre el 4 y 5 por ciento han abusado sexualmente de menores; pero que si se consideran los casos que no están siendo investigados el porcentaje podría subir hasta 11 por ciento.

Ella piensa que ese mismo panorama podría trasladarse a México.

“No creo que los sacerdotes en México actúen diferente que los sacerdotes en Estados Unidos o en otro país”, dice. No obstante, dice que incluso si el porcentaje fuera de sólo 1 por ciento en México, sigue significando que hay un riesgo para los niños.

Tras su visita a México, Blaine reconoce el hecho de que México haya sido el primer país en analizar las recomendaciones de la ONU para ver cómo éstas le son aplicables, y que lo haya hecho a tan sólo dos meses de haberse emitido.

“Es un gran reto para los demás países hacer lo mismo, y lo que ha hecho México es dar el ejemplo”, dice.

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