“México, listo para detonar crecimiento”: EPN; la Reforma Financiera se aprobará esta semana, dice Videgaray

15/10/2013 - 12:00 am
Foto: Rebeca Argumedo, SinEmbargo
20 aniversario de la autonomía del Banco de México. Foto: Rebeca Argumedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 15 de octubre (SinEmbargo).– En dos décadas de autonomía del Banco de México (Banxico) la inflación promedio ha sido de 9.9% anual, lo que contrasta con el 4% de los 20 años anteriores, expuso ayer el Presidente Enrique Peña Nieto en el vigésimo aniversario del órgano rector de la política monetaria, efectuada en el Hotel Four Seasons de la Ciudad de México.

La labor del Banxico –dijo Peña Nieto– ha sido cumplida a cabalidad al ser instrumento para fomentar la estabilidad económica, la protección del empleo, el salario, así como el patrimonio de los mexicanos. “Con el combate a la inflación, el Banco de México ha contribuido a la estabilidad de la economía y al bienestar de los mexicanos”, expresó el primer mandatario.

Ya asentado tal contexto, Enrique Peña Nieto volvió a dedicar su discurso de ayer a las reformas estructurales que ha enviado al Congreso de la Unión arropado en los acuerdos del Pacto por México. “El país, listo para detonar un mayor crecimiento económico. Hay que realizar todo para acelerar el dinamismo”, exclamó.

Insistió en que las reformas presentadas en los primeros meses de su administración darán al país un nuevo impulso de largo plazo para elevar y democratizar la productividad y que su gobierno está comprometido con la estabilidad macroeconómica.

Antes, ante el micrófono, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SCHP), Luis Videgaray Caso, manifestó su confianza en que la Reforma Fiscal sea aprobada antes del 20 de octubre próximo, fecha límite para su discusión en el Congreso de la Unión. Según Videgaray Caso, ello contribuirá con la estabilidad macroeconómica y el bienestar duradero de las familias mexicanas.

Abundó que la actual administración está comprometida en mantener tal estabilidad porque en el pasado las elevadas tasas inflacionarias “convirtieron a México en una fábrica de pobres”.

Según el Secretario de Hacienda, los beneficios de la baja inflación lograda por el Banxico son un mercado de deuda local con emisiones de deuda hasta 30 años y a tasa fija. Hoy –complementó Videgaray– los recursos del Estado Mexicano se dedican a la infraestructura y al combate a la pobreza.

POLÍTICA MONETARIA NO RESUELVE CRISIS POR SÍ SOLA

Ayer, el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, le dijo al Presidente de la República que las reformas duraderas, que transforman a un país, son aquellas que se traducen en resultados palpables y contundentes a lo largo del tiempo. “La de hace 20 años (para lograr al autonomía del Banxico) puede mostrar con resultados contundentes que se trató de un cambio institucional profundamente acertado y provechoso”.

Pero también advirtió que la política monetaria no resolverá por sí sola los problemas que padecen las economías que representan más de 40% del PIB mundial y es urgente que los países más afectados por la crisis hagan uso de esa ventana de tiempo que ofrecieron los bancos centrales para realizar reformas en materia fiscal, financiera y regulatoria.

Trajo a cuento el debate de 1993, cuando el Congreso de la Unión recibió la iniciativa que buscaba darle autonomía al banco central y los mexicanos tenían “muy fresco” en la memoria los daños devastadores de la prolongada y elevada inflación. Recordó: “Pobreza extendida, cancelación de proyectos de inversión, de empleo, penurias diarias para satisfacer necesidades básicas, patrimonios perdidos en unos cuantos meses tras muchos años de esfuerzo para construirlos”.

Carstens complementó la evocación de hace 20 años con el dato de que antes de 1993 (el penúltimo año del sexenio salinista) unos 45 millones de mexicanos sólo conocieron inflaciones de dos dígitos y con el cambio constitucional que le dio autonomía al Banxico, hoy 32 millones de personas jamás han conocido una situación así.

EL GOBERNADOR DEL BANCO CENTRAL

Agustín Carstens llegó a la gubernatura del Banco de México en 2010, en sustitución de Guillermo Ortiz, quien el 31 de diciembre de 2009 concluyó un segundo periodo de seis años. Ortiz se fue con la distinción entre los banqueros centrales de mercados emergentes de haber logrado bajar la inflación del país.

Carstens había trabajado en el banco central de 1980 al 2000. Estuvo al frente de la Dirección General de Investigación Económica, así como de la Tesorería y Coordinación de Asesores del Gobernador.

El ex Presidente Vicente Fox Quesada lo llamó como subsecretario de Hacienda y Crédito Público, cargo que ocupó hasta 2003, cuando se incorporó al Fondo Monetario Internacional (FMI) como Subdirector Gerente.

El 16 de octubre de 2006 renunció a su puesto en ese organismo internacional para ser nombrado coordinador del Programa Económico de Felipe Calderón Hinojosa, como Presidente electo. El 1 de diciembre fue nombrado Secretario de Hacienda y Crédito Público.

En 2012, Carstens le dijo a los senadores electos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que el Presidente Felipe Calderón le iba a legar a su sucesor niveles históricos en las reservas internacionales, además de una economía fuerte y la creación importante de empleos.

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