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Jorge Alberto Gudiño Hernández

16/01/2016 - 12:00 am

Malinche

Llevo ya muchos años dando clases en diferentes universidades. Si a ellos les sumo el tiempo en que yo mismo estudié, resulta que he pasado más de la mitad de mi vida asistiendo a la universidad.

Foto: Facebook Revista Malinche
Foto: Facebook Revista Malinche

Llevo ya muchos años dando clases en diferentes universidades. Si a ellos les sumo el tiempo en que yo mismo estudié, resulta que he pasado más de la mitad de mi vida asistiendo a la universidad. A lo largo de todos estos semestres, he visto a un montón de estudiantes con ideas de futuro. Su impulso vital es contagioso. Tanto, que de pronto se acumulan cientos de proyectos.

Así es como he visto surgir decenas de revistas universitarias. Las plataformas han cambiado. Ya no se necesita imprimirlas en una computadora de matriz de puntos para luego engraparlas una por una. Tampoco es necesario andar pidiendo donativos por doquier o presupuesto de la universidad para poder enviar a imprenta algo más digno del entusiasmo. Las plataformas digitales permiten hacer de estas revistas algo más manejable. De hecho, estoy convencido de que si bien los libros continuarán existiendo en su formato físico, las revistas y los periódicos están destinados a cambiar pronto de plataforma. Este mismo medio es un gran ejemplo de lo que se puede alcanzar.

Ahora bien, sea cual fuere el formato, pocas revistas universitarias han tenido éxito (lo que sea que eso signifique). Algunas han durado varias décadas, gracias al patrocinio universitario o de los anunciantes. Otras se acaban tras los dos o tres primeros números, debido a que los pocos compañeros entusiastas descubrieron que hay mejores cosas por hacer que perseguir a colaboradores a quienes no se les paga y vender las revistas en los salones. Al margen de las complicaciones logísticas y económicas, lo cierto es que son muy pocas las publicaciones universitarias independientes que tienen buenos textos.

Malinche es una de ellas. Justo esta semana cumplió tres años. No seré yo quien diga cuál es su línea editorial o lo que han buscado hacer en este tiempo (mejor léanlo en la propia revista: http://malinche.mx/3-anos-de-revista-malinche/). Tampoco querré arrogarme ningún mérito porque los fundadores y varios de quienes colaboran en ella sean mis alumnos. De hecho, cuando me platicaron del proyecto los miré con el escepticismo propio de quien ha escuchado demasiadas veces algo parecido. Sin embargo, los comencé a leer.

Las sorpresas llegaron pronto. Me volví fan de una columna de reseñas literarias, leí con agrado ciertas opiniones políticas y hasta me carcajee con sus especiales del Día del amor y la amistad.

No sé, bien a bien, qué permite que una revista funcione. En el caso de Malinche, supongo que no sólo son buenos textos sino la necedad de sus directores. También, algo que no es frecuente encontrar en las publicaciones cotidianas: honestidad, un poco de cinismo y ganas de decir las cosas sin importar que incomoden a alguien. Hoy, tres años más tarde, hay cerca de 700 artículos en donde se puede ver una clara evolución en las plumas de los colaboradores más recurrentes. No sólo eso, muchos de ellos son mucho mejores que algunos otros de los que aparecen, semana tras semana, en la prensa de nuestro país.

Como bien lo dicen en el texto donde hablan de sus primeros tres años: “Por otros 90 años”. Me sumo al deseo.

Jorge Alberto Gudiño Hernández
Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

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