Está claro que quizá todos estos años hemos utilizado la estrategia equivocada. Y los priístas han abusado del marco legal que por supuesto ellos inventaron.

La fundación del PRI significó el término de la violencia en cada elección, la resolución de los conflictos a balazos. Pero para lecciones de historia allí están los profesores. Marx decía  en el  XVIII brumario de Luis Bonaparte  que la historia se repetía dos veces, una como tragedia otra como farsa.

¿Qué pasaría si desapareciera el PRI? No digo que de buenas a primeras todos los problemas del país se solucionarían. No desaparecería el clientelismo electoral, ni las costumbres políticas arraigadas en los otros partidos. Pero sería un buen inicio.

Quizá el mayor error en el diagnóstico haya sido el esperar que los otros partidos políticos actúen de manera diferente cuando son en esencia parte de los usos y costumbres del sistema priísta. Los panistas llegaron al poder y se olvidaron de todo lo que los padres fundadores de esa institución sufrieron. Los perredistas no son sino una recua de priístas arrepentidos que han vuelto por sus fueros.

Si hubiese una cruzada nacional por la desaparición del PRI, entonces encausaríamos nuestras frustraciones hacia algo que vale la pena. Por supuesto que los priístas van a decir que no se puede, que la democracia que bla bla bla. Pero  basta con echarle una ojeada a los reglamentos del INE para darse cuenta que con una milésima parte de las trampas que ha hecho este partido basta para que pierda su registro.

Ya sé que muchos dirán que soy un soñador, que eso es imposible pero no lo es. ¿O quien pensaba que el partido comunista desaparecería en Rusia en 1989?

Un verdadero ejercicio de sanidad social vendría de la desaparición de este partido de tramposos y ladrones. Quiero aclarar que hay muchos priístas honestos, pero estos solo conforman la base. Un país libre de este gigantesco partido parasitario estaría en vías de convertirse ahora sí en una verdadera democracia.

Sería sensacional que ningún funcionario del PRI pudiese ser elegido para ningún cargo. Pero para ello se necesita primero que pierda en las urnas. Y esa es una cuestión difícil.

El PRI es un cuerpo podrido que descompone todo lo que toca. Se puede ser muy honesto, pero una vez que se entra al sistema es extremadamente difícil no contaminarse.

Es un modo de vida fácil que permite enriquecerse de manera inmediata. Y ha estado en uso por muchas décadas.

El ideal romántico de derrotar al PRI murió de muerte natural al siguiente día de la toma de posesión de Fox, que pasará a la historia como el presidente más idiota, por haber desperdiciado una circunstancia única, el saneamiento de la política del país. Tenía el capital político para hacerlo. Pero su poca inteligencia se lo impidió.

En fin, nos toca a nosotros hacer que esto pueda ser posible. Un país sin el PRI es posible. Luego nos ocuparemos de los otros.

Ramiro Padilla Atondo

https://www.sinembargo.mx/author/rpadilla

Ramiro Padilla Atondo. Ensenadense. Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, traducido al inglés; Esperando la muerte y la novela Días de Agosto. En ensayo ha publicado La verdad fraccionada y Poder, sociedad e imagen. Colabora para para los suplementos culturales Palabra del Vigía, Identidad del Mexicano y las revistas Espiral y Volante, también para los portales Grado cero de Guerrero, Camaleón político, Sdp noticias, El cuervo de orange y el portal 4vientos.

Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que SinEmbargo.mx no se hace responsable de los mismos.

#Entrevista ¬ Nueva información de Milenio exhibe que Piña intenta controlar el Tribunal Electoral