La permanencia de lo efímero en el eterno joven José Agustín

21/08/2016 - 7:22 pm

Los escritores Rosa Beltrán, Enrique Serna y Juan Villoro fueron los anfitriones de un homenaje a sala llena en el Palacio de Bellas Artes, con motivo de celebrarse los 50 años de publicación de De perfil.

Los 50 años de una obra fundamental para la literatura mexicana. Foto: Especial
Los 50 años de una obra fundamental para la literatura mexicana. Foto: Especial

Ciudad de México, 21 de agosto (SinEmbargo).- El domingo a pleno, con nubes y sol como es costumbre en esta época en la ciudad, no consiguió borrar los ceños fruncidos, los rostros afligidos que querían desmentir la noticia funesta. Todos tristes, los asistentes a la sala Manuel Ponce del Palacio de Bellas Artes, dedicaron un minuto de silencio al recientemente fallecido Ignacio Padilla (1968-2016), tras lo cual sobrevino un largo aplauso en memoria del querido autor de Amphitryon.

Precisamente, en el mismo lugar donde el pasado 2 de agosto “Nacho” recibió un homenaje en el ciclo Protagonistas de la literatura, hoy se acomodaron los amigos, colegas, lectores y familiares de José Agustín, para conmemorar los 50 años de De Perfil, una novela que publicó cuando tenía 22 años y se ha convertido en canónica, obra imprescindible para los lectores más jóvenes.

José Agustín, rodeado por su esposa, hijos y algunos de sus nietos, se dejó querer por un público que reconoció la influencia de su literatura en la historia de México y que observaba al escritor que el pasado viernes cumplió 72 años de edad con la virtud de quien mira a un maestro que le enseñó todo o casi todo de la vida.

Así lo marcaron los tres ponentes de una conferencia medida y amena, donde –hay qué decirlo- resultó imposible determinar cuál de los tres expositores resultó más brillante. Tanto Rosa, como Enrique y Juan (comencemos a llamar a nuestros escritores por su cercano y entrañable nombre de pila, no vaya a ser que algún día se marchen sin saber lo mucho que los hemos querido), fueron firmes en su voluntad de mostrarse como discípulos de un José Agustín que los miraba arrobado.

Entre el público, el fotógrafo Rogelio Cuéllar, la editora Sara Schulz, el promotor cultural Philip Ollé Laprune, la periodista Irma Gallo, el editor Andrés Ramírez y su hermano, el neurólogo y escritor Jesús Ramírez (ambos hijos del autor homenajeado), el escritor Mauricio Montiel Figueiras, su colega Jonathan Minila, también disfrutaron en silencio y con atención plena la intervención de cada uno de los conferencistas.

Cada uno de ellos se las arregló para destacar un aspecto de la literatura y la personalidad de José Agustín, armando un puzzle donde se destacaron “el empleo autoparódico de la lengua para celebrar el puro goce del habla” (Beltrán), en esa literatura que como hubiera dicho Francisco de Quevedo “permanece porque es fugitiva, porque es efímera”, sin engolar la voz narrativa buscando una presunta posteridad (Serna), porque así es el artista supremo que ha logrado una naturalidad grandiosa al hablar en primera persona desde los márgenes (Villoro).

Tres brillantes conferencistas para horar la obra y la vida de José Agustín. Foto: Especial
Tres brillantes conferencistas para horar la obra y la vida de José Agustín. Foto: Especial

Fue realmente un mediodía que rebatió y le planteó batalla a la derrota imperante, nacida de tener que despedir antes de tiempo a uno de nuestros más jóvenes y prolíficos autores, como si la literatura mexicana –de pronto personificada en hada optimista- hubiera decidido poner ante nuestros ojos a estos tres formidables intelectuales, hablándole de tú a tú a José Agustín, sentado en primera fila junto a su bella esposa Margarita…y las letras que siguen su curso, los libros que dan guerra a la mortalidad y a veces, como hoy, ganan la batalla.

Previo a la conferencia se pasó un breve documental producido por Canal 11, donde diversas personalidades y los familiares de José Agustín celebraron su vida y su obra.

“Él debe estar muy satisfecho, ha logrado cosas muy importantes, muy importantes”, remarcó Elena Poniatowska en la película, una convicción que refrendaron hoy todos los presentes en el homenaje al entrañable autor de La tumba y de otros 40 libros que, al decir de Villoro, dan cuenta de una obra versátil como pocas en la historia de la literatura mexicana.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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