Las y los ciudadanos salieron a las calles de blanco y con veladoras blancas en una marcha pacífica y silenciosa, donde reiteraron su deseo por que Salvatierra vuelva a ser una ciudad tranquila.
Salvatierra, Gto (ZonaFranca).- “Tenemos miedo, pero queremos paz“, fue así como más de 450 personas vestidas de blanco salieron a las calles de Salvatierra, Guanajuato, para manifestarse de manera pacífica.
Las y los ciudadanos salieron al jardín principal y caminaron un par de cuadras para llegar a la Explanada del Carmen, donde, justo al pie del árbol de Navidad, colocaron veladoras a su alrededor para pedir por el eterno descanso de los 11 jóvenes asesinados en la exhacienda de San José del Carmen.
La marcha fue en completo silencio solamente interrumpida, en algunos momentos, por los aplausos de las y los presentes o el grito para exigir paz.
La coincidencia de quienes expresaron su descontento ante estos hechos violentos fue que las autoridades de los tres niveles de Gobierno deben de garantizar la tranquilidad de sus habitantes y no permitir que una situación como ésta se repita.
Calificaron que hay corrupción que permite que estos crímenes queden impunes y que se siga matando gente inocente que sólo querían divertirse y, aunque ahora saben que no los tendrán a su lado piden que se castigue a los responsables.
Las y los ciudadanos reiteraron su deseo por que Salvatierra vuelva a ser una ciudad tranquila donde la gente salga a trabajar por el progreso de su municipio, y por ello, pidieron unidad en todo el país.
La caravana fue seguida por las calles por algunos elementos de la policía a pie y luego resguardados por tres patrullas y varios elementos, quienes permanecieron atentos ante cualquier incidencia.
Otros lamentaron que, en estos 200 años, Guanajuato no tiene que celebrar nada porque es la fosa más grande de México, ya que es el estado donde más crímenes se cometen y donde la violencia ocurre todos los días.
En completo silencio el grupo de ciudadanos permaneció alrededor del árbol de Navidad, algunos oraban, otros se persignaban, pero todas y todos con la mirada cabizbaja con el dolor por dentro y esperando por la paz en su ciudad.
