El Senado atestigua en Duarte la discusión postergada del tema nacional: la corrupción

23/01/2015 - 12:05 am

Ciudad de México, 23 de enero (SinEmbergo).– Lo que era –es- la mayor denuncia de corrupción en contra de un Gobernador en tiempos recientes se convertirá en una feria de acusaciones. Eso está pasando en vivo este jueves 22 de enero, en la Comisión Permanente del Senado de la República, y como parte de las audiencias públicas en materia de Seguridad y Justicia. César Horacio Duarte Jáquez se había resistido a venir. El martes pasado, el programa fue modificado por su cancelación. Pero hoy está hablando con generosidad del éxito de su gobierno en materia de Seguridad en Chihuahua, la entidad que gobierna desde 2010.

Su mirada ha empezado con un baile que no coincide con ese 30 por ciento estupendo en el combate al delito. Ya la ha fijado en la esquina del estrado media luna donde otro chihuahuense, el Senador por el Partido Acción Nacional (PAN), Javier Corral Jurado, mantiene los brazos extendidos con una pancarta:

#VeteDuarte
Qué vergüenza que en estas audiencias participe el corrupto César Duarte, sujeto a proceso penal.

La evocación es fácil. Viene, natural, aquel momento de noviembre de 1994, cuando en el último Informe de Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, el entonces Diputado Félix Salgado Macedonio se paró en la parte baja del podio del recinto de San Lázaro. Tenía una manta desplegada: “Mientes Salinas”, decía.

–Ahí, abajito, alguien enseñó algo, ¿qué era? –preguntó el Presidente.

Vino un grito: ¡El Diputado guerrerense que vació los sacos llenos de boletas quemadas…! (una alusión al fraude cometido en 1988, que acusaba el PRD).

–¡Claro! El Diputado costales –ironizó Carlos Salinas de Gortari.

Javier Corral protestó por la audiencia del Gobernador César Duarte. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
Javier Corral protestó por la audiencia del Gobernador César Duarte. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

El Gobernador de Chihuahua no está para ironías, ni chistes, ni apodos. Parece no gustarle que esa pieza que preparó no sea el centro de la atención. Que no haya aplausos, pese a que algunas voces describen que la tribuna la llenan “acarreados”.
Que pocos se conmuevan cuando él pronuncia la palabra: “Transparencia”. (Está diciendo, Duarte Jáquez, que así se combatirá la Delincuencia, con Transparencia).

No está para ironías y eso lo refleja esa mirada que de nuevo se va al suelo cuando toma el micrófono el Senador Corral. Ahora le dice de viva voz que es una vergüenza que participe en estas audiencias. Que sus apariciones públicas son un diseño especial para su lucimiento personal. Que al tenerlo, el Partido Revolucionario Institucional hace profunda “su hipocresía” en el combate a la corrupción. Que es ese partido el que ha “blanqueado” el asunto Duarte, que es el inquilino de la segunda casa de las Lomas el que lo ayuda…

Y Duarte Jáquez toma papel y pluma para escribir lo que no se sabrá, sino una hora después. Una vez que hablen Alejandro Encinas, presidente de la Comisión de Estudios Legislativos y después de que entre en su defensa la Senadora plurinominal por el PRI, Graciela Ortiz. Ya que hable Armando Ríos Piter, el Senador perredista que ya no desea ser gobernador de Guerrero porque piensa que los caminos para lograrlo se han tornado muy oscuros. Duarte se dedica a escribir como si tuviera que subir a tribuna en una comparecencia, a defenderse. Acaso piensa en que pronto, en el 2016, ya no será el Gobernador. Que el traje de “virrey” como ahora se le conoce a ese poder en las entidades le será quitado. Quizá ahora mismo se esté preguntando: ¿Qué va a pasar? ¿Qué va a pasar conmigo?

En la Procuraduría de Justicia del Estado de Chihuahua se encuentra una denuncia en su contra dado que, al lado de su esposa, Bertha Gómez Fong, creó el fideicomiso 744743 ante el Banco Mercantil del Norte con recursos del Gobierno del Estado. De ahí, usó 65 millones de pesos para convertirse en el socio mayoritario de Banco Unión Progreso. Pero esa institución no existía antes del fideicomiso. Vio la luz el 21 de marzo de 2013, el año en que Duarte declaró haber perdido nueve kilos de peso. Fue el Secretario de Hacienda de su gabinete, Jaime Ramón Herrera Corral quien lo autorizó. Fue el luchador social, Jaime García Chávez, quien reunió evidencias para denunciarlo. Fue el Senador Javier Corral quien inició la cadena de apoyo que ahora suma las firmas de 30 legisladores.

La feria de los insultos se está revolviendo: “Corrupto”, “cínico”, “ladrón” –le dice Corral quien eligió para esta ocasión traje verde y corbata azul. Y le abona que su presencia en la máxima tribuna del Senado habla de la enorme simulación para entrarle en serio a la inseguridad en el país y de las distintas formas de lavado de dinero. “Mancha pues al PRI las iniciativas de EPN”.

César Horacio Duarte Jáquez -de negro- vuelve a la máxima tribuna del recinto con un discurso que arranca, de nuevo, con las cárceles chihuahuenses. Narra cómo su estrategia se enfocó en esos sitios para atacar al delito de alto impacto. Y pasa, por fin, a su respuesta. ¿Está o no involucrado el Gobernador de Chihuahua en desvío de recursos para la creación de un banco?

“Ese organismo financiero, Banco Unión Progreso, una institución de crédito de Chihuahua, encaraba las mismas dificultades hoy en día que el tristemente caso de Ficrea, pero allá son 100 mil ahorradores. Todo tiene, un claro fin electoral, contra mí y mi familia”, dice.

Luego, de frente a Corral, quien se muestra inquieto: “Me voy con una duda mayor. El que tiene un conflicto de interés es usted. Me ha acusado en más de veinte ocasiones y la autoridad nunca ha descubierto nada… Su hermano (miraba Duarte a Corral) fue procesado por narcotráfico… Su hermano estuvo en recaudo en la parte fronteriza donde está el mayor grupo delictivo de Chihuahua … Y su otro hermano estuvo en una cárcel de Estados Unidos por un fraude”. Remata: “Que no pasen esos intereses que están pretendiendo cambiar desde aquí la realidad que estamos viviendo en Chihuahua”.

***

El Gobernador de Chihuahua arremetió contra el Senador Javier Corral y su familia. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
El Gobernador de Chihuahua arremetió contra el Senador Javier Corral y su familia. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Todo concluye. La audiencia se va a un receso. Minutos después, Javier Corral Jurado aparece en conferencia de prensa:

“No es la primera vez que sacan el tema de uno de mis hermanos. A ver, éste es un asunto que ha ido y venido y es un asunto que últimamente en Chihuahua, en las redes, sobre todo en Facebook y en algunos periódicos digitales, lo han vuelto a sacar, porque quieren, a como dé lugar, descalificarme a mí. Un asunto que data precisamente, bueno, hace más de 13 años y mi hermano, uno de mis hermanos tuvo, efectivamente, un problema con la justicia en Estados Unidos por asunto de drogas y eso es algo que…

–¿Por consumo? –se le pregunta.

–No, porque transportaba un paquete.

Ahora, ése es un asunto que yo debo decir, pues una y otra vez responderé lo que he dicho: yo no me voy a hacer cargo de la conducta de mis hermanos; no puedo responder por mis hermanos. Son mis hermanos, o es uno de ellos, porque el Gobernador aquí ha juntado dos asuntos que tienen pues naturaleza distinta o que son dos asuntos distintos que ver, porque ellos han vivido en El Paso, Texas.

Un reportero le pregunta si tomará acciones legales debido a las imputaciones a sus hermanos: “Por supuesto que voy a actuar y solamente lo digo en estos términos: además de corrupto, el gobernador de Chihuahua –que se lo tenemos probado—es un perverso, es un vulgar pandillero…”

Los dos políticos chihuahuenses abandonan el Senado de la República. Cada uno, va por su lado.

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