Ciudad de México, 26 de marzo (SinEmbargo).– Contrario a otras sustancias que causan dependencia entre sus consumidores, el alcohol está lejos de llegar a extremos de prohibición como algunas drogas. No obstante, las consecuencias que ocasiona su abuso afectan a muchas personas en el mundo. Sin embargo, en México particularmente, son los jóvenes quienes más resienten la postura permisiva de las autoridades, las cuales prefieren enfocarse sólo en la prevención de accidentes, en lugar de evitar su consumo a una edad temprana.
Según la Encuesta Nacional de Adicciones, del 2008 al 2011, el consumo de alcohol se incrementó en un 10 por ciento en nuestro país. Los datos reflejados por esta encuesta dejan ver que el consumo de esta bebidas alcohólicas es el principal problema de adicción en la sociedad mexicana. No obstante, hay un sector en donde su crecimiento se aprecia de manera más clara.
De acuerdo con la emisora internacional Radio Nederland, en los últimos años, el inicio de consumo de alcohol mostró un descenso tanto en hombres como en mujeres, lo que , por otra parte, confirma los datos de la última Encuesta Nacional de Juventud en donde se indica que el consumo de alcohol entre los jóvenes se incrementó. Así, se tiene también que el promedio de edad de los hombres es 16 años, mientras que en las mujeres es de 19 años, lo que desvela el consumo precoz de alcohol entre adolescentes.
No obstante, en el caso de los jóvenes influyen diversos factores al momento de iniciarse en el consumo de bebidas embriagante, siendo –en la mayoría de los casos– la facilidad con la que se adquiere y su bajo costo, lo que propicia su consumo antes de lo permitido por la ley, a pesar de las medidas existentes para evitarlo.
Según la Centro Nacional para la Prevención de Accidentes (CENAPRA), cada año mueren 24 mil personas en accidentes automovilísticos, de los cuales, el 60 por ciento son a causa del alcohol. Por su parte, de acuerdo con la plataforma ciudadana yopropongo, “cada semana en el país mueren alrededor de 100 personas en accidentes viales relacionados con el alcohol, principalmente jóvenes”.
Aún hay más, según la iniciativa apoyada por la asociación civil Convivencia Sin Violencia, “este tipo de accidentes representa la primera causa de muerte para jóvenes citadinos entre 18 y 30 años. Es un problema grave de salud pública y sumamente cercano a la mayor parte de los jóvenes”.
Aunque se han invertido millones de pesos en campañas para crear conciencia entre los automovilistas sobre el riesgo de conducir bajo la influencia del alcohol, lo cierto es que éstas han tenido pobres resultados, independientemente de que estén bien o mal elaboradas o dirigidas, sino que socialmente la sociedad mexicana es permisiva con el abuso del alcohol.
De esta manera, se aprecia una incongruencia en cuanto a la actitud que muchos sectores –como el empresarial– toman respecto al consumo y venta de alcohol. Así, mientras bares, restaurantes y centros nocturnos apoyan campañas como el “alcoholímetro” o el “conductor designado”, también permiten que jóvenes menores de edad puedan adquirir o consumir bebidas alcohólicas sin ninguna objeción, bajo la complacencia de las autoridades y de la misma sociedad.
Todo esto hace que el consumo de alcohol entre los jóvenes mexicanos sea un problema silencioso, con muchas encrucijadas. Sin embargo, los debates planteados en torno a las drogas ilícitas, también han contribuido a borrar del mapa la reflexión social sobre lo que el consumo del alcohol va dejando a su paso, desde la adicción hasta el consumo irresponsable.
