Catupecu Machu: México ha sido leal con nosotros y nunca nos olvidó

27/02/2015 - 12:05 am
La banda argentina reapareció en 2012 en nuestro país, para presentar El mezcal y la cobra. Foto: Ocesa
La banda argentina reapareció en 2012 en nuestro país, para presentar El mezcal y la cobra. Foto: Ocesa

Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).- Hablar de la banda argentina Catupecu Machu es hablar de 20 años de historia musical, donde lo más importante siempre ha sido construir un discurso propio e ir encontrando disco tras disco un estilo que resulta difícil de clasificar.

Especie de rock duro, pero no. Lirismo en las letras y mucho corazón en la interpretación, sobre todo a raíz de la calidad vocal y expresiva de su líder, Fernando Ruiz Díaz, un frontman naturalmente encantador y encantado, que supo cargarse la agrupación al hombro y salir a conquistar el universo del rock en español con mucha convicción, con tracción a sangre.

Hablar de Catupecu es también referirse a la tragedia de un desgraciado accidente automovilístico acontecido en 2006 y donde el bajista Gabriel Ruiz Díaz, hermano de Fernando, quedó con graves secuelas neurológicas.

En dicho accidente, también el músico César Andino, líder de la banda Cabezones, perdió una pierna, desgracias que en su momento cimbraron a la comunidad rockera argentina y preocuparon a los muchos fans que la banda tiene en el continente, entre ellos los seguidores de nuestro país, sin dudas los más fieles y entusiastas,

La tragedia inspiró Laberintos entre aristas y dialectos, un álbum que confirmó la continuidad de la banda y expuso el dolor en carne viva con canciones hoy clásicas como la tremenda “El viaje del miedo”.

Catupecu, como es llamada por sus numerosos fans en Latinoamérica, está formada actualmente por Fernando Ruiz Díaz (voz y guitarras); Macabre (teclados y coros); Sebastián Cáceres (guitarras y bajo) y Agustín Rocino (batería) y con motivo de sus 20 años de vida editó a fines de 2014 un “boxset” titulado 20 años. El grito después, que contiene un vasto material audiovisual, conformado por un extenso libro de fotografías, audios inéditos, dvd’s con varios recitales destacados y una película documental con material propio nunca publicado antes.

Todo este material se presentó también en un formato de exposición en varias salas de la Argentina, entre la que se destacó la del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, donde se exhibieron más de 100 fotos, objetos de memorabilia y la proyección del citado filme.

En estos días, Catupecu Machu realiza una extensa gira que comenzó en el Estadio Luna Park y que hará pie en México en el festival Vive Latino 2015 el viernes 13 de marzo, donde la banda hará un recorrido por toda su carrera, interpretando entre otras las canciones de su séptimo y celebrado disco El mezcal y la cobra, ganador del Premio Gardel 2012 como Mejor álbum de rock, un galardón que le arrebató a Babasónicos, la banda de Adrián Dargelos que competía con A propósito.

Con una discografía integrada por siete álbumes que marcan evolución y acendramiento de un discurso hardrockero y visceral, siempre auténtico, “Los Catu” han sobrevivido a la tragedia, entre otras cosas por la fuerza de su líder, una de las figuras más carismáticas del rock en español y sin duda un cantante y letrista prodigioso.

Como dice una de las canciones emblemáticas de la agrupación, “Magia veneno” es lo que tiene Fernando Ruiz Díaz, sustancias con las que contagia apasionadamente a sus compañeros y a sus fans y que volverá a diseminar en el aire del Vive, un escenario en el que estuvo en 2012 para presentar, precisamente, El mezcal y la cobra.

De “Magia veneno”, surgido del disco El número imperfecto, Catupecu Machu ha realizado un video junto a Las Pelotas (una banda que debería venir al Vive Latino) en el show Madera Microchip, de agosto de  2013 en el Teatro Gran Rex.

El inminente desembarco de CM a nuestro país, donde también se espera que lleve a cabo una minigira por algunos escenarios del interior de la República, es circunstancia inmejorable para entrevistar largamente a Fernando Ruiz Díaz, un músico que tiene unas cuantas cosas claras en torno al rock en español, los sonidos de acá y de cómo vivir y morir varias veces cantando desde el corazón y con las tripas.

–Catupecu Machu ha evolucionado mucho al punto de encaramarse como una de las propuestas más importantes del rock argentino… ¿Cómo se ha dado ese proceso?

–Para nosotros lo más importante ha sido seguir siempre el camino de Catupecu, haciendo nuestro propio viaje y fundamentalmente respetando a los demás. Hay muchas propuestas y todas muy diferentes entre sí en el rock en español. Aunque siempre nos guarecemos bajo el paraguas del rock, también hay que decir que somos de la época en que el rock comenzaba a desdibujarse como género, quedando más bien en una actitud que en un género musical definido.

La banda pudo salir adelante de una tragedia y crecer con un sonido propio y muy identificable. Foto: Ocesa
La banda pudo salir adelante de una tragedia y crecer con un sonido propio y muy identificable. Foto: Ocesa

–Siempre te mostraste preocupado por reflexionar en torno a los procesos creativos y a tu condición de artista, ¿es así?

–Sí, porque tomamos este trabajo no serios, pero sí con mucha seriedad. Profundizamos muchísimo, desde el audio de una canción, la lírica, lo que nos sucede con la música, meternos en terrenos desconocidos, como cuando te vas de viaje a un sitio que no conocías y cuando regresás ya no sos el mismo. Nosotros vivimos la música, las giras, a nosotros mismos, escribo mucho solo y luego llego a la sala de estudio a compartir lo escrito…todos hacemos eso, vivimos procesos individuales que compartimos y también procesos colectivos que expresamos en las canciones. Este es un trabajo fascinante, que nos alucina y que para nosotros es tan importante como respirar.

–Muchos soñamos con ser cantantes de rock, pero muy pocos lo lograron, ¿qué implica eso?

–Para mí es algo alucinante. Los familiares que me vieron tocar la guitarra cuando tenía 8 años dicen que nací para esto; no lo sé, lo que sé es que lo disfruto muchísimo, es mi película y me gusta protagonizarla. A los pocos días del accidente de Gaby, estábamos arriba del escenario en Obras Sanitarias y aunque no sé bien lo que es ser un frontman, sé que lo que me interesa y le interesa a la banda es representar y transmitir toda esa energía que es Catupecu Machu.

–¿Cómo está Gabriel?

–Seguimos con la recuperación. En marzo se cumplen 8 años del accidente. Él tiene mucha energía. Vive con mi mamá, allí se recupera y ves muchos signos que te alientan. Te abraza, te da besos, hace lo mismo con mi hija Lila, quien llegó hace dos años y fue como una bomba de energía para toda la familia. Lo llevamos a veces a la sala cuando grabamos algo y la verdad que es un camino extraño y difícil donde él muestra mucha energía, siempre va para adelante. Cuando llegamos la última vez al Vive había muchos chicos que nunca nos vieron con Gabriel arriba del escenario y sin embargo lo tienen muy presente. Esperemos que el milagro que lo salvó se estire un poco más y se pueda recuperar totalmente.

–Los fans de Catupecu en México son cosa seria…

–Sí. Cuando nosotros volvimos a tocar al DF después de siete años sin venir, había muchísima gente esperándonos. Habían sido años en que no se tenían muchas noticias nuestras en México, no habíamos dado entrevistas ni realizado promoción alguna y, sin embargo, ahí estaban nuestros seguidores, más allá de las estrategias de marketing y del negocio del rock. Eso nos conmovió y nos sorprendió mucho, son esas cosas de alegría que sólo te da la música. El público argentino es muy leal y en ese sentido el público mexicano se le parece mucho. En Argentina, Kinky, Café Tacvba, Molotov, son bandas muy queridas y a las que el público les es muy fiel, encontrar lo mismo acá ha sido para nosotros un gran motivo de felicidad. Hay países que no tienen esa fidelidad, donde si te pasa algo como el accidente de mi hermano y no vas durante siete años a tocar, te olvidan enseguida, algo que en México no ha pasado y por lo que vamos a estar siempre muy agradecidos. Por otro lado, México es una tierra fascinante para los que la vemos de afuera y que siempre me interesó desde chiquito, así que venir a tocar acá es muy conmovedor.

–¿Laberintos entre aristas y dialectos y El mezcal y la cobra serían los discos que le dieron más masividad a la banda?

–Nuestros discos, por suerte, han sido todos muy exitosos y no lo digo para inflarnos el ego. Lo digo porque casi todos han vendido mucho y eso nos ha permitido comprarnos más y mejores instrumentos, programar mejor una gira, etcétera. Con Cuentos decapitados, del 2001, nos convertimos en una banda muy grande en Argentina y eso nos permitió hacer nuestro primer viaje a México y a Puerto Rico. Después empezó a crecer todo y sacamos El número imperfecto, el disco que tiene “Magia veneno” y “A veces vuelvo” (además de un impresionante cover de “Plan B: anhelo de satisfacción”, el tema de Massacre), para gran sorpresa nuestro todo siguió creciendo hasta llegar a Laberinto entre aristas y dialectos que fue un álbum de quiebre total. De ahí sale “El viaje del miedo”, un tema que rompió todo y que nosotros no podemos creer lo que pasó con él. Una canción hecha con piano acústico, guitarras rasgueadas…no sé, nuestros discos casi siempre estuvieron en las listas para los Grammy, para los Premios Gardel y aunque uno no trabaja para eso, nos da muchas pilas. Respondiendo a tu pregunta, es cierto también que El mezcal y la cobra ha sido un disco muy exitoso que nos llevó por todos lados. Pudimos ir a Perú, donde nos requerían desde hace tiempo y lo hicimos para cantar los temas de ese disco. Hay una constante ebullición con Catupecu Machu.

–Hay una constante ebullición con la banda, pero no hay nuevo disco, ¿sientes presión por eso?

–La presión siempre ha sido nuestra y lo que pasa es que somos una banda que tocamos mucho en vivo. No hemos encontrado el tiempo todavía para parar y dedicarnos a grabar el nuevo material. No somos una banda que tocamos a la vuelta de casa y que podemos entonces entrar a cada rato al estudio, ya nos gustaría, pero andamos de gira todo el tiempo. Somos una agrupación formada entre el estudio y el vivo. Los shows son muy importantes en nuestra historia y ahora es la época de dar shows, no queremos parar. Estamos apoyando la salida del compilado de los 20 años y haciendo el espectáculo Madera Microchip, una propuesta más acústica, donde tocamos sentados, proceso la guitarra criolla con el iPad y todo eso…el desafío es ver cuándo cortamos la gira para hacer el nuevo disco. Siempre hay por suerte un país nuevo que te llama u otro que quiere que regreses. Todos los días escribo y disfruto mucho haciéndolo. También compongo a menudo, así que te diría que hay más que suficiente material como para hacer un disco cuádruple. Las canciones que vengan en el nuevo álbum serán elegidas de acuerdo a la decisión estética de la banda.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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