Ciudad de México, 29 de agosto (SinEmbargo).- La primera emoción que surge al ver el tráiler de El secuestro de Michel Houellebecq, la película que se estrena hoy en Europa, es algo desolado, inasible y no muy placentero.
Cuesta identificar entre esos rasgos deteriorados, el pelo enmarañado y los ojos hundidos los mismos rasgos que daban sentido a la persona que vino en 2009 a México, invitado a dar un concierto de música y poesía por el bajista y escritor Alonso Arreola.
Michel, el que leyó con una voz descarnada e inolvidable sus grandiosos poemas en una noche en la que muchos fans y muchos curiosos habían llegado a la Casa del Lago. El que luego se fue a la Feria Internacional del Libro de Oaxaca y a duras penas logró ser convencido de visitar las ruinas de Monte Albán.
El que fumaba sin control, bebía sin control, se sumía descontroladamente en un silencio que pocos se animaban a interrumpir…cuatro años han pasado de aquella visita memorable y ahora parece un hombre que nunca estuvo aquí.
¿SE LO LLEVARON LOS EXTRATERRESTRES?
Curiosamente, en 2011, cuando Alonso Arreola presentaba un DVD con la memoria de aquella visita, Houllebecq estaba ilocalizable. Efectivamente, desde las redacciones de periódicos y agencias querían saber el paradero del último genio de la literatura francesa, ganador en 2010 del Premio Goncourt por su novela El mapa y el territorio.
El autor de La posibilidad de una isla había desaparecido. Algunos hablaron de un secuestro por parte de Al Qaeda, recordando las amenazas que le hizo un musulmán trasnochado por los textos de Plataforma, la polémica novela dedicada al turismo sexual que Houellebecq publicó en 2002.
El autor, que había declarado aquello famoso de que el Islam era “la religión más idiota”, fue llevado a juicio por sus declaraciones y luego absuelto de todo cargo, aunque no se siente todavía demasiado seguro en el mundo, por lo que mudó su residencia de París a Lanzarote y de esta isla española a la inaccesible isla de Bere (de apenas 200 habitantes), ubicada en el extremo sudoeste de Irlanda.
No faltaron los rumores disparatados en torno a una posible abducción por parte de los extraterrestres, inspirados seguramente en la personalidad atrabiliaria del escritor, tan raro siempre, tan fuera de la norma, que a veces pareciera perder su condición humana.
Con las “costumbres asesinas” de las redes sociales no tardaron aparecer muchos Michel Houellebecq muertos por aquí, por allá y por Twitter, pero lo cierto aunque envejecido de una forma que impresiona, él está aquí.
O en España, donde esta semana agotó una increíble agenda de prensa, justamente él que detesta las entrevistas y que cada vez que un periodista le hace una pregunta, da una honda calada a su cigarro, deja que pasen más o menos unos cinco minutos eternos y luego responde con un monosílabo.
El secuestro de Michel Houellebecq es un filme de Guillaume Nicloux, donde el escritor se pone frente a la cámara, en una actividad que parece realmente haber cooptado sus ya de por sí diezmadas energías, a causa del alcohol y del tabaco, sus dos grandes compañeros de la vida.
Se trata de lo que el propio director ha calificado de “comedia” y que ha sido leída de ese modo por la crítica europea, que aclamó el filme con frases tan rimbombantes como “Desternillante. Houellebecq hace la comedia que ya no hace Woody Allen” (Juan Sardá, El Mundo) o “Un juego de un alto nivel intelectual para reírse de tontos y listos” (Mateo Sancho, EFE).
En la ficción, tres hombres fornidos y escasamente letrados lo capturan en el ascensor de su casa y se lo llevan a una finca en las afueras de París, donde lo tratan con mucha amabilidad mientras esperan que alguien -la incógnita sobre la identidad del liberador se mantiene durante toda la película- pague el rescate.
Para Alonso Arreola, la película es testimonio de lo feliz que hace a Michel su nueva etapa como actor. “Me contó que está en varios proyectos al respecto y se mostró contento por ello”, dice el nieto de Juan José Arreola en entrevista con SinEmbargo, quien está también convencido de que el filme “lo mostrará de una manera diferente ante sus lectores”.
Efectivamente, en el marco del Festival de Cine de Venecia que transcurre en dicha ciudad italiana, se presentará el filme Experiencia cercana a la muerte, de Benoît Delépine y Gustave Kervern, donde el escritor concentra casi toda la atención de la cámara y habla con esa voz cavernosa y sugerente tan característica, para encarnar a un empleado de una empresa telefónica en un drama psicológico que promete.
EL ESCRITOR EXTRAVAGANTE
El secuestro de Michel Houellebecq es una parodia desopilante sobre un secuestro que en realidad no ocurrió. Lo único que había pasado es que el escritor se había quedado sin los servicios de Internet y poco hizo para renovarlos.
“Él, con sus comportamientos extravagantes se ha ganado la mirada extrañada con que suele verlo el público”, admite Alonso Arreola. Pero, ¿quién está detrás de esa extravagancia?.
“Michel es un tipo que puede ser muy cariñoso y que muestra de manera muy poderosa sus afectos cuando los tiene claros. En los días en que convivimos en México, pasaba por un momento difícil a causa de una situación difícil de salud que atravesaba una mujer que él quería mucho. Su perro, además, estaba muy enfermo”, cuenta el también columnista de La Jornada.
“El amor por esos dos seres dominaba por completo su estado de ánimo, no obstante lo cual fue muy generoso al venir a México sin cobrar un sueldo, para participar de un proyecto artístico con personas que no conocía”, agrega.
“Más allá de la película, lo que puedo decir es que Michel es un artista las 24 horas del día, los siete días de la semana y que nunca deja de preguntarse cosas con respecto a la vida y sobre todo al sufrimiento”, afirma Arreola.
El secuestro de Michel Houllebecq fue presentada en el reciente Festival de Berlín, donde crítica y público la aclamaron. En el Festival de Cine Independiente de Tribeca, donde se estrenó en abril pasado, ganó el premio al mejor guión y una mención especial del jurado.
“Empiezo a estar viejo para seguir escribiendo novelas, ser actor exige menos”, dijo el autor de Las partículas elementales a la agencia efe, que lo entrevistó este jueves en Madrid. Aunque no parece un escritor particularmente interesado en el dinero, hay que decir también que si le va bien con el falso documental que se estrena hoy en Europa, ganará mucho más que con las regalías de sus libros, lo que en su caso, uno de los autores más vendidos del mundo, ya es un decir.
“Digamos que la situación de secuestro no es peor que mi vida ordinaria”, dice Michel, mientras el director Guillaume Nicloux confiesa que Houellebecq lo hace reír mucho.
“Me parecía una pena que esos momentos no se trasladasen al público. Los medios siempre ofrecen visiones muy reducidas de la personalidad de Michel y yo quería ofrecer un abanico más amplio, no tanto del escritor sino del hombre”, dijo el cineasta a la agencia efe.
