“La decisión significa un paso hacia delante en la búsqueda de una resolución pacífica e imparcial de la disputa entre las partes y la clarificación de sus derechos bajo la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS)”, afirmó el fiscal general del Estado de Filipinas, Florin Hilbay, en un comunicado.

El Ministerio de Asuntos Exteriores también dio la “bienvenida” a la decisión del Tribunal Permanente de Arbitraje.

“Quedamos a la espera de la próxima vista sobre los argumentos del caso”, afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Filipinas, Charles Jose.

Filipinas elevó en 2014 a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) su protesta contra las acciones de Pekín en el Mar de China Meridional, donde ha llevado a cabo importantes construcciones en territorios que Manila asegura están dentro de su zona económica exclusiva de 200 millas náuticas.

Manila ha asegurado en varias ocasiones que China se dedica a acosar a barcos y aviones que se acercan al territorio en disputa.

China se ha negado a participar en un arbitraje judicial internacional, lo que reiteró hoy tras conocer la decisión de la corte de La Haya.

“No participaremos, y nunca aceptaremos el arbitraje entre Filipinas y China”, dijo el viceministro de Exteriores chino Liu Zhenmin, al recordar que desde la firma de la declaración de conducta de 2010 entre Pekín y diez países del sureste asiático la negociación bilateral es la única vía aceptada por el régimen comunista.

El enfrentamiento ha subido de tono los últimos años, coincidiendo con el intento de EEUU de mediar en las disputas.

Aunque Washington se declara neutral, las Fuerzas Armadas estadounidenses y filipinas han participado en actividades de entrenamiento conjuntas cerca de uno de los territorio en disputa, el archipiélago de las Spratly.

EEUU ha criticado de forma contundente a Pekín por sus construcciones en ese archipiélago, entre las que se encuentran islas artificiales, así como instalaciones aéreas y marítimas.

El enfrentamiento se intensificó el martes pasado, cuando el destructor lanzamisiles estadounidense USS Lassen navegó por aguas próximas al arrecife Subi, cuya soberanía reclama y ejerce China, un acto de advertencia a Pekín en su conflicto con países vecinos al que el régimen chino respondió con fuertes protestas.

China y Filipinas, junto a otros países de la región, se disputan la soberanía de las islas Spratly, cuyas aguas tienen ricos recursos pesqueros y se cree que también podrían albergar grandes yacimientos submarinos de petróleo o gas natural.