En ese instante los amantes se tocan sin tocarse y se miran con los ojos cerrados. Anudan piernas y sueños, sonrisas delirantes los abrazan y los hacen sentir que todo es nuevo.
Por Alberto Ruy-Sánchez.
En ese instante los amantes se tocan sin tocarse y se miran con los ojos cerrados. Anudan piernas y sueños, sonrisas delirantes los abrazan y los hacen sentir que todo es nuevo.
Por Alberto Ruy-Sánchez.