Para los amantes que despiertan, todos los caminos desembocan en Roma, y el aroma de un beso en la nuca desboca lo que siendo nuevo ya sabe por dónde va.
Por Alberto Ruy-Sánchez.
Para los amantes que despiertan, todos los caminos desembocan en Roma, y el aroma de un beso en la nuca desboca lo que siendo nuevo ya sabe por dónde va.
Por Alberto Ruy-Sánchez.