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Hilda García

31/08/2012 - 12:00 am

La CIA, la DEA y ¿ahora el Ejército?

Aún estamos en medio de la crisis de Tres Marías, aquel incidente nada menor, en el que dos ciudadanos estadounidenses y agentes de la CIA fueron atacados en una camioneta diplomática mientras viajaban por esa área en el estado de Morelos, cuando ya el sheriff de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio, nos ofrece al Ejército de […]

Aún estamos en medio de la crisis de Tres Marías, aquel incidente nada menor, en el que dos ciudadanos estadounidenses y agentes de la CIA fueron atacados en una camioneta diplomática mientras viajaban por esa área en el estado de Morelos, cuando ya el sheriff de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio, nos ofrece al Ejército de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en México.

El polémico sheriff conocido por su total intolerancia hacia los indocumentados y sus acusaciones sobre las operaciones de narcotraficantes mexicanos en suelo estadounidense añadió: “Enviamos el Ejército a Afganistán, a todos esos países. ¿Por qué no podemos ayudar a nuestros vecinos a resolver nuestro problema?”.

Y como dijera aquel dicho infantil… ¿Nuestro Kimosabe? Es cierto, una parte les corresponde. Estados Unidos es el principal centro de consumo de drogas. México, siendo frontera, ha pasado de ser mero distribuidor a productor generando una gran industria. Pero cuando hablan de combatir el narcotráfico sólo hablan del tema de la violencia en México y no del consumo interno que genera la demanda de diversas drogas desde otros países, no sólo desde el nuestro.

Y las declaraciones de Arpaio fueron aún más lejos. Señaló que si él fuera Presidente de Estados Unidos le ofrecería a Peña Nieto la Patrulla Fronteriza y de ser necesario hasta las Fuerzas Armadas. Según él, se les debería dejar cruzar la frontera y trabajar con los agentes mexicanos para “limpiar el desorden con la ayuda de los Estados Unidos. No vamos a darle dinero sólo para el entrenamiento; vamos a salir a la calle y a poner criminales tras las rejas”.

Arpaio no es el único que piensa así. Y al igual que en la de diversas fuerzas castrenses y el ala más conservadora de Estados Unidos su pensar es que tenemos un desorden en México. Un desorden que hay que limpiar y no sólo con dinero, sino que a través de todos sus discursos continúa la presión por permitir la entrada de agentes de la DEA, la CIA y ahora hasta el Ejército estadounidense en territorio mexicano. Eso sí, para combatir el narcotráfico en México. No en su país. Incluso hasta se atrevió a pedirle una medalla al presidente Barack Obama por su labor deteniendo la migración de indocumentados y el narcotráfico en vez de investigarlo.

Sin embargo, los discursos no están alejados de la realidad. A pesar de que muchas veces el gobierno mexicano no lo acepta o dice que va a investigar, durante este sexenio, este mismo en el que debido a la lucha contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón ya rebasamos los 70 mil muertos y seguiremos contando, ya se ha permitido la entrada de a poco de agentes de la DEA y de la CIA en el país.

De acuerdo con información del The New York Times, los agentes que sufrieron el atentado por parte de agentes de la Policía Federal fueron enviados para reforzar la labor de México para combatir el narcotráfico.

Los dos agentes, heridos la semana pasada, participaban en un programa de entrenamiento junto con la Armada de México y viajaban en un vehículo con placas diplomáticas, hacia un campo de tiro militar. La camioneta, según declaraciones, tenía blindaje siete. Es decir, el más elevado que hay.

Aún no está claro si los estadounidenses fueron el blanco del ataque de los agentes federales, si fue un caso de identidad equivocada o si hay alguna otra razón por la que el vehículo fue emboscado.

Hasta ahora, las operaciones antinarcóticos permitidas a Estados Unidos han incluido el uso de aviones no tripulados y la presencia de agentes de la CIA. Igualmente, sabemos que militares retirados han trabajado con las agencias policiales estadounidenses y el Ejército mexicano para formar elementos de las fuerzas armadas de nuestro país. Sin embargo, no deja de ser un tema complicado, un tema de soberanía del que ya ni se habla ni se expone. Se da por sentado que así tiene que ser porque estamos en una guerra, pero ahora que se termine el sexenio ¿cómo será esa guerra?  ¿Continuaremos con la presencia de agentes estadounidenses? ¿Seguirán los operativos como Rápido y Furioso o como el de Receptor Abierto?

Son ya varios los temas en los que de a poco se ha traicionado la confianza en uno u otro país. Y al final no hemos logrado resolver el tema real del narcotráfico y en el que las pocas o muchas detenciones de los “malosos” solo han llenado las páginas de los diarios. Los muertos siguen ahí, la violencia crece aún más y al final del sexenio no sabemos si es correcta nuestra estrategia nacional,  mucho menos la binacional.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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