Mario Campa

Diez consecuencias imprevistas de la crisis en Medio Oriente

"Tras la agresión de Israel, los países de Medio Oriente estarán tentados a investigar en las sombras, alejados de los pactos y las agencias, para prevenir las agresiones de las potencias nucleares, como Estados Unidos e Israel. Líderes regionales como Arabia, Turquía y Egipto son candidatos naturales."

Mario Campa

25/06/2025 - 12:05 am

  1. Los ataques preventivos fuera del derecho internacional podrían normalizarse. Por definición, una consecuencia imprevista es un efecto indeseado de una acción o decisión. La operación Midnight Hammer (“Martillo de Medianoche”) fue un ataque calculado para despresurizar, pero el alto al fuego anunciado por Trump es frágil. Frente al mar de incertidumbre y agresiones, el mayor riesgo para la paz mundial es que los países justifiquen cualquier bombardeo futuro bajo axiomas defensivos ilegales. Por ejemplo, China podría agredir a Taiwán mañana so pretexto de prevenir una amenaza geográfica. En tales casos, la legalidad quedaría como letra muerta para beneficio del más fuerte, como en la jungla. 
  2. El petróleo tocaría nuevas alturas si persiste tensión. La mera anticipación de un cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita 20 por ciento del crudo mundial, infló los precios. Aun sin bloqueo, la cotización del WTI y el Brent subió un 25 por ciento en las 3 semanas previas a la operación Martillo. Trump delató nerviosismo cuando amenazó a los productores en su red social: “¡Todos mantengan los precios del petróleo bajos! ¡Estoy vigilando! ¡Están cayendo en las manos del enemigo! ¡No lo hagan!” Ciertamente, los precios cayeron 10 por ciento tras esa advertencia y los preámbulos del alto al fuego, pero el ambiente tenso persiste. 
  3. La inflación energética debilitaría la aprobación presidencial. Trump prometió en campaña atenuar la escalada de precios de la era Biden. Los huevos, por ejemplo, causaron jaquecas. La paciencia se agota pronto. En este asunto, Trump es desaprobado por 6 de cada 10 estadounidenses. Si persiste, el alza en las gasolinas dañaría más la aprobación presidencial. En lo general, un escenario de estanflación—bajo crecimiento con mayor inflación— afectaría la confianza en la política económica de Trump de cara a la elección intermedia.
  4. Crecerá el déficit fiscal de Estados Unidos. Trump prometió en campaña adelgazar la deuda. Para lograrlo, su proyecto de presupuesto “Grande y Hermoso” proponía podar gasto y extender los recortes tributarios. Sin embargo, como alertaron Musk y los análisis robustos, la brecha entre lo recaudado y lo gastado en realidad engordaría con la venia legislativa. Una incursión militar, por más contenida, alimentaría el déficit por un mayor gasto militar no programable y nuevas ayudas a Israel. 
  5. La coalición electoral de Trump sufriría una recomposición parcial. Una encuesta de YouGov antes de la operación Martillo de Medianoche registró que sólo un 16 por ciento deseaba la participación de Estados Unidos en Irán, si bien al evaluar ex post el bombardeo la aprobación subió a 36 por ciento. Aun con el salto y el alto al fuego, una minoría republicana es cada vez menos silenciosa. Los defensores del lema America First despiertan la ira del Presidente con sus críticas aireadas. “¡MAGA debería dejar de lado a este patético PERDEDOR, Tom Massie [congresista por Kentucky], como si fuera la plaga!”, repudió Trump en Truth Social. Ciertamente, las pérdidas de votantes en el ala anti-déficit y anti-guerra del partido republicano podrían ser compensadas por ganancias entre independientes y demócratas moderados. Pero la mayoría legislativa corre peligro.
  6. Los vehículos eléctricos ganan atractivo relativo frente a los autos de combustión interna. Resulta irónico que Trump impulse la electrificación del transporte contra su voluntad, vía un encarecimiento relativo de las gasolinas frente a la electricidad. Si persiste tensión en Medio Oriente y el barril de crudo se estaciona en niveles altos, el beneficiario de largo plazo sería China, tanto por ser un gran importador neto de petróleo como por tener a las armadoras líderes en la nueva tecnología, sólo retadas por Tesla. 
  7. Las finanzas públicas de Israel ahondan su deterioro. Como consecuencia de la destrucción de Gaza, el gasto militar escaló 65 por ciento en 2024 para representar un elevado 8.8 por ciento del PIB. El déficit fiscal alcanzó el 6.9 por ciento en 2024 y la relación entre la deuda pública y el PIB escaló a 69.0 por ciento desde 61.3 por ciento un año antes. Movidas por un gasto en defensa que drena presupuesto, las tres calificadoras líderes recortaron la nota crediticia en 2024 y mantienen una perspectiva negativa. 
  8. Las cartas negociadoras de Rusia mejoraron al instante. Un informe del Instituto para el Estudio de la Guerra destacó que los ingresos que el Kremlin obtiene del petróleo son un salvavidas para su campaña militar. Consciente de ello, el Presidente ucraniano manifestó preocupación por la tensión en Medio Oriente una semana antes de la operación Martillo: “Los bombardeos provocaron un fuerte aumento del precio del petróleo, lo cual es negativo para nosotros. […] Los rusos se están fortaleciendo gracias a los mayores ingresos provenientes de las exportaciones petroleras”. Zelenski solicitó, además, que la ayuda a Ucrania no sea desviada a Israel. 
  9. El poder blando estadounidense pierde lustre. La capacidad de Estados Unidos de influir en otros mediante la atracción y la persuasión, en lugar de la coerción y el garrote, está disminuida. En esta ocasión, al desoír a la ONU y saltar a la OTAN, la Casa Blanca debilita los mecanismos internacionales creados para legitimar. Además, las agresiones de guerra sin aprobación del Congreso socavan el halo democrático que el hegemón usa para agredir a regímenes autoritarios, siempre en función de sus intereses. 
  10. Nacen incentivos perversos para enriquecer uranio como disuasivo. Corea del Norte es ejemplo de que las amenazas de bombardeo decaen cuando la tecnología nuclear madura. Tras la agresión de Israel, los países de Medio Oriente estarán tentados a investigar en las sombras, alejados de los pactos y las agencias, para prevenir las agresiones de las potencias nucleares, como Estados Unidos e Israel. Líderes regionales como Arabia, Turquía y Egipto son candidatos naturales. Con esto, el Tratado de No Proliferación podría estar muerto. Una posible carrera armamentista sería un escenario catastrófico para el mundo, hoy en manos de Netanyahu y su licencia para matar. 

Mario Campa

Mario Campa

Mario A. Campa Molina es economista político e industrial, graduado del MPA de la Universidad de Columbia (2013-2015). Colabora como columnista y panelista en diversos medios y es editor contribuyente en español de la revista de ideas Phenomenal World, del Jain Family Institute (NY). Tiene experiencia laboral en el sector financiero, energético, público y académico.

Lo dice el reportero