Fernando A. Flores habló sobre su libro de cuentos en los que relata distintos momentos de eternidad logrados desde la capacidad melódica de sus protagonistas, todos ellos situados en la región del sur de Texas.
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– Fernando A. Flores escribe 10 cuentos, que en otro momento y en otras palabras fueron publicados como Death to the Bullshit Artists of South Texas, y que hoy edita la Universidad Autónoma de Nuevo León como Muerte a los pinches artistas del sur de Texas. Son historias de todo el Valle de Texas. Cada una tiene como protagonistas a un grupo de músicos, a un músico, a un artista o algo similar. En palabras de su autor, se trata de textos experimentales que lo han acompañado desde 2008.
“Me atraía esa idea de tener un libro que se enfocara en eso, pero que tuviera todo el tema de la frontera, de todo tipo de historias. Yo siempre digo que todo el mundo pasa por la frontera de Texas y México, ahí en el Río Grande del sur de Texas de donde crecí yo. Y en ese lugar todas las personas de todo el mundo cruzan todos los días y con toda esta gente van sus historias, la literatura de sus países, y pensando yo en esto quería que todo tipo de historias también pasaran por este libro”, compartió Fernando A. Flores.
De esta manera en sus relatos uno puede encontrar “jóvenes, adultos sin rumbo, marginales y viejas leyendas que encuentran en el sonido un atisbo de trascendencias invisibles, quizás cercanas o escondidas en los surcos de un disco: la gloria del tiempo eterno del underground, de rebeldías que se sostienen a sí mismas, que existen para comunidades que son un puñado de conocedores, distraídos visitantes a un bar o solo dos amigas en una sala de ensayo”, como se señala en la reseña.
“Yo quería que cada historia tuviera su momento de triunfo, su momento de la eternidad, de las montañas más altas artísticas que uno puede llegar en esta vida. Aunque no hubiera testigos para este momento artístico, aunque no hubiera documentación de este momento artístico. Lo importante es que sí existió y que una persona sintió esas montañas altas artísticas, ese ese sentimiento de la eternidad. Así que aunque todas sus historias tiene su momento también de fracaso, quería ese balance”, apuntó.
Fernando A. Flores compartió cómo quería capturar todo esto en sus historias, y abordar otras cuestiones que no son tratadas. “La literatura de esa región no tiene sentido del humor, siempre se enfoca en el narcotráfico, la gente pobre que está cruzando y esos cuentos son importantes, sí, existen, y tienen que existir, pero las las personas existen en diferentes maneras en el Valle, hay escenas artísticas, hay personas que quieren ser músicos, hay personas con sueños de ser artistas y quería que esos sueños se representaran también”.





