Mario Campa

Seis acciones para endurecer la postura de México contra Israel

"Cualquiera que sea la ruta tomada, el punto de partida es la alineación de postura con el nuevo bloque histórico que germina. La historia, que todo lo ve y todo lo juzga, será implacable con quienes den la espalda al humanismo y abracen, por acción u omisión, la barbarie".

Mario Campa

08/10/2025 - 12:05 am

Las protestas callejeras en Europa por la detención arbitraria a los tripulantes de la Flotilla Global en aguas internacionales confirman lo que Netanyahu advertía hace unas semanas: Israel está perdiendo la guerra mediática. Sólo el apoyo de Trump sostiene los crímenes contra Gaza que el mundo entero repudia. Una encuesta del Washington Post, al que se puede acusar como aliado de Trump, pero no de Palestina, muestra que ni siquiera los judíos estadounidenses avalan las acciones del Gobierno de Israel, con cuatro de cada 10 convencidos del genocidio contra los palestinos y seis de cada 10 de los crímenes de guerra. Con todo, el vuelco de la opinión pública y de los gobiernos que ahora reconocen al Estado de Palestina abren una ventana de oportunidad en México. Si el futuro cercano exige endurecer postura por estrategia y espinazo ético, las siguientes seis acciones de distanciamiento están al alcance de los tomadores de decisiones, que harían mal en desoír el clamor popular.

1. Suspensión de la cooperación en seguridad y defensa. El embargo de armas es la demanda principal de la campaña de sanciones y boicots contra Israel. México, como otros países latinoamericanos—Colombia, por nombrar uno—tiene un historial de colaboración militar con Israel. La prohibición de nuevas compras de equipo, servicios de espionaje (como Pegasus) y servicios de asesoría como los que ofrece Elbit Systems (más subsidiarias) daría un golpe mediático y económico a Israel, macabramente orgulloso de su industria bélica.

2. Negativa a albergar a la selección de futbol israelí durante el Mundial. México albergará 13 partidos de uno de los eventos deportivos más seguidos, 10 de ellos en fase de grupos. Israel podría ser sorteada para disputar encuentros en Guadalajara, Monterrey o la Ciudad de México. Ante el escenario previsible de que broten manifestaciones a las afueras de los estadios, en los hoteles de concentración e incluso en las gradas, el Gobierno podría convencer a la FIFA de que no hay condiciones para recibir a la selección de futbol de un país bajo la lupa. Y en efecto, cualquier acto de violencia sería costoso para la imagen turística de México; empero, encima de la brújula económica está la ética. Por supuesto, Israel debe sortear antes la etapa clasificatoria donde, por cierto, enfrenta creciente presión de cara al duelo que disputará el 14 de octubre contra Italia.

3. Revisión al Tratado de Libre Comercio México-Israel. Firmado por el Gobierno de Zedillo ya de salida, el 1 de julio de 2000 entró en vigor un acuerdo comercial más simbólico que efectivo. Por geopolítica, el tratado podría ser pausado antes que terminado, aunque Colombia marcó ejemplo con una postura más dura cuando primero prohibió la exportación de carbón a Israel como antesala al fin de su propio acuerdo bilateral. En cualquier caso, el impacto económico equivaldría a cacahuates para México y, en cambio, lo acercaría al Sur Global sin una ofensa directa a los Estados Unidos, si es lo que se teme.

4. Emisión de alertas de viaje y restricciones a la movilidad bilateral. El turismo religioso deja más derramas a Israel que a México. Elevar las barreras al intercambio de servicios, en este caso al turismo mediante el endurecimiento de visados y de las facilidades de viaje, desincentivaría una de las actividades económicas y culturales clave para Israel. Si bien las medidas impondrían costos a ciertos viajantes, podrían relajarse de forma escalonada en función de que un nuevo gobierno remplace al de Netanyahu y que la destrucción de Gaza sea subsanada.

5. Prohibición de contratos públicos y convenios con empresas y universidades israelís. En México, diversas empresas israelís participan mediante asignaciones directas o licitaciones públicas en los servicios públicos y las compras gubernamentales. Por ejemplo, la Secretaría de Relaciones Exteriores tenía identificadas a 30 empresas israelís de ciberseguridad con operaciones en México. Vetar su acceso a los tres niveles de gobierno es hoy legítimo y aconsejable desde un enfoque de seguridad nacional. Por otra parte, romper todo convenio de intercambio y colaboración entre universidades atendería el reclamo del contingente de protesta más enérgico y convencido: los estudiantes.

6. Desinversión del Banco de México y las Afores. En las últimas semanas, el fondo de riqueza soberana de Noruega dio una lección ética a los mercados de capitales cuando anunció la desinversión en activos expuestos a Israel. Ciertamente, en México el banco central guarda las reservas internacionales en monedas más sólidas que el séquel, mientras las Afores invierten porcentajes mínimos de sus carteras en deuda y acciones de empresas israelís. No obstante, formalizar su exclusión de los portafolios enviaría dos poderosas señales: (1) la maximización de utilidades es injustificable cuando siembra tumbas y (2) el dinero de la gente amerita mayor transparencia y rendición de cuentas, en especial cuando facilita la manufactura de cadáveres.

Las seis acciones propuestas no romperían relaciones diplomáticas con Israel, acaso la última carta a usarse en caso de un genocidio alargado. Tampoco sancionarían en lo individual a funcionarios como Netanyahu y sus ministros y familiares, acto meramente simbólico por su poca practicidad en México. Por supuesto, el acompañamiento diplomático a Colombia, Brasil y Chile en sus denuncias contra Israel ante los tribunales internacionales es otra vía de ejercer liderazgo mundial que puede correr en paralelo. Cualquiera que sea la ruta tomada, el punto de partida es la alineación de postura con el nuevo bloque histórico que germina. La historia, que todo lo ve y todo lo juzga, será implacable con quienes den la espalda al humanismo y abracen, por acción u omisión, la barbarie.

Mario Campa

Mario Campa

Mario A. Campa Molina es economista político e industrial, graduado del MPA de la Universidad de Columbia (2013-2015). Colabora como columnista y panelista en diversos medios y es editor contribuyente en español de la revista de ideas Phenomenal World, del Jain Family Institute (NY). Tiene experiencia laboral en el sector financiero, energético, público y académico.

Lo dice el reportero