Cuando Andrés Manuel López Obrador postuló la separación del poder político del poder económico, concitó dudas en un sector por su relación personal con Ricardo Salinas Pliego. Eso se acabó: Ahora el magnate, que tiene también poder mediático, deberá pagar su millonaria deuda, porque es tan importante que el Estado combata a los grupos criminales como a los delincuentes de cuello blanco, incluidos los evasores de impuestos.
Salinas Pliego ya es un hombre quebrado y miente cuando atribuye a la Reforma Judicial su derrota en los litigios sobre su multimillonaria deuda: Los jueces de distrito y los magistrados de tribunales colegiados nunca le dieron la razón jurídica —¡perdió en todas las instancias!—, antes inclusive del inicio del Gobierno de López Obrador, en 2018, porque son juicios que él inició desde 2008.
De hecho, los siete asuntos que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene previsto resolver este jueves, aunque podrían aplazarse, sólo corresponden a los ejercicios fiscales de 2008 a 2013, que involucran más de 40 mil millones de pesos, por lo que están pendientes otros litigios que suman una deuda de más de 74 mil millones de pesos.
Lo que Salinas Pliego no dice, menos sus achichincles, es que él apostaba a no pagar o pagar poquito por su relación personal y política con López Obrador, quien inclusive le hizo un descuento de ocho mil millones de pesos que el magnate no aceptó porque no le pareció suficiente. Y entonces pensaba que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), presidida por Norma Piña, le daría la razón, aunque con criterios contrarios a jueces y magistrados.
Y no: Ahí sí la Reforma Judicial fue una mala noticia para Salinas Pliego, porque ya no pudo comprar a la nueva SCJN, que si bien prevé desechar por improcedentes los siete asuntos que ya fueron agendados para este jueves, podría perfectamente discutir cada uno y darle palo al magnate con los mismos criterios de jueces y magistrados federales que, insisto, se emitieron antes de la llegada de López Obrador a la Presidencia de la República.
Ahora sí, ante un escenario tan adverso, Salinas Pliego dice que quiere pagar, porque se cansó de litigar. Pero, con la incongruencia que lo caracteriza, reiteró que irá a los tribunales internacionales para afirmar que el Estado mexicano le cobra sus deudas, porque es un adversario político.
Eso tampoco nadie se lo cree. ¿Quién defiende a Salinas Pliego? Salvo quienes están en su nómina, nadie, menos los que criticaron por estar cerca de López Obrador, quien le dio contratos para dispersar los recursos de los programas sociales sólo mientras creaba el Banco del Bienestar.
La justicia tarda, pero llega: Por más que Salinas Pliego pateó el bote, escabullendo con su ejército de abogados el pago de sus obligaciones tributarias, tendrá que desprenderse de una fortuna que ha sido prestada.
El caso no es tema de simpatía ni antipatía, sino de vigencia del Estado democrático de derecho: Nadie, ni los criminales ni los delincuentes de cuello blanco, puede estar por encima de las instituciones, por más que tengan poder económico y poder mediático.
Así como se exige a la Presidenta Claudia Sheinbaum que combata con mayor contundencia a los grupos criminales que dañan con su violencia a los mexicanos, también debe consolidar la separación del poder político de los poderes fácticos, como el económico y el mediático.
El Estado no debe despojar a nadie de su patrimonio, pero tampoco debe otorgar a nadie privilegios fiscales. ¿Por qué si todos los que trabajamos cumplimos con nuestras obligaciones tributarias, hay quienes las eluden y evaden sólo por tener abogados? Eso debe terminarse de una vez por todas.
Es de prever que, una vez que falle la SCJN, Salinas Pliego se resistirá a pagar voluntariamente, pero el Sistema de Administración Tributaria (SAT) deberá ejecutar el cobro con todos los recursos jurídicos.
Y sí: Que Salinas Pliego haga política y, junto con la Ministra Piña y el PRIAN, conformen en el Congreso una mayoría constitucional para que reviertan la reforma judicial que repugnan. ¡A la calle a buscar votos!





