Juan Carlos Monedero

Si quieres la guerra, dale el Nobel de la Paz

"El Nobel de la Paz es un dispositivo ideológico para idiotas, como las películas de buenos y malos, como arrasar con Gaza y decir que Trump ha logrado que termine esa guerra o con amenazar en nombre de la libertad a Venezuela, a Colombia o a México si no le obedecen".

Juan Carlos Monedero

11/12/2025 - 12:03 am

Cárteles de los soles y de las lunas, tráfico de cocaína inventado, acusaciones de falsas financiaciones de campañas electorales a la izquierda por los cárteles y silencio de la financiación real de los cárteles y de Estados Unidos (EU) a la derecha, la democracia por aquí y el fentanilo por allá, armas inventadas de destrucción masiva, los migrantes que amenazan con remplazar a los buenos blancos, el Nobel de la Paz a una mercenaria, asesinatos encubiertos en la lucha contra la droga, retirada de visa y cuentas corrientes a los jueces del tribunal penal internacional, la promesa de hacer un resort precioso sobre los cientos de miles de muertos de Gaza, soltar al exnarcopresidente hondureño Juan Orlando Hernández, condenado a medio siglo de cárcel por traficante, al tiempo que se asedia a Venezuela acusando a Maduro de ¡traficante!, la libertad, la libertad, la libertad, líderes políticos mexicanos, colombianos, hondureños, salvadoreños para los que su más preciado tesoro es la visa para ir a Miami o a Orlando, barcos de bananos del Presidente ecuatoriano Noboa repletos de cocaína camino de Nueva York, el Presidente de Panamá aplaudiendo que Trump quiera anexionarse el Canal, Milei y sus movimientos espasmódicos cuando se reúne con Trump, el fraude de las criptomonedas, la corrupción de su hermana, el hambre de su pueblo y las condecoraciones y dinero norteamericano recibidos para frenar al peronismo, el Mossad espiando y chantajeando a los líderes políticos…

En la terrible película Funny Games (Juegos sádicos), del austriaco Michel Haneke, el protagonista, que está torturando a alguien a quien no ves, y mientras el espectador está aterrado en su butaca en el cine, se gira,  mira a la pantalla y pregunta al público: ¿tienes bastante o quieres más? Para justificar la invasión de América Latina solo falta una serie de Netflix. Ya la están rodando. Y no le cuelan sin que te des cuenta: pagas la cuota mensual para verla. Nos querían distraídos y en una burbuja. Ya casi lo han logrado.

La doctrina de Seguridad Nacional de EEUU que acaba de presentar Trump es un regalo para los analistas sinceros. Dice el documento, textualmente, que para mantener el modo de vida americano, esto es “Para alcanzar estos objetivos” -dice la doctrina- es necesario movilizar todos los recursos de nuestro poder nacional. Sin embargo, esta estrategia se centra en la política exterior. (…) queremos un hemisferio que siga estando a salvo de incursiones extranjeras hostiles o del control de activos clave, y que respalde las cadenas de suministro esenciales; y queremos garantizar nuestro acceso continuo a ubicaciones estratégicas clave. En otras palabras, afirmaremos y aplicaremos un «corolario Trump» a la doctrina Monroe.”

Es como si hubieran desclasificado en tiempo real documentos secretos que siempre tardan cincuenta años en ver la luz y cuyo secreto es lo que permite que las ratas que siempre justifican los asesinatos puedan sembrar dudas sobre lo que realmente pretenden y hacen los poderosos. No es que todo lo que dice sea verdad. Por ejemplo, dice que toda la política exterior norteamericana desde la Segunda Guerra Mundial era una generosa ayuda exterior. Es mentira. Todo lo que hicieron, todo, era para dominar el mundo, incluso su entrada en la guerra mundial, que fue una decisión para garantizar su hegemonía colonial y para la que no dudaron en lanzar dos bombas nucleares sobre población civil. Todo lo hicieron fue para colocar al dólar como moneda de reserva mundial, vender sus coches, sus mercancías, sus bombas y su coca-cola, sembrar el planeta de bases militares para garantizar su dominio, tener petróleo barato, robarse los intelectuales y científicos del planeta y encadenar a Europa a la OTAN y a América Latina a su dominio. Pero a Trump eso le parece poco, porque hoy ya no lo tienen tan fácil. Lo que antes hacían con la USAID, ahora lo quieren hacer con portaaviones y misiles. Habla el documento de “el carácter de nuestra nación en el que se basaban su poder, su riqueza y su decencia”. El presidente ladrón, putero y asesino, condenado en su propio  país por su propia justicia, el que intentó un golpe de Estado contra Biden, hablando de “decencia”. Nos toman por pendejos e, igual, no nos damos cuenta y les damos argumentos para que lo hagan.

Dice el documento: “Queremos proteger este país, su pueblo, su territorio, su economía y su modo de vida contra los ataques militares y las influencias extranjeras hostiles, ya sea espionaje, prácticas comerciales depredadoras, tráfico de drogas y de seres humanos, propaganda destructiva y operaciones de influencia, subversión cultural o cualquier otra amenaza para nuestra nación (…) Queremos reclutar, entrenar, equipar y desplegar el ejército más poderoso, letal y tecnológicamente avanzado del mundo para proteger nuestros intereses. (…) Por último, queremos restaurar y revitalizar la salud espiritual y cultural de los Estados Unidos, sin la cual la seguridad a largo plazo es imposible.”

Se lo traduzco: queremos que el modo de vida americano que nos ha financiado el resto del planeta, nos lo sigan financiando, y quien nos gane compitiendo, lo vamos a tratar como si nos estuviera agrediendo militarmente. La excusa para operar va a ser la lucha contra la droga y para convencer a los norteamericanos, buena parte de ellos inmigrantes, les vamos a decir que los inmigrantes les quieren quitar el trabajo. Y además, no vamos a dejar que Bub Bunny, Rosalía o Kenny G sigan teniendo tanto éxito en nuestro país. Y os vamos a meter a los que no estéis de acuerdo un misil por el trasero y además un marine, que seguramente es latinoamericano, os va a pegar un tiro en la nuca. Y como volváis a elegir a un Papa como Francisco o busquéis otras iglesias que no sean las evangelistas neopentecostales que os digamos, vamos a volver a crucificar a Jesucristo

La Italia de finales de la Segunda Guerra Mundial adelantó un comportamiento que EEUU va a intentar repetir con los capos de la droga mexicanos, ecuatorianos, salvadoreños.

Estados Unidos descubrió, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, que nada frenaba al comunismo tan eficazmente como recurrir a los capos locales que ya frenaban a cualquiera que se les acercara sin permiso. Así que, con la naturalidad de quien pide azúcar al vecino, recurrió a la mafia siciliana para “restaurar el orden” en la isla: un orden muy específico, claro, en el que los jefes mafiosos salían de prisión y los partisanos comunistas volvían a meterse en ella. Washington lo llamó “estabilización”; los propios mafiosos lo llamaban simplemente recuperar el negocio.

La posguerra en Italia se convirtió así en una especie de alianza improvisada donde los servicios de inteligencia estadounidenses y las familias criminales compartían un mismo objetivo: impedir que la izquierda tomara fuerza. Los mafiosos aportaban logística, intimidación y su inigualable capacidad para “persuadir” votantes; Estados Unidos aportaba legitimidad internacional y la bendición de la lucha anticomunista. El resultado fue tan efectivo como cínico: la democracia cristiana avanzó, los comunistas retrocedieron y la mafia quedó instalada como poder paralelo durante décadas, agradecida por la colaboración… aunque nunca demasiado agradecida como para pagar impuestos.

Dice el documento que EEUU se va a aliar con Rusia contra China. Así que habrá que ver qué dice Rusia, porque como también dice que va a reventar a Europa, no sería extraño que Trump piense que le puede dejar a Putin reconstruir un imperio sobre suelo europeo con la intención de que le deje a él hacer lo mismo en América Latina. O Putin puede ser algo más listo y aliarse con China y América Latina para que el imperio norteamericano pase a la historia con el menor daño posible.

EEUU quiere poner de rodillas a América Latina, desde México a la Patagonia: “será necesario ampliar el acceso de Estados Unidos a los minerales y materiales esenciales (…) Además, la comunidad de inteligencia supervisará las cadenas de suministro clave y los avances tecnológicos en todo el mundo para asegurarnos de que comprendemos y mitigamos las debilidades y amenazas que pesan sobre la seguridad y la prosperidad estadounidenses”. Y continúa: “el restablecimiento del dominio energético estadounidense (en los ámbitos del petróleo, el gas, el carbón y la energía nuclear) y la relocalización de los componentes energéticos clave necesarios constituyen una prioridad estratégica absoluta. Una energía barata y abundante permitirá crear puestos de trabajo bien remunerados en Estados Unidos, reducir los costes para los consumidores y las empresas estadounidenses, estimular la reindustrialización y contribuir a mantener nuestra ventaja en tecnologías punteras como la inteligencia artificial”

Como digo, que nadie se llame a engaño. Lo que Trump venía haciendo, lo ha convertido en su doctrina de política exterior: “Tras años de negligencia, Estados Unidos reafirmará y aplicará la doctrina Monroe con el fin de restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestro territorio y nuestro acceso a zonas geográficas clave en toda la región. Impedirá que los competidores no hemisféricos [China] posicionen fuerzas u otras capacidades amenazantes, o que posean o controlen activos estratégicamente vitales en nuestro hemisferio. Este «corolario Trump» a la doctrina Monroe es una restauración sensata y firme del poder y las prioridades estadounidenses, de acuerdo con los intereses de seguridad de Estados Unidos. Nuestros objetivos para el hemisferio occidental pueden resumirse así: «Reclutar y expandirnos». Esto es, apoyar a las fuerzas de extrema derecha que le van a poner los países en bandeja, y colocar marines donde los gobiernos no sean amables con esa pretensión. “Queremos que otras naciones nos consideren su socio preferido y las disuadiremos, por diversos medios, de colaborar con otros”, dice el documento.

No va a ser fácil discutir con argumentos a los EEUU de Trump. Porque han vuelto a recuperar el argumento de los peregrinos del Myflower que llegaron a Plymouth a fundar los EEUU exterminando a los indios. Dice la nueva doctrina que “la misión del Gobierno estadounidense es garantizar los derechos naturales otorgados por Dios a los ciudadanos estadounidenses.”. Los derechos naturales, que los definen los curas y los leones, frente a los derechos de la Constitución, que nos hace a todos ciudadanos. En Yemen dice que hay piratas que asaltan barcos; en Venezuela, EEUU asalta un petrolero venezolano para robárselo. Y encima lo cuenta como si fuera una película. Nos va a robar, exiliar, matar y no pocas de las víctimas van a aplaudir

Esto es lo que va a hacer EEUU con la ayuda de los Ricardo Salinas Pliego y Lilly Téllez en México, con Uribe, Abelardo de la Espriella y Vicky Dávila en Colombia, con Noboa en Ecuador, con Nasry Asfura en Honduras, con Bukele en EL Salvador y Milei en Argentina, y, por supuesto, con María Corina Machado en Venezuela. El Nobel de la paz es un dispositivo ideológico para idiotas, como las películas de buenos y malos, como arrasar con Gaza y decir que Trump ha logrado que termine esa guerra o con amenazar en nombre de la libertad a Venezuela, a Colombia o a México si no le obedecen.

Si vis pacem, para bellum, decía la máxima latina. Parabellum era la pistola de los nazis, la conocida como Luger. La premio de la paz Maria Corina Machado es la pistola golpista al servicio de los intereses norteamericanos que quiere acabar con la paz en Venezuela y en América Latina.

Juan Carlos Monedero

Juan Carlos Monedero

Realizó estudios de licenciatura en Economía, Ciencias Políticas y Sociología. Es Doctor en Ciencias Políticas y profesor titular en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Hizo sus estudios de posgrado en la Universidad de Heidelberg (Alemania). Ha dado clases en diferentes universidades de Europa y América Latina y es profesor honorario en las universidades argentinas de Quilmes y Lanús. Ha asesorado a diferentes gobiernos latinoamericanos. Entre otros libros, ha publicado La transición contada a nuestros padres, El gobierno de las palabras, Nuevos disfraces del Leviatán, Dormíamos y despertamos, Curso urgente de política para gente decente (15 ediciones y publicado en cinco países), La izquierda que asaltó el algoritmo, El paciente cero eras tú y Política para tiempos de indiferencia (2024). Premio Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales de CLACSO en 2018. Ha sido ponente central en la conmemoración del Día Internacional de la Democracia en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York y en la 28 Sesión Regular del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra. Tiene reconocidos tres sexenios de investigación. Es cofundador de Podemos, colabora en diferentes medios de comunicación y ha presentado durante cinco años el programa En la frontera en Público, donde tiene el blog Comiendo tierra.

Lo dice el reportero