Alejandro Calvillo

En el laberinto

"Hay una resistencia a quedar atrapados en los estímulos del laberinto, hay un impulso a tratar de salir de sus pasillos, de sus recovecos, a reducir la velocidad, a comenzar a guardar silencio, a volver al espacio comunitario, a retomar los valores colectivos, al bien común contra la tiranía que ahora se presenta como modelo en varias partes del mundo".

Alejandro Calvillo

13/12/2025 - 12:05 am

Las señales de la distopía en la que nos ha sumergido la civilización dominante actual, determinada ésta por el poder de las grandes corporaciones globales, tienen muy diversas expresiones.

Así como si se tratara de un laboratorio en que los ratas han nacido al interior de un laberinto, que no pueden pensar o imaginar un espacio más allá de las paredes, pasillos y recovecos de ese laberinto, así, para parte importante de la humanidad, muchos aspectos de esta distopía civilizatoria, aparece como algo natural, como parte de una evolución natural de nuestra especie, no pueden ver más allá.

Hay quienes están interesados en que el laberinto no sé vea, que los individuos, en su conjunto, no vean más allá de los pasillos y sus recovecos, son quienes se benefician del laberinto, quienes lo mantienen y buscan reforzarlo, aunque el laberinto muestra, cada vez más, la imposibilidad de mantenerse.

En el laberinto se ha cambiado la comida, se ha sustituido los alimentos naturales por productos diseñados en otro laboratorio, logrando productos altamente apetecibles, llenos de aditivos para hacerlos más atractivos, para que se consuman de más, logrando el abandono de gran parte de los alimentos naturales. El agua se ha sustituido con bebidas extremadamente dulces, a tal grado que se han convertido en una adicción en el laberinto. En pocos años, han llegado las epidemias de enfermedades con las que se llenan los hospitales.

A los individuos pequeños, para atraerlos al consumo de esos productos, se les comenzó a asociar su consumo con personajes de cuento, fantásticos, con sonidos y colores muy atractivos que logran aumentar en sus cerebros las descargas de placer. Así los pequeños perciben esos productos como parte de la felicidad.

En el laberinto, sus diseñadores, han realizado pruebas con sensores en sus cerebros para medir los impulsos de gratificación que provocan los diversos ingredientes de sus productos y cómo los personajes, sonidos y colores con los que acompañan a sus productos aumentan esa gratificación. Hay una resistencia a quedar atrapados en los estímulos del laberinto, hay un impulso a tratar de salir de sus pasillos, de sus recovecos, a reducir la velocidad, a comenzar a guardar silencio, a volver al espacio comunitario, a retomar los valores colectivos, al bien común contra la tiranía que ahora se presenta como modelo en varias partes del mundo.

Ojalá el péndulo de la historia haya llegado ya al extremo. Podría ser éste un tiempo de recogimiento, de misericordia, es decir, "tener un corazón para la miseria" o "sentir piedad en el corazón por el que sufre" y, claro, actuar.

Un tiempo para retomar los orígenes verdaderamente cristianos, para retomar los valores que muy diversas sabidurías comparten, la llamada filosofía perenne.

Alejandro Calvillo

Alejandro Calvillo

Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

Lo dice el reportero