
Ciudad de México, 28 junio (SinEmbargo).- “Supongo que un hombre de poca fe como yo necesita auténticas epifanías para demostrarse la existencia de lo humano y lo divino”, dice Andrés Calamaro (Buenos Aires, 1961).
Precisamente, con “Los divinos” abrió el set list en Monterrey, en el marco de su gira Bohemio 2013, con la que arriba mañana, sábado 29, al Auditorio Nacional, completando la gira mexicana de cuatro conciertos en tres ciudades: Guadalajara, Monterrey y el Distrito Federal.
“Trato de ponerme en el lugar del público y elegimos un repertorio para que guste, para que la gente lo reconozca y para que lo cante”, dijo en la conferencia de prensa otorgada el viernes 21 de junio en nuestra ciudad y en la que advirtió que en el Coloso de Reforma no hará temas del nuevo disco que verá la luz en septiembre.
Baltasar Comotto (guitarra), Julián Kanevsky (guitarra), Mariano Domínguez (bajo), Sergio Verdinelli (batería) y Germán Wiedemer (teclados) conforman la nueva orquesta de este hombre “sexy y barrigón” que viviendo como ha declarado en varias oportunidades “como si fuera inmortal”, arribó a los 50 años en 2011-
“Hay gente que dice que los músicos se roban el concierto pero yo estoy encantado porque cuando más se lo roben quiere decir que mejor música estamos haciendo”, contó el artista en la mencionada conferencia de prensa.
La gira Bohemio, que ya pasó por países como Colombia, Chile y Ecuador ha contemplado un setlist variopinto con la que “El Salmón” recorre sus 30 años de carrera musical prolífica e ininterrumpida.

De ese puñado de aproximadamente 20 canciones, entre temas compuestos en solitario y con sus antiguas bandas Los Rodríguez y Los Abuelos de la Nada, elegimos cinco, para ir calentando motores de lo que este sábado será sin duda un concierto memorable de uno de los artistas más talentosos del actual panorama del rock en español.
“El Salmón”. Canción que pertenece al disco homónimo publicado en diciembre de 1999, integrante a su vez de una serie de cinco álbumes. Con ella reivindica su filosofía de andar contracorriente y realiza una feroz crítica al menemismo y a la clase política que en los ’90 preparó el escenario que en 2001 que hundiría a la Argentina en una profunda crisis social y económica. Cariñosamente, en su país de origen, Andrés Calamaro es a menudo llamado “El salmón”.
“Sin Documentos”. Suele hablarse de Andrés Calamaro como un cantautor que navega con gran equilibrio entre la música más comercial y los himnos duraderos que sirven para describir la identidad nacional o sentimientos íntimos de desolación y búsqueda. Es, sin duda, un maestro constructor de hits, como la canción de Los Rodríguez por la que es tan conocido fuera de Argentina.
“Las tres Marías”. Como buen provocador, Andrés a menudo se muestra partidario de la música de “cumbia villera”. Y no lo hace de la boca para afuera, sino con canciones como esta, en cuyo video aparece el ex jefe de gabinete de Argentina, Aníbal Fernández. “No lo hice para irritar a nadie; al contrario, es una lectura positiva y plural del concepto nacional y popular que distingue esta gestión de gobierno; nadie puede considerarme oficialista, pero tengo buena sintonía con algunos líderes y no solo de la política”, dijo “Andrelo”. En esta canción se puede escuchar la voz de Charito, la hija que el artista tuvo con la actriz Julieta Cardinali. En el video aparecen, entre otros, Miranda, Vicentico y los Illya Kuriaki.
“Mil horas” pertenece a Vasos y Besos, el segundo álbum de Los Abuelos de la Nada, banda liderada por el mítico y fallecido cantautor Miguel Abuelo (1946-1988). Fue un verdadero hit, sin duda un himno del rock en español en los ’80. Constituye, además, una de las canciones más “versionadas” de Calamaro, entre ellas la que hizo la Sonora Dinamita. A menudo se discute si Andrés se refiere en la letra a una mujer o a la cocaína, una sustancia a la que ha sido adicto durante mucho tiempo. El tema es de 1983, cuando su voz era mucho más aguda y fresca, más pop si se quiere.
“Tuyo siempre”. Ni qué decir que una de las grandes virtudes de Andrés Calamaro es su gran capacidad a la hora de componer canciones de amor. “Tuyo siempre” corresponde a su disco El regreso, la etapa en la que el músico puede decirse que volvió a la vida luego de una larga noche inmerso en la tormenta de las drogas y en la que llegó a temerse por su vida. La canción es un verdadero homenaje a las relaciones de parejas, donde el dolor por la separación y la alegría por la vida recuperada constituyen un tratado hondo y sensible que demuestra que estamos frente a un artista tan sagaz como atinado.





