Los conservadores de México y el mundo nunca le perdonarán a Andrés Manuel López Obrador haberlos colocado frente al espejo que exhibe todas sus miserias, su clasismo, su racismo y sus infamias, pero menos le perdonarán jamás haberles destruido uno de sus dogmas: Que el Estado haya apoyado a más de 15 millones de mexicanos para salir, con su propio esfuerzo, del infierno de la miseria.
Y estos mismos conservadores podrán esconder, escamotear y hasta manipular la información del Inegi, que son mayoría sólo en los medios de comunicación, pero ya ha quedado en la historia que, en los seis años de Gobierno de López Obrador, 13.4 millones de hombres, mujeres, niños, adolescentes, hermanos, padres, hijos y nietos dejaron la pobreza, y otro millón 800 mil salió de la pobreza extrema.
Esta proeza es resultado no de las “dádivas”, como llama la derecha a los programas para los más vulnerables, sino sobre todo de la política laboral desde el Estado, específicamente la de aumento al salario mínimo, que permitió a los trabajadores aumentar su poder de compra.
Es una victoria cultural de la izquierda y le da la razón histórica a López Obrador quien, hace un cuarto de siglo, acuñó como jefe de gobierno de la Ciudad de México el apotegma de “por el bien de todos primero los pobres”.
Es demasiado el odio de la derecha, pero no le alcanza para sepultar estos datos, y es tanta la iracundia porque efectivamente implica una derrota cultural —histórica también— del conservadurismo económico y político, particularmente el de la etapa neoliberal.
Este logro histórico de López Obrador hace añicos el mito del “peligro para México”, derrumba la falaz campaña de la "venezuelización" de nuestro país y sobre todo afianza el modelo alternativo que desde hace dos décadas impulsó el fundador y líder de Morena.
Sí: A pesar de que poco más del 10 por ciento de los mexicanos dejó la condición de pobreza en seis años y disminuyeron de 51.9 millones a 38.5 millones, siguen siendo muchos los compatriotas que la padecen. Hacia ellos deben orientarse todas las políticas públicas para saldar esta deuda histórica.
Se ve difícil, pero este logro podría generar una discusión seria entre el oficialismo y la oposición para la articulación conjunta que aceleren los esfuerzos para sacar de la pobreza a más mexicanos, que no piden que les regalen nada, sólo que apoyen su propio esfuerzo en la generación de riqueza.
Después de estos resultados de disminución de la pobreza, Morena y sus aliados tienen ya el tema de su campaña para las elecciones del 2027 y si los opositores se empecinan en esconderlos y ningunearlos, como ya lo están haciendo, van a seguir erosionado su de por sí escaso respaldo social y se consolidarán en un segmento bilioso y marginal, irrelevante hasta para denunciar corruptelas y abusos de poder.
La disminución histórica de la pobreza en México, que no tiene ningún precedente, coincide con el fin de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que creó Ernesto Zedillo hace tres décadas, en 1994, justo cuando se profundizó el modelo neoliberal más antipopular y oligárquico, que siguieron Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Y fueron estos tres, con Carlos Salinas de Gortari de inicio, los que identificaron a López Obrador como el peligro para México y lanzaron, junto con sus cómplices de las élites empresariales, mediáticas e intelectuales, toneladas de lodo. Y ya se sabe: El lodo se cae solo, únicamente hay que dejar que se seque…





