Jorge Alberto Gudiño Hernández

La mufaste

"A diferencia de lo que creí, existe hace mucho, no es una novedad. Mufar significa pasarle la mala suerte a alguien. Se utiliza en el lunfardo argentino y proviene del italiano moho. Como si uno contagiara, pues, dicho moho".

Jorge Alberto Gudiño Hernández

30/11/2025 - 12:01 am

El exfutbolista Carles Puyol convivió con niños durante el lanzamiento de la plataforma Scotiabank Fútbol Club en Tlanepantla, Estado de México. Foto: Edgar Negrete, Cuartoscuro.

“Ya nada más falta que nos empaten”, dije en el partido de uno de mis hijos. Habíamos jugado bien y teníamos una ventaja de tres goles. Por fallos verdaderamente ridículos, permitimos que el otro equipo, que iba en último lugar y al que todos habían goleado, se nos acercara a un gol de diferencia. Era claro que nosotros éramos mejores, estábamos en el primer lugar de la tabla, pero, por esas cosas que suceden en el deporte, de pronto nos comenzamos a sentir presionados; en muy buena medida, por nuestra culpa y por ese par de errores. Al final, en efecto, nos empataron.

Las reacciones de los otros papás tenían algo de incredulidad y otro tanto de enojo. Una en particular me ocupó: “la mufaste”, me dijo quien me había escuchado. Luego, sin reparo alguno, les contó a todos cómo yo había sido el responsable de ese empate. No los niños, menos el coach que no supo dirigirlos, tampoco el esfuerzo del rival. No, el culpable había sido yo por el simple hecho de mencionar, de manera casual, que podrían empatarnos.

Algo similar se repitió un par de ocasiones. La primera, cuando “convoqué” a la lluvia. La segunda, cuando antes del juego aseguré que “deberíamos ganar sin problema”. “No la vayas a mufar otra vez”, fue la respuesta a mi último comentario. Después, me pidieron que me callara, con tiento, pero me silenciaron: “ya mejor no digas nada”.

Más allá de los extraños poderes que me conferían, me interesó el asunto de la superstición. Este hecho tan asociado a las vibras y a eso que algunos llaman “la ley de atracción” (que ni es ley ni…). Conozco postulados salidos de la filosofía del lenguaje que sostienen que la realidad se crea a partir de éste, que lo que no se nombra no existe, que ciertos consensos hermenéuticos nos permiten vivir en un mundo que no está del todo fijado como una realidad dura. He discutido mucho al respecto y lo he disfrutado. Mi tesis de maestría gira en torno a estas interpretaciones. La idea de que el lenguaje sea la condición de posibilidad del ser me fascina. He estudiado las funciones del lenguaje de Barthes y… Y la séptima función, la mágica, la que crea realidad en su simple enunciación, sólo aplica en casos muy particulares. No en el mío.

Pero mi interés era genuino. Así que busqué el verbo en varios diccionarios. A diferencia de lo que creí, existe hace mucho, no es una novedad. Mufar significa pasarle la mala suerte a alguien. Se utiliza en el lunfardo argentino y proviene del italiano moho. Como si uno contagiara, pues, dicho moho. Es un verbo transitivo, de conjugación regular que sigue el modelo de “amar”. Me puse de buenas porque el verbo no es una ocurrencia y hasta etimología tiene.

De ahí a que sea cierto, hay una enorme diferencia. Evidentemente, no porque alguien diga algo sobre un empate o una derrota éstos sucederán. Salvo que, en efecto, exista el pase mágico o se intervenga en el resultado, esas palabras no alteran el resultado de un partido de fut. Además, se ha extendido el campo semántico, pues ahora resulta que mencionar el resultado positivo antes del suceso también contribuye a que éste no suceda o tenga un final oscuro y triste.

Soy escéptico ante las supersticiones. Sin embargo, tienen algo de encantador. He visto a personas lanzando sal a sus espaldas o tocando madera sin patas ante la menor provocación (a veces, frente a un enunciado). Ahora las escucho hablar de mufeos y otros bemoles. Lo que me resulta atractivo es su creencia, la forma en que se convencen a sí mismos de esas certezas. A ver si no, de pronto, me prohíben despedirme de ellos deseándoles, sinceramente, “que te vaya bien”. No vaya a ser que la mufe.

Jorge Alberto Gudiño Hernández

Jorge Alberto Gudiño Hernández

Jorge Alberto Gudiño Hernández es escritor. Recientemente ha publicado la serie policiaca del excomandante Zuzunaga: “Tus dos muertos”, “Siete son tus razones” y “La velocidad de tu sombra”. Estas novelas se suman a “Los trenes nunca van hacia el este”, “Con amor, tu hija”, “Instrucciones para mudar un pueblo” y “Justo después del miedo”.

Lo dice el reportero