Antes he reconocido la labor de las Maestras Mezcaleras y de las mujeres relacionadas con la producción del Mezcal. Donde se elabora Mezcal siempre hay mujeres y su presencia es tan o más importante que la de los hombres. En un reciente concurso internacional, el grupo Mujeres del Mezcal fue galardonado por presentar un mezcal que fue del aprecio de los jueces, evidencia de que la calidad no tiene género.

Por Fernando Rubí León

A todas las mujeres que trabajan en el sector de las bebidas espirituosas

Ciudad de México, 11 de diciembre (SinEmbargo).- En esta ocasión pensaba compartirles una lista de tragos típicos de la época decembrina, aunque estas listas pulularán por distintos sitios, los especializados y los no tanto, muchas con novedades y tendencias. Buscando información, mi atención se dirigió a la frase: “¿Esta es una bebida de mujeres?”.

Esta narrativa, en realidad, es una argucia mercadológica que invisibiliza no solo los gustos de las mujeres, sino la gran labor que siempre han hecho dentro del sector de las bebidas espirituosas, que no reconoce sus grandes aportaciones, capacidades y poder económico. Los grupos de poder (predominantemente formados por hombres) y la forma de comunicar su narrativa han desvirtuado y manipulado los gustos de la mayoría (mujeres y hombres), de los que gustamos del consumo tanto de fermentados como de los destilados, que muchos confunden con tradición cuando, al menos, los cocteles tienen un auge a partir de la segunda mitad del siglo XIX y la aportación de las mujeres se puede rastrear, vía evidencia, en la historia del desarrollo de las bebidas espirituosas desde los egipcios con las participación de las sacerdotisas en el consumo ceremonial.

Ya antes he reconocido la labor de las Maestras Mezcaleras y de las mujeres relacionadas con la producción del Mezcal. Donde se elabora Mezcal siempre hay mujeres y su presencia es tan o más importante que la de los hombres. En un reciente concurso internacional, el grupo Mujeres del Mezcal fue galardonado por presentar un mezcal que fue del aprecio de los jueces, evidencia de que la calidad no tiene género.

Entre los asiduos y constantes bebedores hay este tipo de falacias: esta o cual bebida, este o cual trago es de/para mujeres, asumiendo que los hombres somos ¿mejores bebedores? que las mujeres, esta es una falsa apreciación que de tanta repetición ha construido prejuicios y misoginia, las mujeres son tan o mejores bebedoras que los hombres, no hay (ni debe haber) un trago o una bebida con género.

Existe la equivocada percepción de que las mujeres no pueden o no gustan de bebidas con poderío alcohólico y que en cambio los hombres son por alguna extraña razón tolerantes al consumo (absurdo) de grandes cantidades de alcohol o de bebidas con potencia alcohólica, cuando la tolerancia a la ingesta de alcohol y de bebidas de potencia alcohólica tienen que ver con el metabolismo de cada quien, uno no anda desnudando su metabolismo en la calle como lo hace con sus prejucios.

Las mujeres cuentan con una mayor sensibilidad en su campo gustativo para poder apreciar sabores y aromas sutiles y delicados de características refinadas, a diferencia de los hombres que muestran su inseguridad y obsesión fálica por no expresar que las bebidas dulces o suaves son tan varoniles como cualquier otra.

Hoy las mujeres representan entre el 40 por ciento y 50 por ciento del consumo de las bebidas espirituosas, cada día se involucran con mayor fuerza y presencia dentro del sector, sus gustos y preferencias van en camino de convertirse no solo en tendencia sino en la norma por lo que las grandes licoreras las etiquetarán como su población objetivo sobre los gustos de los hombres, si no es que ya lo son.

Las bebidas no tienen género, nos gustan o no, cada quien determinará sus preferencias sin que los prejuicios sean su guía (espero), las mujeres beben y gustan de bebidas fuertes, en mi experiencia he compartido con mujeres que aprecian, perciben y valoran la potencia alcohólica mejor que muchos hombres, la manera como ellas entienden esta cualidad y sus beneficios organolépticos es superior a la de los hombres.

Una grata experiencia fue escuchar a dos excelentes, Yesica Flores y Charlotte Voissey, exponentes de los cocteles que tienen como protagonista al whiskey, en lo particular no tengo un aprecio por este destilado, pero he de reconocer que los de origen japonés me emocionan (porque tengo una liga emocional con el país del sol naciente) al tiempo que he descubierto como algunas variantes (smoky whisky) de este destilado escocés guarda similitudes con los mezcales de México en su forma de elaboración (uso de la turba).

El whisky fue llevado al Japón de la mano Jessie Roberta Cowan, mujer que conoció al fundador de una de las marcas más reconocidas de este destilado que estudiaba Química Orgánica y Química Aplicada en la Scotland’s Glasgow University y quien le enseñaba Judo a su hermano menor, todo esto ocurría después de la Primera Guerra Mundial.

Jessie y el joven químico japonés, descendiente de una familia aristócrata productora de Sake, se casaron en 1920 y partieron al lejano oriente con la oposición de ambas familias que no veían con agrado esa unión. Con sueños y ambición ambos llegaron a Japón, él trabajó por diez años para el propietario de Kotobukiya, quien le permitió supervisar la construcción y trabajar en la primera destilería de whisky, al paso de ese tiempo el esposo de Jessie se independizó y estableció su propia destilería en Yoichi, un poblado de la provincia de Hokkaido, que cuenta con el clima similar al escocés propicio para la elaboración de este espirituoso.

Jessie que para ese entonces era ya conocida como Rita fue de vital importancia para el desarrollo del whisky de su esposo como de la estabilidad financiera de su empresa, dando muestra de la capacidad, sin dudas, de las mujeres para enfrentar cualquier desafío y responsabilidad sin importar su envergadura.

Rita Taketsuru es la protagonista de esta historia, y es considerada la Madre del Whisky en Japón. El legado de Rita es la creación de una destilería de whisky que ha superado en aromas, sabor y calidad a los de su tierra natal, revelando el whisky al resto del mundo según los escoceses.

Sirva la historia de Rita Taketsuru para reconocer y agradecer a todas las mujeres que trabajan y se desarrollan en el sector: mujeres de mezcal, maestras mezcaleras, enólogas, maestras toneleras, meseras, garroteras, anfitrionas, trabajadoras de limpieza, las chefs, cocineras, las bartenderts, a todas y cada una de ellas nuestro respeto y admiración por su valiosa aportación a este sector, hay que decirlo y decirlo fuerte y alto: sin ustedes y sus aportaciones, este sector no solo sería aburrido sino muy atrasado. Sabemos que por la pandemia están (estamos) pasando por momentos críticos y muchas de ellas son cabeza y soporte de familia.

Sí tienen la posibilidad de asistir a los restaurantes y bares háganlo con responsabilidad y protegiéndose para proteger a los demás, recuerden que su propina es parte del salario de todos los que trabajan en cada lugar.

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