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Francisco Ortiz Pinchetti

21/06/2019 - 12:04 am

Manos manchadas… de savia*

Los hechos, sin embargo, no avalan la supuesta sinceridad de la funcionaria morenista.

Los antecedentes de Sheinbaum Pardo no indican precisamente una vocación ecológica. Foto: Cuartoscuro.

Parecía de veras sincera la indignación de Claudia Sheinbaum Pardo ante la tala infame de 56 árboles ejecutada a principios de mayo pasado por la constructora de la torre Mítikah en el camellón de la calle Mayorazgo del pueblo de Xoco, en la Alcaldía Benito Juárez. La Jefa de Gobierno advirtió que el ecocidio no quedaría impune y que la empresa sería multada de manera ejemplar, como ocurrió en efecto, aunque hasta ahora se ha resistido a pagar la infracción de más de 40 millones de pesos.

Los hechos, sin embargo, no avalan la supuesta sinceridad de la funcionaria morenista. Leemos hace apenas dos días, que el Gobierno de Ciudad de México planea talar 34 árboles sanos y frondosos del camellón de la avenida Insurgentes Sur para la ampliación de la sobre saturada estación Félix Cuevas de la Línea 1 del Metrobús, a la altura de la colonia Insurgentes Mixcoac, sin que exista hasta ahora un manifestación de impacto ambiental por la realización de esa obra.

Nos enteramos también de que el Gobierno de Sheinbaum Pardo nada hizo, pese a la resistencia vecinal de casi cinco años, para evitar el derribo en abril pasado de 51 árboles en un predio de la calle Oso, en la colonia Actipan, para una ampliación de la plaza comercial Galerías Insurgentes del consorcio Liverpool.

Y que para la ampliación de la Línea 5 del Metrobús, que ahora llegará a Xochimilco, se plantea el derribo de “sólo” 434 árboles, y no los 800 que pretendía el Gobierno de Miguel Ángel Mancera. En el documento respectivo se precisa que entre los árboles que se talarán están 91 fresnos, 62 jacarandas, 55 eucaliptos y 43 casuarinas.

Hay entonces suficientes razones para desconfiar de las buenas intenciones en materia ecológica de la Jefa de Gobierno, que el mes pasado anunció su ambicioso #RetoVerde para restituir a la capital del país en sólo un año 10 millones de árboles y plantas (cifra que suena más a fantasiosa epopeya que a meta realmente alcanzable), mediante un programa que arrancaría en unos días, a finales de este mes de junio.

Los antecedentes de Sheinbaum Pardo no indican precisamente una vocación ecológica, sino todo lo contrario: durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador como Jefe de Gobierno de la capital, entre 2000 y 2006, ella ocupó justo la Secretaría del Medio Ambiente. Y por designación personal de su jefe, tuvo a su cargo entre otras obras la controvertida y opaca construcción de los segundos pisos del Anillo Periférico y la Línea 1 del Metrobús, a lo largo de la avenida Insurgentes. Sus resultados no muestran alguna preocupación por defender nuestro entorno natural.

Ella tiene las manos, diría el erudito, ¡manchadas de savia!

Según un recuento publicado hace algún tiempo por SinEmbargo con base en cifras oficiales, durante su gestión a favor del medio ambiente capitalino fueron talados más de 36 mil árboles, la mayoría a consecuencia de obras públicas. Tan sólo en la ruta inicial del Metrobús fueron sacrificados 743 árboles, sobre todo en el camellón central de los diversos tramos de la avenida Insurgentes, desde Indios Verdes hasta San Ángel.

La información precisaba, por ejemplo, que en el distribuidor vial San Antonio se habían matado 606 individuos arbóreos, como les llaman los especialistas; en el Segundo Piso del Periférico, mil 299; en Vialidad de Liga, mil 683; en las avenidas Tamaulipas y Centenario, así como la adecuación de las avenidas Centenario y 5 de Mayo, 267; en los puentes vehiculares del Oriente, 614; el Eje 5 Poniente, 937, más 442 por su ampliación; y la remodelación del Paseo de la Reforma, otros mil 300. Y súmele.

Ante tales evidencias cuesta trabajo tomar muy en serio el #RetoVerde de la gobernante capitalina, anunciado por su Secretaria de Medio Ambiente justo en los días de las contingencias atmosféricas que nos agobiaron. En el anuncio del proyecto se explicó que éste busca reforestar a la ciudad y su entorno, entre junio de 2019 y noviembre de 2020, con  ocho millones de plantas y árboles en suelo de conservación y dos millones en suelo urbano, incluidos parques, jardines y camellones de avenidas. ¿Será?

En realidad es un tema recurrente. Desde hace décadas, cada Gobierno de la capital del país ha anunciado su propio plan de reforestación, sin que se hayan observado logros. Por el contrario: cada vez se reducen más las áreas verdes, vencidas por el crecimiento urbano y afectadas por las obras públicas, como las ya mencionadas. Y de manera especialmente grave por las desarrolladoras inmobiliarias que cuentan con la evidente complicidad de las autoridades de la ciudad y de las alcaldías para talar árboles que “estorban” sus proyectos arquitectónicos.

Según biólogos especializados la reforestación es un tema urgente para la capital, pero que no se resuelve con programas planeados en un escritorio. El reverdecimiento de las zonas urbanas, dicen, genera un impacto positivo en los habitantes, favorece la conservación de la diversidad y ayuda a la captación de contaminantes. Administraciones pasadas, sin embargo, han intentado fallidamente implementar planes de reforestación en la capital, pero al no tomar en cuenta el tipo de suelo y condiciones climatológicas, muchas de las especies plantadas mueren en poco tiempo, irremediablemente. Y todo ha quedado en sucesivos despilfarros demagógicos.

No hay indicios de que ahora se tomen en cuenta esos elementos para el nuevo programa de reforestación planteado. Y no solamente por los antecedentes ya mencionados de la titular del Gobierno en CdMx. También por la improvisación que caracteriza hasta ahora las acciones de la actual administración. Y por los indicios recientes que ya contradicen las buenas intensiones a favor de la Ecología y el medio ambiente. Es necesaria una definición en los hechos, no en los medios. Ese es el verdadero Reto Verde de Claudia Sheinbaum. Válgame.

*Savia: Líquido que circula por los vasos liberianos o leñosos de árboles y plantas.

 @fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti
Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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