Di NO. Ésa es la parte fácil. Ahora hay que poner una cara muy seria, sin reírse – ni aunque te hagan cosquillas -, poner la voz más grave, aumentar el volumen, levantar la mano y decir ¡NO!.
Me pongo así de gráfica porque a la primera sonrisita que sueltes y con un poco que te derritas ya se toman el No como un Sí. Ni siquiera un “sigue intentándolo” o un “más tarde, después de comer”, no, se van directos al Sí.
Tener relaciones sexuales sin desearlo realmente es algo a lo que las mujeres parece que estamos muy acostumbradas. Es más, puede o suele ser parte del inicio sexual. No hace falta un estudio muy exhaustivo para reconocer la historia de una adolescente con un novio que tiene unas necesidades que la pobre púber aún no quiere satisfacer, o sea, él quiere sexo, ella no, pero no se da por vencido.
Así, frases como “lo harías si me quisieras”, “el dolor dura sólo un segundo” (si van a usar ésta, deberían prometer algo más, ¿no?) o “no estaremos realmente unidos hasta que lo hagamos”, etcétera, son algunas de las tácticas para convertir el NO en "bueno...". Por desgracia, algunas adolescentes tienen menos personalidad que una ameba durmiendo la siesta y se olvidan de poner una cara seria, levantar la mano y decir alto y claro: ¡NO!.
Cuando creces se hace mucho más fácil rechazar a desconocidos, pero decirle a tu pareja que no quieres tener sexo sigue siendo difícil. Y la razones de forzarnos a tener relaciones sexuales no cambian, pero evolucionan: desde no querer que se rompa la relación o no se vaya con otra, hasta hacer que se calle ya y me deje dormir.
La respuesta natural de rechazo cuando un humano macho comienza su ritual de apareamiento es el retraimiento y el desaire, pero quizás rechazar a tu pareja es un poco más difícil y hay que dar más explicaciones. Si tenemos que llegar al no rotundo y aún así no nos hace caso, eso se llama violación dentro del matrimonio. Pero rechazar a tu pareja "con amor" requiere más maña que fuerza. Bueno, o eso me han dicho, yo soy muy de “anda acuéstate a dormir”.
Lo que sí debemos tener claro es por qué decimos que no: ¿realmente estamos cansados o es que estás dudando de lo que sientes por tu pareja? ¿estás esperando el momento perfecto o inconscientemente temes que te deje después del sexo? Y aquí entramos al círculo vicioso de la inseguridad: si no nos acostamos me deja y si lo hacemos acostamos también. ¿Entonces?
Y peor, ¿si es él quien no quiere sexo?
PUES QUE CUMPLA COMO UN HOMBRE.
No, es broma. De hecho, me parece una injusticia que no se acepte que los hombres también pueden tener un bajo deseo sexual un tiempo. Estar deprimido o estresado no tiene nada que ver con la hombría. Hay días en los que tu novio tampoco tiene ganas y no hay que volverse loco. Dejen de googlear como psicótico/as, ni preguntar a la gente por la calle qué significa llevar una semana sin sexo. No significa nada. Importa si llevan ya mucho tiempo sin relaciones.
Donde sí diré que un día importa es cuando están empezando, pero eso ya es otro tema y ahora vamos a centrarnos en las parejas ya consolidadas.
Realmente creo que repensamos mucho el bajón de libido de nuestra pareja y el nuestro y seguir hablando del tema crea más ansiedad aún. El sexo no es ni cansancio ni obligación. No puedes obligar a tu pareja a tener sexo ni tienes que hacerlo si no quieres. Tan simple como eso. Claro, después de un tiempo, notar que tienes la libido baja puede ser un problema no sólo para tu pareja, sino para ti. Hay varias razones para ello: estilo de vida poco saludable, cansancio o fatiga o estrés, entre otros e, incluso, los anticonceptivos (qué irónico). A tomárselo con calma y hacer tiempo para relajarse tanto solos como con la pareja. El sexo no es una obligación, es un disfrute y hay que sacar tiempo para el disfrute. Las relaciones no pueden ser un:
- ¿Quieres tener sexo?
- Sí. Aprieto el botón de ON y ya estoy lista.
Si quieres sexo y que no te responda con un NO rotundo, trabájatelo y crea las condiciones. A veces sentarte simplemente a charlar o a ver una película puede derivar en sexo de forma natural.
PD: Aquí tienen también un consejo que me gustó muchísimo de Sexualidad 180: “Si deseas que tu pareja se involucre más en la relación sexual, y si tú siempre has sido quien inicia el juego, intenta cambiar los papeles. Deja de perseguirle/a, notará tu ausencia y le da oportunidad de ser el otro quien te busque e inicie la magia, sin sentirse presionado.




