María Rivera

Enemigos

"Sí, es cierto que hay cosas extrañas sucediendo y grupos oscuros y ominosos, animados por manos que desconocemos, con la clara intención de atacar al Gobierno de Sheinbaum, pero lo cierto es que usan una chispa que todos los días es encendida, en todo el país, por actos atroces de criminales. Ellos son los verdaderos enemigos".

María Rivera

13/11/2025 - 12:00 am

Marcha Generación Z
Marcha de jóvenes supuestamente pertenecientes a la generación Z. Foto: Rogelio Morales Ponce, Cuartoscuro.

A mí sí me intriga quiénes son, querido lector. La llamada Generación Z México. Los que llamaron a una manifestación este viernes 15 de noviembre y así se denominan. Leí en X su manifiesto y vi algunas de sus publicaciones. La verdad, qué inquietante grupo. Desde la bandera que escogieron, una calavera de caricatura, de un videojuego. No importa si la imagen es famosa entre los jóvenes, o si se usó en protestas de otros países, la imagen en sí misma en un país como México, para llamar a un movimiento político, es por decir lo menos, perturbadora. También, son perturbadores algunos comunicados y videos. El de un joven embozado, por ejemplo, al dar su mensaje político. 

No lo sé, querido lector, pero los mensajes, los modos, se parecen más a la comunicación de organizaciones ilícitas, que a una espontánea organización juvenil. Todo luce muy oscuro, y no, no digo esto para desacreditar a quienes se sienten inconformes con el gobierno, que motivos hay. Sino para compartir con usted la inquietud que me causó que una supuesta organización juvenil utilice una forma de comunicación que parece más parte de la cultura del crimen organizado, que de la organización política. Lo cual es paradójico porque justamente dicen protestar contra la inseguridad y la violencia en el país. Que a ese grupo lo apoyen personajes de la oposición partidista no me extraña, pero se necesita no tener escrúpulo alguno para apoyar algo que a todas luces es muy ominoso, tanto en la convocatoria como en los convocantes, anónimos y sin rostro.

Nada que ver con las manifestaciones que ha habido en Michoacán por el asesinato del Alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, donde la gente salió a manifestarse a las calles, legítimamente, por el estado de violencia en el que viven. No es para menos, llevan décadas siendo sistemáticamente atacados por el crimen organizado y sí, no parece haber gobierno capaz de devolverle a Michoacán la seguridad, la justicia y la paz. Una tragedia que ya ha durado muchos, muchos años y que, por desgracia, no se ve cerca cuándo o cómo es que pueda solucionarse. Gobiernos van y gobiernos vienen, de todos los signos políticos y la situación sigue igual. Planes para Michoacán desde el gobierno federal, también. El asesinato de Manzo, quien no dudaba en enfrentar a los criminales y valientemente participaba en los operativos (e incluso mostraba su desdén por los derechos humanos y compartía el pensamiento fascista del calderonismo), es un asunto muy grave. No sólo porque asesinaron a un político independiente, sui generis, que deseaba cambiar la realidad violenta, elegido por una amplia mayoría, también porque manda muchos mensajes muy serios.  El primero es, evidentemente, que el crimen organizado es más poderoso que el Estado y que es éste quien rige políticamente en los lugares en los que asesina a las autoridades democráticamente electas. El segundo, es que las autoridades federales, específicamente la Presidenta Sheinbaum, falló al no prestarle ayuda al Alcalde, que la pidió en múltiples ocasiones. Pero también pone en crisis el modelo de seguridad de la cuarta transformación que ha estado muy lejos de satisfacer la necesidad de seguridad en todo el país, que sigue siendo azotado por grupos y organizaciones delincuenciales. El ataque a las causas no ha rendido los frutos suficientes, evidentemente, cuando adolescentes siguen siendo capturados por el crimen organizado para que cometan atrocidades, como es el caso del muchacho que asesinó al Alcalde. Y aunque la política de seguridad cambió con la llegada de Sheinbaum, parece que el cambio ha sido determinado más por las exigencias de Donald Trump, es decir, por la política exterior, que por necesidades internas de los mexicanos de a pie que diariamente son extorsionados, desaparecidos o asesinados. 

Combatir la alta corrupción como el huachicol fiscal y realizar decomisos de drogas, no significa brindar seguridad básica y elemental para todos. El asesinato de Manzo inevitablemente refuerza la idea, entre la población desesperada, de que a los criminales la única manera de enfrentarlos es con “mano dura”, es decir, con masacres indiscriminadas, ejecuciones extrajudiciales, violaciones flagrantes de los derechos humanos y criminalización de las víctimas. Es decir, en tanto la inseguridad y la violencia sigan asolando a los mexicanos, y la cuarta transformación fracasando en erradicarlos, corremos más el riesgo de que narrativas políticas violatorias de los derechos humanos se legitimen y puedan volver a imponerse.

Por eso, porque sería una desgracia aún mayor que esto sucediera, es que el Gobierno de la Presidenta Sheinbaum debería encargarse de manera prioritaria del tema de seguridad en todo el país, no sólo en Michoacán. Demostrar que hay una vía diferente (respetuosa del estado de derecho) para efectivamente combatir al crimen organizado, no solo las causas, y brindarle seguridad a todos los mexicanos que sufren a diario crímenes como la extorsión, la desaparición y el asesinato. Mujeres, jóvenes, niños, empresarios, funcionarios y políticos que mueren asesinados por criminales en pueblos y municipios, es lo que el gobierno federal debe combatir en materia de seguridad, en lugar de dedicar sus mayores esfuerzos a darle gusto al Presidente de Estados Unidos. 

Sí, es cierto que hay cosas extrañas sucediendo y grupos oscuros y ominosos, animados por manos que desconocemos, con la clara intención de atacar al Gobierno de Sheinbaum y que los medios alimentan la narrativa para manipular a la opinión pública, pero eso no significa que no estén utilizando reclamos legítimos. Tal vez no tan extendidos como para llevar a un reclamo social generalizado como la oposición quisiera, pero lo cierto es que usan una chispa que todos los días es encendida, en todo el país, por actos atroces de criminales. Ellos son los verdaderos enemigos, no sólo de la cuarta transformación, sino de todos los mexicanos.

María Rivera

María Rivera

María Rivera es poeta, ensayista, cocinera, polemista. Nació en la ciudad de México, en los años setenta, todavía bajo la dictadura perfecta. Defiende la causa feminista, la pacificación, y la libertad. También es promotora y maestra de poesía. Es autora de los libros de poesía Traslación de dominio (FETA 2000) Hay batallas (Joaquín Mortiz, 2005), Los muertos (Calygramma, 2011) Casa de los Heridos (Parentalia, 2017). Obtuvo en 2005 el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes.

Lo dice el reportero