2012: ¿FIN DEL MUNDO O EL INICIO DE UN NEGOCIO?

02/04/2012 - 12:00 am
Imagen: Steve McGhee

Simonetta Morselli ha dejado una terea: ver la película Apocalypto, dirigida por Mel Gibson, y debatirla en el salón de clases. Morselli es profesora en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Una de sus pasiones es la cultura maya y para ella es importante analizar los contenidos y cotejarlos con investigaciones e interpretaciones a partir de los libros antiguos y códices. Los alumnos sacaron a colación el tema, porque algunos insisten en preguntar si el mundo se acabará el 21 de diciembre de 2012, según las versiones catastrofistas.

La misma pregunta permanecía en el aire en la presentación del libro 2012. Las profecías del fin del mundo. Laura Castellanos, la autora, estaba sorprendida porque su público era mayoritariamente de niños y jóvenes. Afuera del salón de eventos se quedaron cientos de escépticos y creyentes del apocalipsis. Al final, después de responder las dudas de los asistentes, un niño alza la mano y pregunta: “Para resumir, ¿se va a acabar el mundo… sí o no?”. Estallaron las risas. Pero el niño lo preguntaba en serio.

La supuesta catástrofe “profetizada por los mayas” ha facilitado la publicación de un sinfín de libros acerca del tema. Eamonn Sean Kneeland entrevistó a 20 personalidades, entre astrónomos, empresarios, arqueólogos y líderes espirituales. 2012. El despertar de la conciencia, es el libro que circula en las librerías, y sin afán de entramparse en la tesis de la hecatombe opina: “Tenemos que buscar respuestas adentro y no en esperanzas o milagros en el exterior”, dice el autor a Sin Embargo.

Aunque tampoco el gobierno calderonista se queda atrás. Se espera que en este año el Consejo de Promoción Turística de México –CPTM–, de la Secretaría de Turismo, y cinco estados del sur-sureste del país inviertan 109.1 millones de pesos para la promoción del tan anunciado Mundo Maya, una ruta turística que involucra también a cuatro países centroamericanos. Para algunos, esta medida no pretende resaltar a dicha cultura, sino que se trata de un negocio repartido entre particulares. Para otros, busca promover los centros turísticos contiguos a zonas arqueológicas y monumentales con más inversión cultural e infraestructura de primer nivel.

 

NEGOCIO PENINSULAR

El 21 de junio de 2011, el presidente Felipe Calderón presentó el Programa Mundo Maya. Entre los proyectos más ambiciosos incluidos en el plan, están la creación del Gran Museo del Mundo Maya y el Palacio de la Civilización Maya. Además, Calderón Hinojosa aseguró que nunca antes se había impulsado la actividad turística de la región –Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas–.

Pero en enero de 2012, pueblos indígenas del sureste mexicano demandaron su participación en este proyecto oficial y aunque después denunciaron su exclusión del plan promocional del Mundo Maya, Artemio Kaamal, coordinador gubernamental Foro Permanente sobre Política Indígena Kuxa´ano´on, señaló a la agencia informativa IPS:

“Lo enfocan comercialmente –refiriéndose al Mundo Maya– prescindiendo de nuestra cultura, nuestras raíces y nuestras prácticas”. Laura Castellanos, quien entrevistó durante dos años a diversas voces, apocalípticas y científicas, comenta: “La postura del gobierno federal es oportunista. Lo que busca es limitar la imagen maltrecha y violenta en México hacia el exterior. Las comunidades indígenas del sureste viven en completa marginación y se les arrebatan sus recursos naturales. Se ven constantemente amenazados. ¿Cuál Mundo Maya?”.

Artemio Kaamal recalca que la voz de la comunidad indígena maya no es escuchada por lo que se sienten discriminados. “Solamente se van a beneficiar los consorcios”, lo declara con uso de razón. Según Josefina Rivas, una de las arquitectas a cargo de la construcción del Gran Museo del Mundo Maya, el proyecto se sometió a una licitación pública donde fue ganadora la empresa 4A Arquitectos Creando Espacios, donde ella labora.

Ya desde el 26 de junio, según informa el Diario de Yucatán, Rosa Adriana Díaz solicitó a la Auditoria Superior de la Federación auditar el manejo financiero y los recursos con los que se erige el Museo Maya. Esto, porque la licitación para construir y operar la obra fue obtenida por la empresa Promotora de Cultura Yaxché, S.A, bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios –PPS–. Dicha Promotora agrupa empresas como Hermes Infraestructura y el Banco de Interacciones, cuyo propietario es Carlos Hank Rhon.

La diputada Díaz Lizama señala que el Patronato Cultura, de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos de Yucatán, violó el acuerdo aprobado por el Congreso al PPS por duplicar el monto total del Museo Maya, de 411 millones a casi 800 millones de  pesos.

Otras de las preocupaciones por parte de las comunidades indígenas maya es que el “turismo apocalíptico” dañe y contamine los sitios sagrados y las reservas ecológicas. “No sólo maquillan la violencia generalizada en el país, sino también la historia y la cultura indígenas. Al gobierno federal no le importa. Aprovechan el supuesto fin del mundo para las comunidades mayas. En realidad sienten un desprecio a ellos y no les significa nada”, señala Laura Castellanos.

Mientras tanto, el Instituto Nacional de Antropología e Historia –INAH– invertirá aproximadamente 300 millones de pesos en dicho programa, “para posicionar la región como una ruta a visitar”, informó el propio INAH.

 

LA VERDAD DE LAS MENTIRAS

La carretera se levanta y hace caer casas y autos. Los que pueden huir, corren despavoridos, mientras una nube de polvo siniestro los persigue. Hace cinco  mil años los mayas profetizaron el fin del mundo. La colisión de un meteorito caerá sobre la Tierra. El planeta entero se sobrecalentará y tres cuartas partes del mundo fenecerán. Tsunamis, terremotos, y todo porque los mayas predijeron la hecatombe. Sólo unos cuantos sobrevivirán: los buenos y los más ricos. Al final verán el cielo abierto: un mundo nuevo, con mejores oportunidades.

Roland Emmerich, director de la película 2012, fue quien popularizó la idea del fin del mundo en 2009. Lo anterior son varias escenas que pasan y que dejan de manifiesto el poder de la profecía. Hace unos meses, Simonetta Morselli discute con sus alumnos la película Apocalypto, sólo para demostrar cómo Hollywood cautiva a un público que cree en los grandes desastres, sin entender a las culturas ni la historia.

“Estos mensajes no son inocentes. Hay libros que hablan sobre los mayas y las profecías, además de un sinfín de novelas que tergiversan todo; las películas de apocalipsis y barbarie y las series televisivas que sólo confunden a la gente. Hay muchas personas que no tienen la posibilidad de venir a una universidad y comparar lo que ven con lo que se ha investigado. Los mayas no predijeron nada. Acaso en el Chilam Balam hay algunas profecías, pero no tienen nada que ver con lo que se rumora hoy”, opina la especialista en cultura maya.

El poeta Carlos Pellicer también era un museógrafo interesado en recuperar el arte prehispánico. En 1958 encontró la figura del Monumento 6 del Tortuguero. Lo que registra dicho Monumento son las batallas, victorias bélicas y otros sucesos a cerca de Balam Ajua, gobernante en turno de Tortuguero, en el siglo VII. Tanto los dibujos, hechos por los arqueólogos David Stuart como los de Ian Graham permitieron encontrar datos, que hoy muchos supuestos profetas interpretan como el fin del mundo o el final de una era.

Pero fue el estadounidense Frank Waters, autor catastrofista, quien se enteró de la existencia de dicha inscripción maya, misma que contenía un registro futurista y que Waters interpretó como el fin de una era. Lo cierto, explica Morselli, es que la parte central de la piedra se conserva en el Museo Regional Carlos Pellicer, en Tabasco. Otra parte en el Museo Metropolitano de Nueva York, otros dos en una colección privada en Estados Unidos y la otra parte está perdida. “Por lo que ni siquiera tenemos la lectura completa de las inscripciones de Tortuguero 6”, aclara la catedrática.

El 23 de diciembre de 2012 es la fecha en que el calendario maya, conocido como la Cuenta Larga, llega a la fecha 13.0.0.0.0, o 4 ajau 3 kankin –en maya yucateco moderno–. El 13 quiere decir 13 baak´tuunes, 0 k´atuunes, 0 tuunes, 0 winales y 0 k´iines. Un baak´tuun es un periodo de 144 mil días; un k´atuun de 7 mil 200 días; un tuun son de 360 días; un winal, de 20 días y un k´iim es de un día.

A propósito de esto, la Maestra Morselli explica: “El 21 de diciembre de 2012, corresponde al solsticio de invierno y éste ocurre todos los años. Los mayas no hablan del fin del mundo, ni pronosticaban nada. Para ellos, como para nosotros en la actualidad, era la celebración de un ciclo. La llamada Cuenta Larga no tiene fin. Como cualquier calendario, son matemáticas. Sólo llega al final de un ciclo. Si un maya histórico estuviera presente para celebrar el fin de un ciclo, lo haría precisamente como nosotros cuando termina el año de 365 días y empezamos el Año Nuevo o un nuevo ciclo con el número 1”.

Sin embargo, a la especialista en estudios Mesoamericanos el mito de que un asteroide impactará la tierra o habrá un cambio en los polos magnéticos, son alteraciones a muchos datos históricos “que dan la pauta para hacer negocios sin escrúpulos, aprovechando la escasa información de las personas sobre la historia prehispánica”, cuestiona Morselli. Sus alumnos han despejado dudas, no así un grosor de la población que se cuestiona estas supuestas profecías.

Tanto a la profesora de la UNAM como a Laura Castellanos les preocupa que estas informaciones lleguen distorsionadas, en medio de un clima social de incertidumbre. “Genera expectativas y miedo. Hay una gran desesperanza en occidente, una crisis ideológica y de utopías. Muchos ni siquiera creen en el fin del mundo, pero tampoco creen en el mundo actual”, afirma Castellanos.

 

EL FIN DEL MUNDO, UN MEDIO ECONÓMICO

Eamonn Sean Kneeland es mexicano de nacimiento, estudió en Estados Unidos las enseñanzas de los maestros espirituales en Summint Ligthouse University, en Montana, para así convertirse en un conferencista. 1212. El despertar de la conciencia era, en un principio, un programa piloto con entrevistas a diversas personalidades acerca del fin del mundo. El programa no vio la luz, pero sí este libro que se propone despertar el inconsciente, el alma o esa fuerza interior depositado en los otros. “Hacernos responsables de nosotros y hacer cambios hacia afuera. Aprovechar estas falsas profecías para generar los cambios”, confiesa Kneeland.

Le sorprende la ola de confusión y el miedo que trajo consigo esta profecía. En Rusia, por ejemplo, Yevgueni Ubiyko, un supuesto científico, pronostica una gran probabilidad de terremotos, tsunamis y un sinnúmero de desastres naturales. A diferencia de Sean Kneeland, el 2012 es catástrofe y debacle. Pero Ubiyko ha encontrado una esperanza y por eso creó un “módulo de salvamento”. Desde que se enteró del apocalipsis, ha trabajado incansablemente en construir un cubículo, construido con materiales especiales, a prueba de sismos y lava. Cuenta con todo el confort, digno de un crucero en medio de la hecatombe. Con duchas y sistemas de aire purificado. Pueden vivir sólo cuatro personas durante 40 días y el precio de tal hospedaje equivale a 80 mil dólares.

Otro ejemplo es el del grupo de Sobrevivencia de España, mejor conocido como el GSE 2012. Aseguran en su blog que ellos no dan respuestas al fin del mundo, ni a profecías mayas o derrumbes económicos: “Esta es una WEB de recursos, ideas y sugerencias para emergencias y supervivencia”. En un principio su fin era construir refugios en las zonas altas de España para hacerle frente a desastres naturales. Hoy, recomiendan organizarse en grupos o con familiares y estar alertas en caso de cualquier eventualidad.

O las Águilas, como lo reveló El Universal, es una miniciudad de 800 hectáreas. Cuenta con todo lo indispensable para vivir: almacén con víveres, instalaciones para generar energía solar, un vergel y también un lago. Estas 16 casas, habitadas por italianos y erigidas en la selva de Xul, en Yucatán, fueron creadas para soportar las temperaturas extremas o cualquier desastre mundial.

Eamonn Sean considera “que estos miedos tienen mucho que ver con una enseñanza basada en la culpa. Creo que responden, sin afán de agredir las creencias, en el miedo y la culpa infundada por la cultura judeocristiana. Como si después del fin del mundo, viniera algo mejor. Cuando lo mejor es nuestro presente y no nos damos cuenta”.

Laura Castellanos asegura que ante la crisis ideológica, se pueden llegar a absurdos, por ello en su libro recoge diversas voces. “Se puede hacer periodismo de temas populares, que se consideran poco serios, pero que contribuyan a que la gente esté bien informada”, dice. Por su parte, Simonetta Morselli recomienda páginas electrónicas: “Muchos de los que creen o refutan estas profecías, son jóvenes, cercanos a las redes sociales, donde hay miles de sitios con información falsa. Yo les recomiendo revisar www.famsi.org, ahí podrán contrapuntear datos manipulados con información prehispánica gratuita, que tanto falta”, concluye la catedrática.

Lo cierto es que el 2012 es un año de jugosas ganancias. Las editoriales preparan nuevos títulos, como La banda de la motocicleta dorada, de Jack Canfield y William Gladston, una historia que abordará el día después del 21 de diciembre, editada por Grupo Planeta. Se esperan novelas prehispánicas, ensayos y relatos, ya alistan nuevas publicaciones la gran mayoría de las editoriales. Aunque también, por parte del sector turístico, se estima que para este año visiten el país 52 millones de turistas extranjeros, cuando realmente llegan 22 millones. ¿Será el fin del mundo o el principio de un negocio?

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