
Ciudad de México, 7 de junio (SinEmbargo).– El regreso de la banda mexicana Molotov, que con 18 años de carrera ha vendido más de dos millones de discos, ha tenido repercusión continental y la noticia ha sido publicada tanto en Colombia, como Argentina y Perú, dando cuenta de la relevancia de una agrupación que ha hecho de la incorrección política su estilo esencial.
Se trata del regreso a los primeros planos del carismático cuarteto, que vuelve después de siete años de ausencia en los estudios de grabación con el disco Agua Maldita (Universal Music), del que ya dieron a conocer el primer sencillo “Lagunas metales”, un homenaje a sus colegas y a las giras.
En abierta lucha contra la piratería, la agrupación mexicana regala una entrada para su concierto en julio al Auditorio Nacional a todo aquel que compre el disco legal, lo que sin duda también constituye una ventaja económica para los fans, que seguramente abarrotarán la capacidad del llamado Coloso de Reforma, con butacas para 10 mil personas.
Agua Maldita exhibe en su portada un fondo rojo encendido y representa a un religioso arrojando agua bendita en medio de grandes llamas, alimentando de ese modo la tradición del grupo, siempre provocador, siempre revulsivo.
“Se llama así porque el rock and roll siempre ha sido satanizado", explicaron.

Están en contra del racismo, hablan en su nuevo disco de la drogadicción infantil, lloran por el desamor y no se quedan callados ante lo que consideran abusos del poder, con el afán de generar “una catarsis” en el público que los sigue, según explicó el cantante Tito Fuentes durante una conferencia de prensa llevada a cabo en Ciudad de México.
La salida del nuevo disco, grabado en California y mezclado en Londres, con la producción de Jason Perry, representa un desafío histórico para Molotov. ¿Se dirigen con su séptimo álbum a nuevos públicos jóvenes, lograrán llamar la atención de los cuarentones que crecieron al abrigo de sus temas o ambas cosas?
Desde su exitosísimo ¿Dónde jugarán las niñas?, en 1997, que la banda integrada por el citado Fuentes, Paco Ayala, Micky Huidobro y el estadounidense Randy Ebright no despertaba tanta expectativa en el medio musical del continente.
Son Molotov. Los que hicieron Apocalypshit, Con todo respeto y Desde Rusia con amor, conformando una discografía que sin caracterizarse por la sofisticación musical, el vuelo lírico o el virtuosismo instrumental ha logrado calar hondo en el sentir popular, convirtiendo a los músicos mexicanos en verdaderos líderes de opinión entre sus muchos seguidores.
En el siglo XXI ya están grandes, son señores robustos que peinan canas y que se muestran tranquilos frente a la salida de un nuevo material, el próximo 10 de junio, un conjunto de 10 temas entre los que sobresalen la crítica "No existen".
"Habla de estos dirigentes que nos prometen lugares, trabajos, cosas que no existen y al final acaba el sexenio y se van a San Diego", explicó Tito Fuentes.
En opinión del bajista Paco Ayala, el hecho de que hagan tantas canciones de protesta no tiene que ver con que siempre estén enojados, sino con que "todo el tiempo estás cuestionando y nunca ves un avance o una respuesta", por eso "es muy fácil que la gente piense que estás en contra de todo o molesto por las cosas".
Mientras tanto, en la citada conferencia de prensa, tuvieron tiempo para solidarizarse con sus colegas de Panteón Rococó, quienes fueron víctima de la discriminación por parte de una aerolínea que les impidió el acceso a una de sus unidades, a causa de los tatuajes que ostentaban.
“¿Qué criterio puede tener el jefe de esa empresa para poner a ese pedazo de bistec como a decidir quién entra al avión de una manera tan clasista y elitista?,… que cantidad de gente está tatuada ahora, eso se me hace nefasto”, dijo Tito Fuentes.
Por su parte, Huidobro, y sin dejar de lado su buen humor, apuntó que en solidaridad con la banda liderada por Dr. Shenka, se haría un tatuaje al terminar su compromiso con la prensa.




