Refresqueras mienten y ocultan datos; el impuesto sí está funcionando, dicen investigadores

25/08/2015 - 6:12 pm
Foto: Cuartoscuro
Espertos refutaron afirmaciones hechas por la  Concamin sobre efectividad de impuestos. Foto: Cuartoscuro

Ciudad de México, 25 de agosto (SinEmbargo).- Investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) acusaron que la industria refresquera intenta minimizar el beneficio a la salud que ha tenido el impuesto sobre bebidas azucarada, como sucedió la semana pasada cuando aseveró que la reducción del consumo de estos productos fue sólo de 2.5 por ciento en el 2014, y no del 6 por ciento como sostienen los investigadores.

“Coincidimos en que hubo reducción, pero no en cuánto. [Las empresas de refrescos] Toman las ventas agregadas que tradicionalmente se han clasificado así, pero no es una clasificación que distinga bebidas con y sin impuesto. La industria ha mostrado datos que dicen que la reducción ha sido de 2.5 por ciento, pero ellos mezclan bebidas azucaradas, carbonatadas, de dieta carbonatadas, agua mineral carbonatada, unas tienen impuesto y otras no”, explicó Juan Rivera Dommarco, director fundador del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP.

“En cambio, nuestro estudio sí, nosotros sí separamos cada una de las bebidas, además, el nuestro distingue tendencias en el tiempo y por factores económicos que pueden influir en el consumo, de manera que es una metodología mucho más robusta”, continuó en conferencia de prensa convocada por la Alianza por la Salud Alimentaria.

El director explicó que los resultados del trabajo hecho por el INSP y la Universidad de Carolina del Norte, que fueron dados a conocer en junio y concluyeron que hubo una baja de 6 por ciento en el consumo de bebidas azucaradas en el país, se basaron en la comparación de tendencias de consumo de refrescos en 53 ciudades de México, antes y después de la llegada del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) en 2014.

El sentir de la industria refresquera quedó expresado en las declaraciones que hizo el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) Manuel Herrera Vega durante una conferencia de prensa la semana anterior, que además se da en la antesala de la discusión del paquete fiscal 2016.

Durante un panel de ponencias científicas organizado el día de hoy por la Alianza de la Salud Alimentaria, organizaciones civiles como El Poder del Consumidor (EPC) señalaron que estas afirmaciones de la industria tienen como fin afectar el gravamen del 10 por ciento sobre los refrescos.

Alejandro Calvillo Unna, director de EPC, también puso en tela de juicio los informes de consumo que hacen las refresqueras al decir que carecen de datos fiables para controlar el número de ventas.

“Cuando nosotros dijimos que, de acuerdo a estudios del doctor Kelly Brownell, en México estábamos consumiendo 163 litros [de refrescos por persona al año], la industria no reaccionó, luego nos encontramos otro dato, de 176 litros, por parte del Centro de Estudios de las Finanzas públicas de la Cámara de Diputados, datos del 2012 de Coca Cola, es decir, ni sabemos cuánto estamos consumiendo”, dijo.

En las misma conferencia de la Concamin, Manuel Herrera aseveró que el impuesto no había reducido como prometió la diabetes y la obesidad.

“Los efectos en obesidad y diabetes no se van a ver en lo pronto, porque son silenciosos tardan años en verse y luego el problema explota. La persona no se da cuenta a menos que realice una evaluación”, contradijo Abelardo Ávila Curiel, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

“Estos efectos van a ocurrir ahorita, pero sería relativamente fácil demostrar que empiezan a haber efectos de síndrome metabólico. El impuesto reduce el consumo, utiliza los beneficios fiscales para agilizar acciones de prevención de obesidad y enfermedades crónicas, y datos del INSP señalan que el impuesto sí está funcionando. Sería terrible que a dos años de su implementación se retire”, agregó Rivera.

DAÑOS A LA SALUD

El trabajo de Stanhope evalúo a 85 personas en dos semanas, quienes tomaron media lata de refresco durante cada comida. Foto: Juan Luis García, SinEmbargo
El trabajo de Stanhope evalúo a 85 personas en dos semanas, quienes tomaron media lata de refresco durante cada comida. Foto: Juan Luis García, SinEmbargo

Como parte de los conferencias del evento estuvo presente la doctora Kimber Stanhope, investigadora del Departamento de Biociencias moleculares de la Universidad de California, que presentó los resultados de un estudio que evidenció una relación directa entre el consumo de bebidas azucaradas y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

El trabajo que evalúo a 85 personas en dos semanas, quienes tomaron media lata de refresco durante cada comida, demostró que el consumo de refrescos aumentó el colesterol malo, los triglicéridos y el depósito de proteína apoliptina B y el ácido úrico de los participantes. La lata y media representó 60 gramos de azúcar, mientras que el consumo diario recomendado es de 90, explicó Stanhope.

“Los resultados mostraron que quienes están principalmente más expuestos son los hombres. Esto debido a que la hormona femenina, el estrógeno, protege al género femenino”, dijo Stanhope sobre su estudio que ha servido para que las personas dimensionen el daño que hacen estas bebidas alrededor del mundo.

Asimismo, la investigadora del INSP, Alejandra Cantoral Preciado, mostró los resultados publicados de su investigación sobre el efecto de las bebidas azucaradas en niños. Este trabajo dio seguimiento a 166 niños nacidos en 1994, que ahora son adolescentes para demostrar cómo afecta el consumo de bebidas azucaradas antes en los primeros 12 meses de vida.

Los resultados mostraron que quienes empezaron a ingerir bebidas azucaradas previo al primer año de vida presentaron un 25 por ciento de obesidad, mientras que aquellos que las consumieron después de esa edad presentaron una prevalencia de obesidad del 14 por ciento.

“Casi dos veces más probabilidades de presentar obesidad y 1.5 más de padecer de obesidad abdominal”, precisó Cantoral. El consumo de bebidas azucaradas es el responsable de 24 mil decesos al año en México, de acuerdo con un estudio del investigador Dariush Mozaffarian, de la Universidad de Tufts de los Estados Unidos.

Y el 70 por ciento de estos azúcares proviene de los refrescos, que a diferencia de las calorías sólidas, como las que se pueden encontrar en una tortilla, contienen calorías líquidas que evitan la sensación de llenura al ingerirlas, dijo Rivera.

“En conclusión, las bebidas azucaradas causan obesidad, síndrome metabólico, enfermedades crónicas y muerte prematura”, dijo el director fundador del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP.

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