VIDEO ¬ Los cardenales todavía no eligen al Papa; sale humo negro de Capilla Sixtina

07/05/2025 - 1:06 pm

El humo de la primera fumata del cónclave para elegir al sucesor de Francisco ha salido negro, a las 21:00 horas, lo que indica que no ha sido elegido el nuevo Papa tras la primera votación realizada por los 133 cardenales electores del Colegio Cardenalicio que se han encerrado en la Capilla Sixtina a las 16:30 horas de este miércoles 7 de mayo, después de que el Maestro de Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, pronunciara el "Extra Omnes".

Por Laura Ramírez, enviada especial de Europa Press

ROMA, 7 May. (EUROPA PRESS).- Los 133 cardenales electores volverán a encerrarse este jueves en la Capilla Sixtina después de que saliera una fumata negra en el cónclave, que ha aparecido a las 21:00 horas de este miércoles tras la primera votación, lo que significa que ningún purpurado ha obtenido la mayoría necesaria para convertirse en el 267 Papa de la Iglesia Católica.

Concretamente, alrededor de las 7:45 horas los purpurados electores abandonarán sus alojamientos hacia el Palacio Apostólico. A las 8:15 horas se celebrará misa en la Capilla Paulina. A las 9:15 horas tendrá lugar la primera vuelta de votación de la jornada seguida, si es necesario, de una segunda vuelta inmediatamente después.

De este modo, este jueves, en caso de que ningún cardenal obtenga los dos tercios de lo votos, saldrá la segunda fumata negra sobre las 12:30 horas. En este caso, por la tarde, volverán a encerrarse en la Capilla Sixtina, donde, a partir de las 16.30 horas, tendrán lugar dos escrutinios más, al final de los cuales, si ninguno resulta positivo, saldrá la tercera fumata negra.

Si, por el contrario, en alguna de las votaciones de este jueves algún cardenal consigue la mayoría cualificada de dos tercios (89 votos), entonces la fumata blanca se podría adelantar y salir, o bien a partir de las 10:30 y de las 12:30 horas, por la mañana, y sobre las 17:30 horas o las 19:00 horas, por la tarde.

Pero, en caso de no salir elegido el pontífice, por la tarde, después de las elecciones, los cardenales con derecho a voto rezarán las Vísperas en la Castilla Sixtina y las 19:30 horas regresarán a Santa Marta.

Los días siguientes, se seguirá el mismo proceso de votación y si al tercer día aún no ha salido la fumata blanca, los cardenales tendrán un día de pausa para la oración y el libre coloquio.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI, los cardenales podrán elegir entre los dos más votados en el último escrutinio aunque no por mayoría, sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" los dos tercios de los votos.

Durante todo el proceso, los 133 cardenales deberán cumplir con el juramento realizado este miércoles según el cual se comprometen a "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno promete, en caso de ser elegido, desempeñar fielmente el munus Petrinum de Pastor de la Iglesia Universal.

El Papa Francisco necesitó cinco votaciones y salió elegido en el segundo día del cónclave, mientras que Benedicto XVI necesitó cuatro votaciones y también salió elegido en el segundo día, mientras que Juan Pablo II necesitó ocho escrutinio y fue elegido al final del tercer día del cónclave.

La Capilla Sixtina cierra sus puertas para el cónclave

Las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron a las 17:46 horas de este miércoles 7 de mayo para dar comienzo al cónclave en el que los 133 cardenales electores elegirán al sucesor de Francisco, el 267 Papa de la Iglesia Católica.

Tras unas breves palabras del cardenal Pietro Parolin, encargado de guiar el cónclave, los 133 cardenales con derecho a voto recorrieron en procesión los 30 metros que separan la capilla paulina de la Capilla Sixtina. Detrás de la cruz alta y los dos cirios, los purpurados fueron entrando de forma ordenada, invocando la intercesión de todos los santos. Al fondo, les recibió el fresco de Miguel Ángel sobre el Juicio Final.

Las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron al público el pasado lunes, según confirmaron a Europa Press desde los Museos Vaticanos. Desde entonces, los operarios se han encargado de colocar las dos estufas, para quemar las papeletas de los escrutinios y para hacer el humo negro o blanco, y han realizado algunas adaptaciones.

Los cardenales de rito latino vistieron la túnica roja con la faja, el roquete, la muceta, la cruz pectoral con cordón rojo y dorado, el anillo, el solideo y la birreta; mientras que los cardenales de las iglesias orientales traían su propio hábito coral.

Una vez en la Capilla Sixtina, tras el canto del Veni Creator, los purpurados pronunciaron el juramento prescrito. A continuación, cada cardenal elector mencionó su nombre y, poniendo la mano sobre los Evangelios, dijo: "Prometo, me obligo y juro".

Según la fórmula del juramento, recogida en la Universi Dominicis Gregis, los cardenales prometen "observar con la máxima fidelidad" el secreto sobre todo lo relacionado con la elección del nuevo Papa, tanto durante como después de la elección; juran no favorecer ninguna interferencia, y cada uno se compromete, en caso de ser elegido, a desempeñar fielmente el munus Petrinum de Pastor de la Iglesia Universal.

A continuación, el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, pronunció el "Extra Omnes" (todos fuera) y todos los ajenos al cónclave salieron de la Capilla Sixtina. Tras la meditación, el eclesiástico encargado de pronunciarla dejó la Capilla junto al Maestro de Celebraciones Litúrgicas.

Incomunicados con el exterior

Durante el periodo de escrutinios, los purpurados deberán abstenerse de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano. Además, en esta ocasión, los sistemas de transmisión de señales de telecomunicaciones de telefonía móvil se han desactivado a partir de este miércoles 7 de mayo a las 15:00 horas, y hasta que concluya el cónclave para garantizar que éste transcurre bajo el más estricto secreto.

 

Según las normas, "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio", incurrirían en "la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica". Asimismo, las reglas marcan que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.

La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación de este miércoles, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde.

La hora aproximada de la fumata

A partir de este jueves, alrededor de las 7:45 horas los cardenales electores abandonarán sus alojamientos y se dirigirán hacia el Palacio Apostólico. A las 8:15 horas se celebrará la misa en la Capilla Paulina y a las 9:15 horas comenzará la primera votación de la jornada, seguida Las señales de humo se esperan después de las 10:30 horas (sólo si fuera fumata blanca) y sobre las 12:30 horas. Si no sale fumata blanca, los electores regresan a Santa Marta para comer.

Por la tarde, la votación continúa a las 16:30 horas en la Capilla Sixtina y, de nuevo, pueden sucederse dos rondas de votación. El humo podría presentarse después de las 17:30 horas (sólo si es blanco) y alrededor de las 19:00 horas. Si ningún candidato ha obtenido los dos tercios de los votos, los cardenales rezan las Vísperas en la Capilla Sixtina y regresan a Santa Marta.

Desde la aparición de la fumata blanca hasta el anuncio de la elección puede pasar alrededor de una hora, porque se llevan a cabo el rito de la aceptación de parte del nuevo Papa, el cambio de los ornamentos, así como también el rito de obediencia por parte de los cardenales presentes en la Capilla Sixtina.

Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones durante tres días consecutivos, el proceso de elección se suspende durante un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.

Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, podrá procederse a la votación entre los dos cardenales más votados en el último escrutinio, pero no por mayoría, sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios.

Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado, y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Si el elegido no tiene el carácter episcopal, será ordenado obispo inmediatamente.

Posteriormente, el nuevo Papa se dirigirá a la "habitación de las lágrimas", donde debe elegir una de las tres sotanas blancas puestas a su disposición, de diferentes tallas, y rezar durante unos minutos.

Poco después, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti, pronunciará el "Habemus Papam" y el nombre del nuevo pontífice, el cual inmediatamente después impartirá la Bendición Apostólica Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica Vaticana.

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