Podemos decir que la prensa española defiende intereses económicos de las empresas trasnacionales españolas y un proyecto político de nuevo colonialismo hacia América Latina. Así se explican las mentiras del diario fascista, el ABC, contra Andrés Manuel López Obrador y su familia. La última fue, como ustedes se enteraron, la publicación, sin pruebas, bases ni fuentes, ni siquiera de la Fuente de la Cibeles, de que la pareja de AMLO, Beatriz Gutiérrez Müller, se había mudado a Madrid, a un barrio llamado La Moraleja, es decir, al más lujoso que te puedes inventar. Además, se estableció como verdad que su hijo Jesús iría a estudiar Derecho a la Universidad Complutense. El infundio tenía como objetivo generar la percepción de que la familia de AMLO era hipócrita porque no sólo no viviría en el país al que Andrés Manuel le ha dedicado su vida, sino que habitaría, como Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en residencias de lujo. El ABC publicó, como acostumbra, una vil mentira para que pudiera ser replicada como “fuente” por los medios mexicanos. Y empezó el aluvión de los furibundos de siempre. Radio Fórmula tituló su animadversión: “La austeridad se va a Madrid”; El Financiero aseguró que Beatriz Gutiérrez ya tenía la nacionalidad española; Infobae vendió la idea de que tenía un pronunciamiento sobre el tema de la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, pero no era cierto; la exrevista Proceso rescata la idea del ABC de que la familia de AMLO es un “dolor de cabeza” para Claudia Sheinbaum, aunque la nota está firmada por un Milton Merlo que trabaja para el portal argentino La Política Online, que hace unos meses aseguró que quien les está hablando había convencido a Hugo López-Gatell de renunciar a Morena. Hasta el normalmente inteligente y mesurado Jorge Zepeda Patterson, aquí mismo en SinEmbargo, se dejó llevar. Hay que decir que Jorge Zepeda fue el único periodista que se disculpó con la doctora Gutiérrez Müller y con los lectores por esta salida en falso. No así, Milenio, en la voz de Ricardo Raphael de la Madrid que aseguró que Beatriz Gutiérrez “exhibe una vida ostentosa” y, tras el desmentido de la propia Gutiérrez Müller, Raphael de la Madrid dijo en WRadio, que es propiedad de los españoles del Grupo PRISA: “tuvo un estilo ambiguo, con un tono literario similar a Silvio Rodríguez o Benedetti, lo que dejó espacio para la especulación”. Aquí el comentarista hace referencia a dos poetas de izquierda socialista latinoamericana odiados por aquellos que se fotografiaron al lado de Xóchitl Gálvez. Y sigue su mente dando frutos: “La única línea que responde con seriedad los señalamientos es cuando ella dice: ‘No me he ido a vivir a ningún otro lado, tampoco mi hijo’”. Bueno hay que recordarle al comentarista que ese era el único tema de la nota del diario ABC: si la esposa y el hijo de Andrés Manuel vivían o no en Madrid. Pero se fue de frente y dijo: “Esta polémica se inserta en una hipótesis creciente sobre líderes de la Cuarta Transformación que, al igual que gobiernos anteriores como el de Peña Nieto y otros, muestran tendencias a la ostentación, lo que suele asociarse con corrupción”. Por su parte, el comentarista que departió al lado de Felipe Calderón y Díaz Ayuso en Madrid en diciembre del año pasado, Ciro Gómez Leyva casualmente usó la misma expresión que Raphael de la Madrid: “ambigua”, llamó a la respuesta de Gutiérrez Müller.
Este último furor desde WRadio es interesante por dos razones. Una es el vínculo entre los comentaristas mexicanos y el Grupo Prisa de España y la otra es por el proyecto político que se apoya cuando se le da veracidad a una fuente como el diario ABC, que no tiene fuentes: el proyecto de la Iberdrósfera del facista partido Vox, filial del Yunque tapatío y del Partido Popular, de la que Calderón es una filial.
Empecemos por el grupo PRISA, dueño de WRadio y del diario El País. Como escribe el periodista español Oriol Malló, con el PSOE de los años 80, España se vuelve parte de la OTAN, parte de Europa, y mira a América Latina como, otra vez, un territorio de extracción y saqueo. Felipe González, el Presidente del supuesto “socialismo obrero”, era español solamente, como dice la canción. Apoya la contrainsurgencia en Nicaragua, El Salvador y Guatemala. En su libro, El Cartel Español, Oriol hace la historia de cómo el PSOE y el PP hacen una red en América Latina que atrae políticos, periodistas, y artistas a sus fundaciones, seminarios, y cursos de verano. De ahí surgen ONG´s, medios de comunicación, y muchos viajes. Los más relevantes forman parte de los consejos de los bancos BBVA o Santander, como el caso de Enrique Krauze o del Instituto Cervantes. En México, su editorial, Santillana, detentaba los contratos para editar los libros de texto gratuitos de las escuelas públicas. Imaginen la fortuna de tener un contrato para 100 millones de ejemplares cada año. Producto de la Cumbre Iberoamericana en Guadalajara en 1991, promovida por Carlos Salinas de Gortari, se siguieron las alianzas entre Zedillo y Fox con Aznar y Calderón con Iberdrola y Repsol. Para España, América Latina era su único territorio para expandirse económicamente porque en Europa no podían competir ni aportar los servicios y mercancías con la calidad requerida. Refiere Oriol que el director ejecutivo del Banco Santander, Antoni Donadeu, dijo de esta etapa del nuevo colonialismo español en América: “A finales de los ochenta Felipe González reunió a los grandes empresarios y banqueros del país y les dijo muy claramente que desde el ingreso en el Mercado Común, los grandes países europeos habían comprado todo y más en España y que ante la disyuntiva de ser un ratón en Europa, mejor ser rey en América Latina que era la alternativa para crecer y hacernos fuertes. Les dijo que tenía información muy precisa de que la quiebra de los estados latinoamericanos los forzaría a vender sus empresas públicas y que gracias a la red de amistades que él había tejido con la mayoría de presidentes de aquellos países, las decisiones se decantarían a favor de España”. Así, en tres décadas se acabarían quedando en México con los bancos, el gas natural, las industrias de energía “limpias”, la exploración petrolera, la constructora OHL asesorada por el Secretario de Comercio de López Portillo, Andrés de Oteyza, pero sobre todo con el relato de que deberíamos de copiar su transición a la democracia, sus editoriales de libros, sus periódicos, sus premios literarios y de cómo se fueron quedando, de la mano del súbdito de la monarquía, Mario Vargas Llosa, con la Feria del Libro de Guadalajara. Se fueron haciendo de empleados de su empresas como fue el caso de Juan Camilo Mouriño y Felipe Calderón. Éste último, "El Espurio", fue felicitado por su fraude electoral por Rodríguez Zapatero de España, primero, y por George W. Bush, después, pero ambos incluso antes de que el Tribunal Electoral en México decidiera no contar voto por voto y dar su declaratoria final de legalización del fraude electoral de 2006. Vino después lo que Oriol llama el “tráfico de influencias transocéanicas” cuando el gallego Mouriño compra el Celta de Vigo y lo baja a segunda división y Repsol e Iberdrola entran a los negocios de la política para beneficiarse del saqueo energético que duraría hasta el sexenio de Peña Nieto.
Pero hay otra historia entre el Cartel Español y Andrés Manuel López Obrador. Los viejos, como yo, recordarán que, durante su jefatura de Gobierno en la Ciudad de México, Andrés Manuel mandó quitar los espectaculares que manejaba la empresa española Eumex. Ponían sus parabuses donde les daba la gana y hasta se robaban la luz de la CFE para iluminarlos. Pues bien, el diario ABC y El Mundo le dedicaron ataques al entonces Jefe de Gobierno llamándole “caudillo tropical” y “neocomunista”. El abogado con defendía a la empresa de equipamiento vial publicitario, era ---¿no lo adivinan?--- Diego Fernández de Cevallos. El 28 de enero también de 2004, el Procurador de Fox, Macedo de la Concha, que un año más tarde emprendería el desafuero de Andrés Manuel, le dio permiso al Juez español Baltazar Garzón de interrogar a tres mexicanos y seis vascos acusados de ser parte del grupo separatista vasco, ETA. Garzón llegó como la vedette al reclusorio Norte sólo para toparse con una directora que le decía que nadie los había notificado de su visita. Andrés Manuel les recordó en su "mañanera" de esa época que había todo un protocolo legal que debían seguir antes de presentarse a una prisión de la Ciudad de México. Fiel a su estilo, AMLO declaró ante los reporteros: “Las leyes mexicanas no permiten la participación de ninguna autoridad extranjera, judicial o diplomática, en las diligencias judiciales”. La respuesta de la Embajadora de España, Cristina Barrios, no se hizo esperar y fue en forma de una noticia falsa: aseguró ocho españoles habían sido secuestrados en la Ciudad de México, de los cuales cinco ya habían sido asesinados. El dato fue una mentira. Como después se demostró no había ningún español, ni siquiera extranjero de cualquier nacionalidad secuestrado y mucho menos asesinado en la Administración de AMLO, pero la intención era crear un daño a la reputación de la ciudad y de su Jefe de Gobierno.
Andrés Manuel, todavía como Jefe de Gobierno, se negó a incluso recibir a los cabilderos de la compañía eléctrica española Fenosa que buscaba que se eliminara a Luz y Fuerza del Centro, y entrar a la venta de energía eléctrica en la Ciudad de México. En 2009, fue Calderón el que echó a la calle a 41 mil trabajadores para cumplir ese deseo. Entraron a la ciudad Fenosa, Iberdrola y Gas Natural.
Durante la campaña de 2006, José María Aznar, expresidente de España, hizo una gira por México hablando mal de Andrés Manuel que había criticado la venta de Bancomer al BBVA y de Serfín a Santander. Lo de Bancomer ponía a los del banco Bilbao Vizcaya en aprietos porque Andrés Manuel tenía las evidencias de que los españoles habían recurrido a un financiamiento que provenía del lavado de dinero en Islas Caimán y que José Madriaga, el defraudador mexicano de la Bolsa de Valores, estaba implicado. La banca española estaba muy interesada en un fraude electoral contra AMLO. No es casual que el Secretario de Hacienda de Vicente Fox, que permitió todas las trapacerías, luego fuera el presidente de la española Telefónica-Movistar y tuviera un sitio en el Consejo del BBVA. Por su parte, los dueños del diario El País, los Polanco, trataron de ver a Andrés Manuel para ver lo de sus libros de texto gratuitos, pero el candidato, sólo les dio 10 minutos de conversación. Le mandaron a Antonio Navalón, su mensajero en México, pero ni así lograron una reunión. Prisa acabó por darle su puesto de relaciones públicas a un cuñado de Felipe Calderón, Juan Ignacio Zavala, hermano de Margarita y de Hildebrando, el que había instalado el sistema de cómputo para recibir los resultados del PREP en el entonces IFE de Ugalde. Oriol nos brinda este texto de esos días escrito por Jorge Moragas Sánchez, secretario de Exteriores del Partido Popular de España y que dice: “Aquí me encuentro en el DF asistiendo a la toma de posesión del nuevo Presidente de los Estados Unidos de México, el licenciado Hinojosa. Mientras el candidato ganador del PAN presenta un Gobierno abierto al pacto y al consenso con la oposición del PRI, esa otra izquierda desesperada que odia sin sentimiento de culpa y que vocifera pone a prueba la resistencia de la democracia mexicana. El Peje, como llaman por aquí a López Obrador, transpira lo peor del caudillismo tropical y su insumisión tiene por objetivo forzar una respuesta violenta del Gobierno para desatar el caos institucional”. El eurodiputado José Ignacio Salafranca, presidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (EuroLat) y portavoz del grupo conservador en la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo hizo su evaluación como observador electoral sobre las rodillas y lo publicó al día siguiente del fraude de Calderón, al que calificó de “satisfactoria elección con un alto grado de transparencia”.
Luego, ya en el 2006, cuando Felipe Calderón había dejado negocios con los españoles desde su cargo como Secretario de Energía de Fox, AMLO dio a conocer los contratos para que Repsol nos vendiera gas que compraba en Perú. El suministro de 500 millones de pies cúbicos diarios durante quince años representaba un costo real de apenas seis mil millones de dólares. Sin embargo, la Comisión Federal de Electricidad aceptó pagar a Repsol 21 mil millones de dólares, esto significa que Repsol tendría una utilidad extraordinaria de 15 mil millones de dólares. Por si esta denuncia no fuera suficiente, Andrés Manuel denunció que la inundación de su natal Tabasco en 2007 había sido provocada porque la presa Las Peñitas estaba parada para darle preferencia a las plantas de Iberdrola hasta que se tuvieron que abrir las compuertas. En esa inundación murieron muchas personas y hubo una migración interna considerable.
Esto son apenas unos cuantos ejemplos de lo que ha sido la relación entre los gachupines y AMLO. Cuando digo gachupines no me refiero a los españoles, que son gente de bien, como todos los que llegaron con el exilio republicano provocado por la invasión militar de Francisco Franco. No, gachupines son los que vienen a saquear. Pero, lo que digo es que esa depredación se ha topado siempre con los postulados del obradorismo en su base soberana, legal, y de lucha contra la corrupción. No les cuento la Reforma Eléctrica que terminó con Iberdrola vendiendo sus plantas que simulaban abastecer a sus socios de un peso como los OXXOs y Bimbo. Tampoco de la carta donde el Presidente pedía que se formara una comisión entre México y España para dilucidar una historia en común y el perdón a los pueblos originarios, y que el diario ABC y El País filtraron pasajes para ridiculizar a nuestro Presidente. No se los cuento. Dejo esto hasta aquí seguro de que ustedes recordarán lo demás y guardarán estos ejemplos para darle sustento indignado a los combates que vienen.





