Alejandro Calvillo

San Francisco vs Coca y UPs

"Las demandas contra las corporaciones por daños a la salud han sido históricas en los Estados Unidos, sustentadas en el ocultamiento que estas empresas han realizado sobre sus daños".

Alejandro Calvillo

27/12/2025 - 12:05 am

La ciudad de San Francisco, a través de su Fiscal General, tomó la decisión de demandar por daños a la salud de su población a las mayores corporaciones de ultraprocesados en los Estados Unidos y el mundo: Coca-Cola, PepsiCo, Kraft Heinz, Nestle, General Mills, Mars Inc.Mondelez InternationalConAgra BrandsPost Holdings y WK Kellogg. La demanda es por comercializar, de manera, alimentos ultraprocesados vinculados a la crisis de salud pública de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de enfermedad y muerte. La demanda señala, en base a evidencia, que estos productos están diseñados intencionalmente para ser adictivos, para comerse de más, llenos de aditivos químicos, con grandes cantidades de azúcares, edulcorantes, grasas y sal, y con nulo o muy bajo valor nutricional. La demanda exige rendición de cuentas a estas corporaciones, la restitución por los costos multimillonarios de atención médica que han generado a los sistemas de salud poniéndolos en crisis.

Podemos preguntarnos: ¿han sabido estas empresas los daños a la salud que provoca el consumo de sus productos como en su momento lo sabía la industria del tabaco y lo negaba?

En la propia Universidad de California, San Francisco, se encuentra la biblioteca que reúne decenas de miles de documentos internos de la industria del tabaco con los cuales se demostró que las corporaciones tabacaleras sabían el daño que generaba en tabaquismo y que negaron públicamente por más de 20 años. Se considera que ese ocultamiento, hace responsable a las corporaciones tabacaleras de cientos de miles de vidas y enfermedades que pudieron haberse evitado. Junto a este acervo enorme de documentos internos de la industria del tabaco se ha ido formando otro acervo con miles de documentos internos e investigaciones que se han realizado sobre la industria de los productos ultraprocesados y las bebidas endulzadas que demuestran cómo éstas también conocen los daños que han venido provocando y que vienen negando públicamente durante más de 20 años. Entre estos documentos destacan los que muestran las estrategias que ha utilizado la industria de ultraprocesados y bebidas para bloquear las políticas públicas, crear grupos fachada de académicos, instituciones y organizaciones civiles, que defienden sus intereses, así como sus maniobras para poner a su servicio a medios de comunicación, articulistas, influencers, etc.

Las demandas contra las corporaciones por daños a la salud han sido históricas en los Estados Unidos, sustentadas en el ocultamiento que estas empresas han realizado sobre sus daños. Las más conocidas son, justamente, las presentadas contra las tabacaleras. En 1994 iniciaron demandas multimillonarias de prácticamente todos los Estados de la Unión Americana contra las tabacaleras, en 1998 se estableció el Acuerdo Marco de Transacción firmado por 54 fiscales que llevó al compromiso de las tabacaleras de pagar 265 mil millones de dólares por daños a los estados. Muchas otras demandas se han sumado contra las tabacaleras al demostrarse que conocían bien los daños que generaba el tabaquismo y, sin embargo, lo ocultaron, incluso bajo juramento en el propio Congreso de ese país.

Más recientemente, las demandas contra los fabricantes y comercializadores de opioides en los Estados Unidos han llevado a multas por decenas de miles de millones de dólares, contra farmacéuticas, cadenas de farmacias y médicos, por la comercialización indiscriminada de medicamentos que provocaron la adicción a esta sustancia por parte de millones de estadounidenses. Una adicción sin la cual no se estaría enfrentando actualmente la crisis sanitaria por consumo de fentanilo en ese país. Entre las corporaciones responsables están Puerdue Pharma, Johnson and JohnsonTeva, McKesson, Cardinal Health, CVS, Walgreens, Walmart, entre otras. El gobierno de la ciudad de San Francisco ha jugado un papel fundamental en estas demandas contra los fabricantes y distribuidores de opioides al llevar el caso contra Mc Kinsey and Co.

San Francisco ha sido, sin duda, una ciudad en la vanguardia política, tecnológica, cultural. Fue la cuna de los derechos LGBTQ+, uno de los centros de innovación en tecnología verde, además de haber sido sede de eventos históricos para el orden mundial, como la creación de la ONU (1945) y el Tratado de Paz de San Francisco (1951). Fue en la región de la bahía con Berkeley, Oakland y San Francisco que se estableció, por primera vez el impuesto a las bebidas azucaradas en los Estados Unidos.

¿A cuánto ascenderían los daños causados a la salud por corporaciones como Coca Cola y PepsiCo en México? ¿Cuántas veces no hemos escuchado a estas empresas y a las asociaciones que les representan que no puede atribuírseles daños a la salud por el consumo de sus productos? ¿Cuántas veces repiten que la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades renales son de causa multifactorial? La evidencia de que han negado daños a la salud es abundante.

¿Cuál sería el costo de 230 mil nuevos casos anuales de diabetes y enfermedades cardiovasculares en México por el consumo de bebidas azucaradas? ¿Cuánto les correspondería a cada una de estas empresas?

Laura Schmidt, investigadora de la Universidad de California, San Francisco y una de las iniciadoras de la biblioteca con documentos de las corporaciones de ultraprocesados declaró a un medio: “Hasta ahora, se ha sentido como ver un accidente de tren en cámara lenta. Llevo un par de décadas hablando sobre la diabetes infantil. Las tasas han seguido aumentando. La enfermedad del hígado graso infantil, la obesidad infantil… desde hace mucho tiempo sabemos que hay algo muy mal en esta parte del suministro alimentario”. Schmidt compara la demanda de la ciudad de San Francisco contra las corporaciones de ultraprocesados, con las que se presentaron décadas atrás contra las tabacaleras.

Como lo hemos señalado anteriormente, estas corporaciones tienen el único objetivo de incrementar sus ganancias y para ello deben lograr que los consumidores consuman más sus productos, si pueden ser adictivos mejor, y buscando ingredientes cada vez más baratos. Cuando esta lógica mercantil se apropia de los alimentos, lo que se produce es, en gran parte, basura, que ingerida es una amenaza a la salud.

San Francisco ya dio el primer paso y esto no se para.

Alejandro Calvillo

Alejandro Calvillo

Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

Lo dice el reportero