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Greenpeace

10/06/2019 - 12:05 am

La necesaria transformación urbana de Monterrey

“El 92 por ciento de los habitantes del estado de Nuevo León habita en el Área Metropolitana de Monterrey”.

El paseo Santa Lucía, en Monterrey. Foto: Cuartoscuro

Por Carlos Samayoa*

Monterrey es la tercera metrópolis más grande de México. Su cercanía con Estados Unidos ha sido un factor importante para convertirse en un pilar económico, industrial y logístico del país. Sin embargo, a pesar de tener un alto desarrollo económico, su lógica de crecimiento y urbanización no ha sido muy distinta a la que han seguido las grandes metrópolis del país. El 92 por ciento de los habitantes del estado de Nuevo León habita en el Área Metropolitana de Monterrey (AMM). La distribución de su población se ha gestado bajo un modelo urbano de baja densidad, de sólo 45 viviendas por hectárea[1] y hacia la periferia, en un proceso de continuo abandono del área central.

Un desarrollo urbano distante y disperso ha tenido como consecuencia el aumento de la tasa de motorización, que se estima es de 416 vehículos por cada mil habitantes[2], lo cual representa que el AMM abarca prácticamente la totalidad de las ventas en el estado de Nuevo León, y el 6 por ciento del volumen nacional. Lo anterior mantiene una relación estrecha con el elevado consumo de combustibles fósiles que trae como resultado que se rebasen los límites máximos permisibles de contaminantes, y que reducen considerablemente la calidad del aire con repercusiones directas en la salud de la población.

En Monterrey, el promedio de tiempo que las personas pasan viajando en transporte público es de 85 minutos. Más del 86 por ciento de esos pasajeros pasan más de 2 horas en el transporte público todos los días. Los crecientes tiempos de traslado, los problemas de cobertura de transporte público, además de otros factores como la condición socioeconómica y las altas temperaturas, propician el intenso uso del vehículo particular. En la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2017, se observó que 49.3 por ciento de los usuarios del transporte público está insatisfecho con el servicio. Esto se debe en parte a la baja inversión a este rubro. Se invierte 4 veces menos en el rubro de movilidad urbana sustentable, con apenas el 19.1 por ciento del presupuesto federal para movilidad, en comparación con el destinado a la infraestructura en beneficio del automóvil particular, con el 80.9 por ciento.[3]

Estos fenómenos deben cambiar cuanto antes. En la lucha contra el cambio climático y la mala calidad del aire, Monterrey es clave para poder alcanzar una reducción de emisiones contaminantes considerable. Actualmente, en el Congreso de Nuevo León se encuentra en proceso el análisis de cuatro iniciativas de Ley de Movilidad, una de ellas promovida por la ciudadanía.

Hoy más que nunca es vital contar con un marco jurídico que mandate el establecimiento de las condiciones institucionales adecuadas y la implementación de medidas sólidas, que independientemente de quién gobierne, permitan alcanzar la sustentabilidad a través de una mejor movilidad que incluya una red amplia de transporte público limpio, de alta calidad y opciones de movilidad no motorizada que puedan convertirse en alternativas al uso del automóvil, pero también de mejores previsiones para consolidar un crecimiento urbano adecuado y orientado a mejorar la calidad de vida de los habitantes de Monterrey.

Esperamos que los presidentes de Comisiones Unidas en el Congreso y los líderes de bancadas consideren la posibilidad de construir de manera colectiva el pre-dictamen, con la intención de que la votación final se dé con el mayor consenso posible. Afortunadamente, este proceso participativo hasta el momento ha sido abierto a colectivos y organizaciones de la sociedad civil que impulsan una Ley de Movilidad. Existen aún varias áreas de oportunidad para que el resultado final sea óptimo y beneficie a la mayor cantidad posible de personas.

[1] Centro Mario Molina (2018). Propuestas para el desarrollo sustentable de una ciudad mexicana. Estudio del Área Metropolitana de Monterrey.
[2] INEGI (2019). Vehículos de motor registrados en circulación del año 2017.
[3] ITDP México (2019). Invertir para movernos.

*Carlos Samayoa es responsable de los temas de movilidad de Greenpeace México

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