Las elecciones en Groenlandia captan atención global por la insistencia de Trump en comprar la isla. Independencia, recursos y geopolítica marcan la votación.
MADRID 10 Mar. (EUROPA PRESS/DEUTSCHE WELLE).- Las elecciones de este martes en Groenlandia transcurren en medio de una inusual atención mundial después de que el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, haya insistido en hacerse con el control de esta región autónoma de Dinamarca, la mayor isla del planeta, que desde hace décadas aspira a lograr su independencia.
A pesar de las cada vez mayores reivindicaciones soberanistas, en otro momento, estas elecciones no contarían con mucha más atención que la suscitada en el propio territorio y en Dinamarca, pero el agitado regreso del Presidente Trump a la Casa Blanca también ha sido de todo menos normal.
Sus reclamaciones del territorio, sin duda, por su posición geoestratégica en el Ártico y riqueza en recursos naturales, han puesto los ojos del mundo en unas elecciones en las que unas 41 mil personas están registradas para designar a los 31 representantes de una isla que sigue siendo en gran parte inhabitable y donde el 80 por ciento de su extensión está bajo hielo perpetuo.
"Como dejé claro durante mi discurso ante el Congreso, Estados Unidos apoya firmemente el derecho del pueblo de Groenlandia a determinar su propio futuro", escribió en las últimas horas Trump en Truth Social. Sin embargo, las aspiraciones de los groenlandeses están lejos de las que él tiene planeado para ellos.
"Estamos dispuestos a invertir miles de millones de dólares para crear nuevos puestos de trabajo y hacerles ricos. Y, si así lo desean, les damos la bienvenida a formar parte de la nación más grande del mundo: los Estados Unidos de América", indicó.
Sin embargo, "Groenlandia no está en venta" es una de las frases que más se repetieron tanto en Groenlandia como en Dinamarca, aunque con motivaciones diferentes, desde que Trump anunció que se haría con el control de la isla "de una forma u otra".
El Primer Ministro de Groenlandia, Mute Egede, lamentó en una última entrevista para la televisión pública danesa que la "imprevisibilidad" de Trump está afectando a "varios frentes" globales y aseguró que tras esta insistencia por hacerse con el control de la isla no desean ese acercamiento con Estados Unidos como hubieran querido en otras circunstancias normales.
Independencia: De nuevo tema central en las elecciones
Egede lidera la coalición de la izquierda independentista que gobierna Groenlandia desde 2021 y es favorito para revalidar el cargo, según unas encuestas que también mostran un caída de los apoyos. Su partido, Ataqatigiit inuit, lograría el 31 por ciento de los votos, nueve puntos más que su socio de Gobierno, Siumut.
Esos mismos sondeos reflejaron un aumento de los partidos de la oposición, entre ellos Naleraq, también independentista, partidario de estrechar vínculos con Estados Unidos y que esta ocasión tendrá como candidata a la influencer Qupanuk Olsen, Demócratas y Atassut, ambas formaciones de corte unionista.
Los groenlandeses votaron abrumadoramente a favor del autogobierno en un referéndum en 2009, que también estableció una vía hacia la independencia, que será nuevamente el tema central de estas elecciones.
La mayoría de los groenlandeses son partidarios de despojarse del control de Dinamarca, que decide en política monetaria, de defensa y exteriores, si bien no saben cómo y cuándo, puesto que Copenhague aporta más de la mitad del presupuesto de Groenlandia para cubrir los servicios básicos de empleo, salud y educación.
En ese sentido, los movimientos soberanistas confían en disponer de esos fondos para sufragar los gastos de un futuro Estado a través de los beneficios de la explotación de los recursos naturales, como las tierras raras de las que disponen, ocultas bajo el hielo, o los yacimientos petrolíferos aún sin aprovechar del todo, pero para ello necesitan la participación de intereses extranjeros.
No obstante, bajo qué términos y condiciones se desarrollaría está relación es también un importante tema de debate dentro de la pequeña sociedad groenlandesa, cuyos 56 mil habitantes son en su gran mayoría indígenas inuit, debido a sus estrechos vínculos con la naturaleza.
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¿Por qué Donald Trump quiere Groenlandia para EU?
Trump argumenta que existen intereses de seguridad estadounidenses que harían necesario el control sobre Groenlandia. EU opera desde los años 50 la base espacial de Pituffik, en el noroeste de la isla, que desempeñó un importante papel en la detección temprana y la defensa contra posibles ataques soviéticos durante la Guerra Fría bajo el nombre de Base Aérea de Thule.
Además de las cuestiones de seguridad, es probable que las consideraciones económicas también desempeñen un papel, ya que se sospecha que en el sur de la isla en particular hay valiosos recursos naturales como petróleo, gas, oro, uranio y zinc, y el cambio climático facilitará su explotación.
En su primer mandato, en 2019, Trump ya presentó una oferta de compra a Dinamarca, que el Gobierno de Copenhague rechazó de inmediato. En su segundo mandato, las declaraciones expansionistas se han hecho más frecuentes.
No sólo con Groenlandia, también en relación con Canadá, con el Canal de Panamá y con la Franja Gaza. Incluso antes de su regreso a la Casa Blanca, Trump envió a su hijo Donald Jr. a Groenlandia en el avión Trump, oficialmente en "viaje turístico".
Unas semanas más tarde, se publicó una encuesta que mostraba que sólo el seis por ciento de los groenlandeses estaba a favor de que su isla pasara a formar parte de Estados Unidos, mientras que el 85 por ciento estaba en contra.
Posibles intentos de desinformación
En esta situación, Groenlandia teme que pueda haber intentos de influencia externa, de Rusia o China, que persiguen sus propios objetivos de seguridad y política económica en el Ártico.
El servicio secreto danés PET lanzó una advertencia muy concreta sobre la desinformación rusa: "Se han observado numerosos casos de cuentas de clientes falsas en redes online", incluidas cuentas que "suplantan la identidad de políticos daneses y groenlandeses, y contribuyen a la polarización de la opinión pública".
Johan Farkas, profesor adjunto de medios de comunicación de la Universidad de Copenhague, especializado en desinformación, está al tanto de este tipo de publicaciones, que también han circulado en medios rusos. Cree que la población groenlandesa, que habla principalmente groenlandés además de danés, difícilmente puede ser influenciada de este modo:
"Groenlandia es una comunidad muy pequeña y muy unida. En mi opinión, no es fácil llegar a ellos con cuentas falsas o medios similares que conocemos de otros programas de influencia electoral", afirmó Farkas en entrevista con DW.
La influencia de Musk y Trump
"Mi preocupación como investigador de la desinformación se refiere más a la influencia de la gran política: por ejemplo, que Elon Musk realizara entrevistas en directo con candidatos individuales, o Trump se pronunciara a favor de determinados candidatos, lo que claramente supondría una amenaza problemática para unas elecciones libres y justas", explica Farkas, aludiendo a las semanas previas a las elecciones alemanas, en las que Elon Musk mantuvo una entrevista en directo con la candidata a canciller por el partido AfD, y en las que el Vicepresidente de EU, JD Vance, pidió a los partidos alemanes que cooperen con este partido alemán de ultraderecha.
A pocos días de las elecciones del próximo martes, Farkas afirma que el peligro todavía no está conjurado. "Pero estaba más preocupado hace un mes que hoy".
¿Qué quieren los propios groenlandeses?
Los aproximadamente 57 mil groenlandeses tienen sus propios problemas que influyen en las elecciones: por ejemplo, qué recursos naturales deberían explotarse y si para ello habría que entregar concesiones a socios extranjeros.
Los ingresos procedentes de la minería también son un argumento para los partidarios de la independencia, porque, hasta ahora, alrededor de un tercio del presupuesto de Groenlandia es financiado por subvenciones danesas.
Para el Primer Ministro, Mute Egede, que se presenta a un segundo mandato, la independencia sigue siendo el objetivo declarado: "No queremos ser estadounidenses ni daneses, somos kalaallit". Los estadounidenses y su líder deben entenderlo", escribió Egede en Facebook después del discurso de Trump en el Congreso.
Esta situación se mantendrá después de las elecciones del 11 de marzo, afirma el experto en desinformación Johan Farkas: "Es importante ampliar nuestra perspectiva y reconocer que esta amenaza no desaparecerá simplemente después de las elecciones. Mientras sea un deseo declarado de los EU apoderarse de Groenlandia, el riesgo de tales campañas de influencia persistirá".




