La Máquina aplastó a los Whitecaps en casa y alcanzó al América como máximo ganador del torneo.
Por R. Alexander Núñez
Los Ángeles, 1 de junio (LaOpinión).- Cruz Azul no dejó lugar a dudas. En una noche soñada en el Estadio Universitario de la Ciudad de México, los dirigidos por Vicente Sánchez aplastaron 5-0 al Vancouver Whitecaps y levantaron su séptimo título en la Copa de Campeones de la Concacaf.
Con este resultado, el equipo cementero iguala al América como el club más ganador en la historia del certamen.
El partido se definió desde temprano. Antes de los 10 minutos, el uruguayo Ignacio Rivero, quien en las horas previas al encuentro celebró el nacimiento de su hijo, aprovechó un grave error en la salida del paraguayo Andrés Cubas para marcar el 1-0 con un potente zurdazo. Fue el inicio de una avalancha ofensiva que no dio tregua.
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A los 28 minutos, Lorenzo Faravelli amplió la ventaja con un golazo que puso en pie a todo el estadio. Nueve minutos después, Ángel Sepúlveda firmó el tercero y el primero en su cuenta personal.
Cerca del descanso, Mateusz Bogusz aprovechó un rebote en el borde del área y selló el 4-0 parcial que ya sentenciaba la final.
Y por si quedaban dudas, Sepúlveda volvió a aparecer apenas comenzando el segundo tiempo. El delantero mexicano anotó su noveno gol del torneo y cerró la goleada con el 5-0 definitivo.
Así, se consolidó como el máximo anotador de la competencia, superando incluso a Lionel Messi y Brian White, quienes se quedaron con cinco tantos.
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Dominio total de principio a fin
La Máquina no solo fue superior en el marcador, sino también en cada línea del campo. Su presión, control de balón y contundencia dejaron sin respuesta a un Vancouver que llegó con aspiraciones legítimas tras eliminar a tres equipos mexicanos y al Inter de Miami de Messi.
Pero esta vez, el equipo del danés Jasper Sorensen no encontró espacios ni solidez defensiva. Su zaga, liderada por Tristan Blackmon, fue superada una y otra vez por la movilidad de los mexicanos.




