
I
Amor: es una tarea interminable,
inicia con la primera letra del vocabulario
y de ahí para el real.
Así asciende montañas
y se pierde en los desiertos.
Se aventura con su coraje,
en ocasiones llamado pasión,
a navegar los mares
sin temor alguno.
Su desafío es la comprensión;
si logra realizar ese entendimiento
que trasciende los juegos inesperados
de las horas,
entonces,
su abrazo de la vida
expresa a plenitud
la razón del ser.
II
Sabe que el tiempo es un remolino
que pretende atrapar el devenir
y someter,
e incluso eliminar
el acontecer de la libertad;
atajando el presente
con la losa del pasado;
y borrando el mañana
con un gesto de inevitable.
III
El poder del amor es:
su esencial estar aquí,
en el cotidiano azoro
del más allá,
de quienes vencen
el temor ante el destino.
Su comprensión
también requiere
una dosis importante
de heroísmo:
el sacrificio del ego,
saber soltar
y descubrir
que el afuera
está dentro.
IV
¿Cómo permitir
que el tiempo
vuelva a respirar?
Rendija
Cómo detener esa sensación que se expande y nos advierte de un desgarramiento mayor, en el llamado sistema político mexicano (que cruje en sus cimientos) y que incluye también a la élite empresarial tradicional y la emergente. Se comienza a evidenciar la guerra civil que se intensifica en los medios y en las clases medias, sin sombra alguna de treguas y posibles entendimientos. Lo que ya es una avalancha inmisericorde de insultos y un machismo camuflajeado que se intensifica contra la Presidenta, sin importar si ella acierta o se equivoca.
Cómo concientizar que el drama es mundial, y que al menos en nuestra República podemos ser capaces de evitar que la violencia y la crueldad, imperen desde las mismas entrañas del lenguaje. Recuperar la palabra, su valor, su certeza, su poder de reunir.
Dejar los calificativos y retornar al verbo que convoca con fortaleza, es más que necesario. Requerimos cohesión, vasos comunicantes; el llamado tejido social somos nosotros, en nuestras tareas cotidianas, que lo escuchen en las alturas de la pirámide, antiquísima metáfora del poder.





