Tomás Calvillo Unna

El aroma psíquico del despertar

"Cómo detenernos, hacer un paréntesis, una pausa política, sociológica, que nos permita compartir a orillas del velocísimo cambio civilizatorio, que permea hasta los mismos poros de nuestros cuerpos sociales y personales".

Tomás Calvillo Unna

22/10/2025 - 12:04 am

“La seducción de la vida”
“La seducción de la vida” Pintura: Tomás Calvillo Unna

I

El tiempo
cabalga desbocado,
y henos aquí
absortos;
no terminamos de comprender,
y aun así
pretendemos dominarlo,
con un grotesco carnaval
de presunciones.

II

Los números de la Cábala dispersos;
ocultos en la multiplicación de las imágenes,
de una virtualidad endiosada
en su sagaz activismo,
al tratar de enterrar
la inevitable desaparición.
Esa fantasía de poseer
en el vasto laberinto
de un bosque de espejos.

III

Y nosotros,
amarrados por los años idos
sin dejar al mañana en paz,
ignoramos el presente;
su sabiduría innata,
la vitalidad exponencial
de su secrecía de eternidad,
que esculpe sin reparo
ni pretensión alguna,
el saber estar:
con la frente en el piso
al respirar la noche
en la habitación del corazón.

IV

Este palpitar
que sostiene la visión;
el timón de la fe
en la prodigiosa libertad
del agradecimiento:
su contundencia,
ante la incertidumbre
que nos cerca.

V

No perder el ritmo
en el caos,
ese es el ejercicio
y la disciplina.

Rendija

Cómo detenernos, hacer un paréntesis, una pausa política, sociológica, que nos permita compartir a orillas del velocísimo cambio civilizatorio, que permea hasta los mismos poros de nuestros cuerpos sociales y personales.

Entender mejor esta guerra sorda del día a día, donde la humanidad se ha convertido en un ejército cuyo uniforme, es la ambición inmisericorde del poder, en todas sus dimensiones posibles; convertidos en millones de actores y actrices sometidos al ritmo del dinero que aplasta y acalla.

Las luchas por la dignidad en todos los frentes, se ven asediadas, ya inició la guerra civil del 27, sólo hay que mirar con atención alrededor...

Tomás Calvillo Unna

Tomás Calvillo Unna

Lo dice el reportero