La revista científica Elsevier se retractó de un artículo publicado en el año 2000, en el que se aseguró que el uso de Roundup, cuyo principal ingrediente es el glifosato, era seguro en productos de consumo humano, debido a que éste fue solicitado directamente por la agroquímica Monsanto, con la finalidad de obtener beneficios comerciales.
Ciudad de México, 8 de diciembre (SinEmbargo).- Por generar un conflicto de intereses, la revista científica Elsevier retiró de su portal un artículo en el que desestimaba los riesgos por el uso un herbicida que contenía glifosato como ingrediente principal, el cual fue solicitado por la entonces empresa Monsanto, ahora propiedad de Bayer, sustancia que, se ha demostrado con base en múltiples estudios, se asocia a la aparición de cáncer, por lo que incluso Monsanto enfrenta varias demandas judiciales.
La revista se retractó de un artículo en el que se aseguró que el uso de Roundup, cuyo principal ingrediente es el glifosato, era seguro en productos de consumo humano, debido a que éste fue solicitado directamente por la agroquímica Monsanto, con la finalidad de obtener beneficios comerciales. El artículo fue retirado del portal de Elsevier luego de que salieron a la luz documentos que confirmaban el conflicto de interés que estaba detrás del artículo publicado en abril del año 2000.
Originalmente publicado en la revista Regulatory Toxicology and Pharmacology, que ya lo retiró de sus archivos, el artículo era utilizado por autoridades gubernamentales de diversos países para justificar y autorizar su uso en el sector agrícola. Sin embargo, luego de que se hicieran públicos varios documentos internos de Monsanto en los que se reveló que el artículo en cuestión no fue redactado por científicos, sino por empleados de la empresa agroquímica.

Los documentos que evidencian la acción intencional de Monsanto para favorecer sus intereses fueron expuestos durante los procedimientos judiciales que se emprendieron contra la agroquímica en Estados Unidos, en 2017, por la relación entre el uso de Roundup y el desarrollo de cáncer, lo que también ha despertado infinidad de críticas por la respuesta tardía que tuvo la revista científica ante las irregularidades publicadas sobre el artículo desde hace, al menos, ocho años.
A estas revelaciones se sumó una denuncia que se hizo desde el año 2002, en la que varios investigadores acusaron de un conflicto de intereses entre Monsanto y la revista científica, a la cual también señalaron de opacidad y de “ausencia de independencia editorial”. En este sentido, Lynn Goldman, de la Universidad George Washington y firmante de la misiva, sostuvo a la agencia noticiosa AFP que el argumento que brindó la publicación para retractar el artículo “coincide perfectamente” con lo que denunciaron hace 23 años.
Martin van den Berg, Ph.D., coeditor jefe de la revista Toxicología y Farmacología Regulatoria, destacó que el artículo fue artículo retractado de sus archivos tras plantearse varias “inquietudes” sobre la autoría del mencionado artículo, el patrocinador del estudio y los posibles “conflictos de intereses” que estaban detrás de éste, así como el contexto que permitió los “hallazgos de la investigación”, que contribuyó a la “tergiversación de las contribuciones de los autores”.
Por ello, incluso, se solicitó la postura del profesor Gary M. Williams, el único autor del artículo que aún sobrevive, sin que, hasta el momento, haya alguna respuesta por parte de éste, por lo que se procedió a retractar formalmente el artículo de la revista científica, detalló Van den Berg. “Esta decisión se ha tomado tras una cuidadosa consideración de las directrices de COPE y una investigación exhaustiva de las circunstancias que rodean la autoría y el contenido de este artículo, y ante la falta de respuesta a los hallazgos”, dijo.
En la retracción, el coeditor jefe explicó que se llegó a esa determinación luego de que el artículo presentó “varios aspectos críticos” que socavaron “la integridad académica” y las conclusiones del mismo. Por ejemplo, las conclusiones que se expusieron respecto a la carcinogenicidad del glifosato sólo incluyó “estudios inéditos de Monsanto”, en los que no se contempló el potencial cancerígeno de esa sustancia, sin tomar en cuenta a otros autores, por lo que la objetividad de las conclusiones se consideró cuestionable.
“Las conclusiones sobre la no carcinogenicidad del glifosato o el Roundup en este artículo se limitan únicamente a los estudios de Monsanto y dificultan una conclusión general, como sugieren los autores”, señaló Van den Berg en la retracción, en la que hizo mención de otros artículos en los que se aborda la carcinogenicidad y toxicidad alimentaria.

También mencionó el litigio que se llevó a cabo en Estados Unidos en el que se reveló que empleados de Monsanto “podrían haber contribuido a la redacción del artículo sin el debido reconocimiento como coautores”, aunque no se hace mención explícita de ellos “en la sección de agradecimientos”, lo que se traduce en una falta de ética e integridad por parte de la academia “respecto a la independencia y la responsabilidad de los autores de este artículo”, así como la falta de objetividad “de los estudios de carcinogenicidad presentados”.
“Las aparentes contribuciones de los empleados de Monsanto como coautores de este artículo no se mencionaron explícitamente en la sección de agradecimientos. Esta omisión sugiere que los autores podrían haber tergiversado sus funciones únicas y la naturaleza colaborativa del trabajo presentado. La omisión de revelar la participación del personal de Monsanto en el proceso de redacción compromete la independencia académica de los hallazgos y conclusiones presentados en el artículo sobre carcinogenicidad”, señala la retracción.
También durante el litigio se reveló que hubo una presunta “compensación financiera” por parte de Monsanto hacia los autores del artículo, hecho que, se subrayó, “plantea importantes preocupaciones éticas y pone en tela de juicio la aparente objetividad académica de los autores en esta publicación [la que fue eliminada de los archivos de la revista Toxicología y Farmacología Regulatoria], inquietudes y preguntas que no han sido respondidas”.
A esto se suma la “ambigüedad en los hallazgos de la investigación”, debido a que las partes del artículo que habrían sido escritas por empleados de Monsanto carecen de claridad, lo que “genera incertidumbre sobre la integridad de las conclusiones extraídas”, particularmente en donde se asegura que sobre “la ausencia de carcinogenicidad asociada al glifosato o a su formulación técnica” en el producto Roundup. “No está claro en qué medida las conclusiones de los autores fueron influenciadas por contribuciones externas de Monsanto sin los debidos reconocimientos”, se enfatizó en la retracción.
Además, se consideró que hubo un sesgo en el enfoque con el que se escribió el artículo, ya que, pese a lo sólida que sea la metodología, no se hicieron públicas las contribuciones de los empleados de Monsanto ni se incluyeron “otros estudios existentes de carcinogenicidad a largo plazo”, lo que resulta en una distorsión de la interpretación de los datos. “Por lo tanto, el análisis crítico que los autores realizan de estudios publicados y no publicados debe interpretarse con cautela”, enfatiza la retracción.
La retracción también destacó que el artículo ya eliminado contribuyó significativamente “en la toma de decisiones regulatorias sobre el glifosato y el Roundup durante décadas” en varios países, debido a “su carácter fundamental” que se contempló para “la evaluación de la seguridad del glifosato”. “Las preocupaciones aquí especificadas justifican esta retractación para preservar la integridad científica de la revista”, destacó el coeditor jefe de la revista Toxicología y Farmacología Regulatoria.

El Gobierno de México, a través de un comunicado que publicó el 13 de octubre de 2023, explicó que el glifosato es “el herbicida más usado en todo el mundo”, ya que se aplica en los campos de cultivo para eliminar de manera total a la denominada “maleza, incluyendo a quelites y verdolagas”. No obstante, subrayó que la exposición a este herbicida se asocia “con graves riesgos a la salud, contamina el aire, suelo y agua”.
“Tras revisar cerca de mil estudios científicos, en 2015, la Organización Mundial de la Salud clasificó a este herbicida como probable cancerígeno para humanos. La contaminación con glifosato en el campo y las aguas se relaciona con daños a peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, así como la muerte de insectos benéficos como las abejas”, reiteró el Gobierno de México.
Se ha comprobado plenamente el uso de glifosato en los cultivos de maíz transgénico, que el Gobierno de México intenta prohibir, lo cual “expone a graves riesgos la salud humana y la preservación del ambiente”. Incluso se identificó que el uso de ese herbicida en Estados Unidos y Canadá redujo la presencia de algodoncillo, un refugio natural para la mariposa monarca, lo que dificulta la sobrevivencia de esta especie durante su recorrido a México.


