Diego Petersen Farah

Sindicalismo y crimen organizado

"La facilidad con la que el crimen organizado ha penetrado los sindicatos en México tiene que ver fundamentalmente con la falta de transparencia. Una buena parte de los sindicatos en nuestro país están vinculados al poder en turno, prestan servicios de control político y electoral a cambio de una especie de patente de corso".

Diego Petersen Farah

12/12/2025 - 12:02 am

CATEM
"El Limones", jefe de plaza de un grupo afín a 'La Mayiza', y Pedro Haces, líder de la CATEM, quien negó conocerlo. Foto: Especial

La detención de Edgar Rodríguez Ortiz, el “Limones” o el “Cítrico”, vuelve a poner sobre la mesa un asunto cada día más delicado en el país: los vínculos de algunos sindicatos con el crimen organizado. Hace unos meses en Jalisco fue detenido Nazario Ramírez, otro líder sindical, por motivos similares. El “Limones” operaba en Durango, particularmente en la zona de la Laguna, para una fracción del Cártel de Sinaloa y estaba vinculado a la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, la CATEM, el sindicato preferido de la llamada Cuarta Transformación y cuyo líder, Pedro Haces, no sólo es Diputado por Morena sino uno de los operadores más importantes de Ricardo Monreal en la Cámara baja. Nazario Ramírez operaba para el Cártel Jalisco Nueva Generación, perteneció a la CTM, controlaba la obra pública y la venta de materiales de construcción, y trabajaba por igual con gobiernos de Movimiento Ciudadano en Jalisco que con el de Morena en Puebla 

Ambos casos comparten elementos comunes: un cártel, una central obrera, un líder sindical que se llama a engaño, montones de empresas extorsionadas y políticos en edad de merecer que se tomaron fotos a rabiar con estos personajes oscuros para luego negarlos tres veces antes de que cantara el gallo.

Los vínculos de sindicatos con el crimen organizado no son nuevos en México ni en el mundo. El caso de Jimmy Hoffa es quizá el más conocido, pues su historia fue llevada al cine, sin embargo, tanto en Estados Unidos como en Italia, Brasil, Rusia o México la relación entre el crimen organizado y los sindicatos está vinculado a la extorsión y el control de algunos negocios como construcción, recolección de basura, transporte y operación de puertos, entre otros. 

La facilidad con la que el crimen organizado ha penetrado los sindicatos en México tiene que ver fundamentalmente con la falta de transparencia. Una buena parte de los sindicatos en nuestro país están vinculados al poder en turno, prestan servicios de control político y electoral a cambio de una especie de patente de corso. No es gratuito que haya tantos líderes sindicales convertidos en verdaderos potentados, el caso más reciente y evidente es el de Pedro Haces, pero antes están Romero Deschamps en el sindicato de Pemex, Elba Esther Gordillo, en el sindicato de Educación, protegida primero por el PRI y luego por el PAN, o el hoy también célebre miembro de la 4T, el líder del sindicato de mineros que nunca ha tomado un pico o una pala, Napoleón Gómez Urrutia.

La penetración en los sindicatos es una señal, una más, de cómo el crimen organizado ha tomado el control de territorios y rentas, mucho más allá del tráfico de drogas. Sí, el narcotráfico sigue siendo importante para los cárteles, pero cada vez menos. Las rentas del crimen hoy las ponemos los mexicanos sea de manera directa, por extorsión, o indirecta, a través el incremento de costos de bienes y servicios que controla la mafia por diferentes vías, una de ellas, los sindicatos.

Diego Petersen Farah

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