Ciudad de México, 10 may (Sin Embargo).- Cuatro chicas universitarias planean pagar su viaje de spring break (vacaciones de primavera) robando una tienda de comida rápida.
En una gran fiesta en el cuarto de un hotel, la diversión llega a su límite y las chicas son arrestadas y llevadas a la cárcel. Con la resaca de la fiesta y vistiendo solo sus bikinis, se presentan frente a un juez y su fianza es cubierta inesperadamente por Alien (James Franco), un rufián local que las empieza a proteger y las lleva por el más salvaje viaje de spring break de la historia.
Áspero por fuera pero con un lado suave en el interior, Alien se gana los corazones de las jóvenes (bueno, el muchacho tiene la pinta de James Franco, hay que decirlo).
Esa es la sinopsis de Spring Breakers: Viviendo al límite, la película de Harmony Korine que se encuentra en cartel en México y que constituye, según el cineasta, “el filme más mainstream que hice hasta ahora”.
Harmony Korine nació en California en 1973 y debutó como guionista a los 22, en 1995 con Kids, una cruda postal de la adolescencia contemporánea, dirigida por Larry Clark.
La primera película de Korine fue Gummo, de 1997, un filme perturbador y escandaloso protagonizado por desconocidos actores del under y que lo puso en el ojo del huracán, dándole seguramente la cuota necesaria de celebridad como para poder hacerse cargo ahora de un filme con estrellas de “a de veras”.
Selena Gómez y Vanessa Hudgens y el citado James Franco dan vida a unas vacaciones más que locas, donde el sexo, las drogas, las armas y la música construyen un escenario dislocado donde las líneas morales brillan por su ausencia, quedando las conclusiones a cargo del espectador.
“No es la clase de película en la que se le da todo servido, un acontecimiento conduce a otro y se lo va guiando como en una línea de puntos”, dijo Korine en entrevista, al tiempo que reconoce que el tema tratado en Spring Breakers es fácil de condenar o celebrar.
“Las cosas suelen presentarse más mezcladas en la realidad. Yo no quería hacer ni una cosa ni la otra. Los personajes, lo que se muestra, pueden ser tan condenables como celebrables. Ser joven es tener las hormonas revolucionadas, la adolescencia es una edad en la que si algo se desea es quebrar los límites, morales y de todo tipo. La idea era compartir esa energía, sin perder de vista que en ocasiones los personajes pueden equivocarse en sus elecciones, o pasarse de revoluciones. Pero eso nos pasa a todos, ¿no?”, afirmó al periodista Stephanie Wright.
“Nunca he dado lecciones a nadie. No espero asustar a ningún padre. Es sencillamente mi reinterpretación de una cultura, de un momento. Obviamente, yo he escrito esos personajes y quiero que el espectador sienta lo que ellos, pero no deja de ser una estilización fílmica de lo que ocurre”. Con colores flúor, electrónica salvaje y cuerpos perfectos”, explicó al periódico El País.
UN BLANCO QUE SE COMPORTA COMO UN NEGRO
En este punto hay que admitir que una de las claves determinantes para que el actor James Franco, uno de los más solicitados por directores de todo tipo, aceptara para participar en Spring Breakers, fue el hecho de que Harmony Korine fuera el director.
En el filme, el protagonista de 127 horas encarna “a un blanco que se comporta como un gángster negro, un sociópata medio ridículo y medio fascinante, un tipo que no se sabe si es “pesado” o se hace. Consultamos mucho material, vimos videos, clips, escuchamos grabaciones, revisamos fotos de tipos así, y James fue absorbiendo todo como una esponja durante ese tiempo, hasta que el personaje salió”, cuenta Korine.
En el rodaje del filme Franco ha demostrado tener muy buen sentido del humor y a su imagen perennemente fría le agregó unos videos en plan tonto en los que hizo playback sobre canciones de Selena Gómez y Rihanna.
El también estudiante universitario, poeta y amante de las bellas artes, se dejó contagiar por los ritmos pegajosos de “Love you like a love song” y apareció cantando a la perfección el coro de la canción y también colgó otro video en el que disfruta el hit de Rihanna, “You da one”.
Nadie esperaba que un actor tan culto sobresaliera en el aligerado universo del pop femenino, pero a los 33 años se muestra suelto, divertido y sus encuentros con Selena y Vanessa parecen haberlo sacado un poco de su atildado mundillo intelectual.
El rodaje de Spring Breakers se llevó a cabo en Miami y para la ocasión Franco muestra una gran cantidad de tatuajes, trenzas en el pelo y un collar del que pende una hoja de marihuana.
El soundtrack de la película ocupa un lugar central.
“Buscamos hacer spoken word mezclado con audiovisuales en el que se reflejen diferentes voces en una sola canción de cinco minutos. Mi intención no es ganar un Grammy. Eso lo dejo para Beyoncé”, dijo honestamente Franco a la Rolling Stone.
“ Quería que la banda de sonido tuviera muchos cambios de tono, que es lo que sucede con la película en su conjunto. Que por momentos fuera grandilocuente, en otros como de trance, y a la vez no debía perder su carácter pop. Por suerte Cliff Martínez, que compuso la banda de sonido de Drive, lo entendió perfectamente”, explicó Korine.
“Lo que quería hacer es una reinterpretación en clave impresionista de ese mundo de diversión y cultura consumista. No quise hacer un ensayo ni un documental, preferí encararlo como una experiencia parecida al viaje que uno hace con las drogas. Buscaba algo puro y honesto y sobre todo que no se agote desde una sola perspectiva”, concluye el director.
