
Ciudad de México, 18 de marzo (SinEmbargo).– En el marco del aniversario de la Expropiación Petrolera es importante recordar los efectos que la explotación del petróleo y sus derivados causan en el medio ambiente. En especial, si se tiene en cuenta el número de personas en el país que dependen de un vehículo impulsado por hidrocarburos para poder realizar sus actividades diarias y en donde se estima que existen 275 automóviles por cada mil individuos.
Actualmente, hay más productos derivados del petróleo que 30 años atrás. Sin embargo, el petróleo es un recurso no renovable y eventualmente se agotará. A pesar de esto, existen países cuya dependencia de este combustible fósil es tal que difícilmente renunciarán a su consumo.
Un informe divulgado por Global Carbon del Centro Tyndall para la Investigación del Cambio Climático en la Universidad de East Anglia, Reino Unido, señaló a finales de 2013 que las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) aumentaron de nuevo en el 2012, alcanzando una cifra récord estimada en 35 mil 600 millones de toneladas, a partir de los últimos cálculos realizados por los científicos de este proyecto.
Por otra parte, los mayores responsables de las emisiones de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles en 2012 fueron China (27 por ciento), Estados Unidos (14 por ciento) y la Unión Europea (10 por ciento).
De acuerdo con los datos del Inventario Nacional de Emisiones, en 1999 en México se emiten 40.5 millones de toneladas de contaminantes a la atmósfera, de los cuales 42 por ciento fueron emitidos por actividades humanas, que van desde las más comunes como la contaminación causada por automotores, hasta las emisiones contaminantes de fábricas.
En México, las emisiones de CO2 contribuyen con el 66 por ciento del total de los Gases de Efecto Invernadero (GE), y durante los últimos 20 años crecieron 24 por ciento. De estas, la generación eléctrica representa el 23 por ciento y el transporte el 31 por ciento, de cuyo total tan sólo el 95 por ciento de los gases es generado por vehículos automotores, de acuerdo con la Dirección de Análisis Económico y Administración Integral de Riesgo de CI Banco.
En la actualidad, los combustibles fósiles aún suministran casi el 80 por ciento del total de energía que utiliza el mundo. No obstante, la demanda energética crece a medida que los países se industrializan más y sus poblaciones aumentan, por lo tanto, la cultura de consumo es uno de los principales obstáculos en materia energética.
En el país, como en muchas otras partes del mundo, aunque no han estado en el mismo nivel de la agenda pública, existen otros recursos naturales que también son fundamentales para la vida humana, como el agua y la electricidad y que no han sido discutidos en profundidad. Sin embargo, no todos son lo suficientemente seguras o viables para su aplicación debido a causas diversas que van desde falta de tecnología adecuada o de infraestructura. A continuación cinco alternativas energéticas que aún no han sido debidamente explotadas en el país.
1. Energía nuclear

Las plantas de energía nuclear suministran actualmente el 17 por ciento de la electricidad mundial y tienen la ventaja de poder generar grandes cantidades de energía, sin emitir gases de efecto invernadero, además de de no depender del clima. Sin embargo, los residuos de las plantas nucleares pueden seguir siendo tóxicos durante siglos y no hay una manera segura de almacenarlos.
México, por su parte, sólo genera 4 por ciento de la energía a través de tecnología nuclear, obtenida de la planta de Laguna Verde, en Veracruz, que funciona, como otros reactores nucleares, por medio de fisión nuclear. Ante tal rezago, expertos como el doctor Gustavo Alonso Vargas, investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, propone tomar la producción de energía nuclear como un vector alterno a la dependencia tanto de hidrocarburos como de gas.
2. Energía eólica
Las turbinas de viento, utilizan energía para generar electricidad y son una versión actualizada de los molinos de viento utilizados para sacar agua o moler granos en épocas pasadas. Además tiene tres puntos que la colocan como la favorita de muchos entusiastas de las fuentes de energías alternativas: es segura, inagotable y gratis.
Sin embargo, su utilización cuenta con algunos inconvenientes técnicos que van de lo estético hasta afectaciones a la vida silvestre, debido a las grandes dimensiones de estas instalaciones.
En el país, estos esfuerzos se han centralizado en Oaxaca, quien aporta el 90 por ciento de la energía eólica. Sin embargo, la falta de recursos ha sido uno de los principales argumentos para poner trabas a los parques eólicos.
3. Energía solar

La energía solar es mucha veces usada para accesorios electrónicos portátiles. Así mismo, los paneles solares también son utilizadas algunas veces sobre los techos de las viviendas para suministrar electricidad de uso doméstico. De igual manera, se trata de una de las pocas tecnologías renovables que pueden ser integradas al paisaje urbano.
Las células fotovoltaicas han bajado su precio considerablemente en los últimos años y se espera que disminuya aún más a medida que aumente su producción en masa. No obstante, pese a que México subió al lugar número 19 del ranking mundial de los 20 principales países del mundo con parques solares grandes, lo cierto es que sólo cuenta con un parque solar de 39 megawatts, lo que revela que el país no ha hecho su mayor esfuerzo al respecto.
4. Bioenergía
Esta alternativa suministra más del 90 por ciento del total de energía que necesitan Nepal y Malawi, y del 25 al 50 por ciento en países altamente industrializados como China, India y Brasil. Se produce al quemar biomasa, materia orgánica como madera o plantas. Sin embargo, a pesar de que emite muy poco dióxido de carbono y de ser superior a los métodos alternativos para eliminar desechos, representa una alta inversión de capital y rentabilidad a largo plazo.
Por otra parte, en el caso de nuestro país, este le da la espalda a esta alternativa, dijo en 2012 Omar Masera Cerutti, integrante del Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIEco) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esto, a pesar de que en la República existe un potencial muy grande al respecto, pues la bioenergía podría satisfacer la mitad de las necesidades nacionales, dado que está distribuida en los diferentes tipos de clima y en la cantidad de residuos orgánicos que se generan, publicó entonces la universidad en un boletín.
5. Energía geotérmica

En este caso, la energía proviene del calor emanado del centro de la tierra. Es prácticamente libre de contaminación y renovable. Sin embargo, cuesta dos o tres veces más que el sistema de calefacción normal, y está limitada a zonas con actividad tectónica.
Mientras que en el mundo existen países como Islandia, en donde casi todos los edificios reciben calefacción de esta forma, en México, las barreras financieras que frenan el desarrollo de proyectos de energía geotérmica por parte del sector privado. No obstante, la necesidad de ampliar el repertorio de fuentes de energía para el sector eléctrico en México, puede hacer la geotermia juegue en el futuro un papel clave para asegurar esta diversificación con fuentes de baja emisión de gases de efecto invernadero.




