La subjetividad hace temblar a los gigantes mediáticos, Suroosh Alvi, cofundador de VICE

12/10/2014 - 12:00 am

Suroosh Alvi durante su breve paso por la capital mexicana, en donde además dio una plática sobre medios digitales. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo MX
Suroosh Alvi durante su breve paso por la capital mexicana, en donde además dio una plática sobre medios digitales. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).- El nombre VICE cada vez se hace más omnipresente a medida que pasa el tiempo. Cada vez es más difícil encontrar a alguien que no sepa o haya visto alguna vez alguna nota, reportaje o video en donde este nombre no se encuentre involucrado. Se trata de algo más que un boom y ahora es una realidad. VICE ahora se encuentra metido en el negocio de las noticias duras.

“Nuestra audiencia ha crecido exponencialmente en los últimos años, entonces también cuando tienes una audiencia mucho más grande, tienes también una responsabilidad de respaldar lo que estás sacando", dijo en entrevista a SinEmbargo.mx, Suroosh Alvi, co fundador de este conglomerado editorial conformado por publicaciones impresas, canales de video y páginas web que inició hace más de 15 años como un medio gratuito en Canadá.

Las palabras de Alvi sólo reiteran lo evidente. En menos de 10 años, Vice se convirtió en el gran rival de gigantes mediáticos como CNN, Al Jazeera y The New York Times, por citar a algunos. Y es en particular con este último con quien sostiene en los últimos meses una especie de guerra fría que ejemplifica a la perfección el caso típico del macho alfa conoce al nuevo chico de la cuadra.

Es aquí donde resalta la postura de David Carr, columnista del diario neoyorquino, quien hace poco se volvió el protagonista de un video viral en donde interpela a los jefes de VICE por su manera particular de hacer periodismo y lo menosprecia al equipararlo con "ponerse un sombrero de safari y mirar a una popó", como escribió Dylan Byers para Politico.

Los peros no se detienen ahí y el crítico de televisión Mike Hale hace hincapié en otro aspecto característico de los reportajes de esta compañía multimedia que para muchos es un sello distintivo y para otros es su gran defecto.

"El problema con VICE no es su engrandecimiento insistente pero sí su bobería excesiva. Es periodismo en la intersección de poca profundidad y crédula, donde se reúnen con un choque de palmas y comparan los tatuajes. Tenemos caminatas y entrevistas, aunque muy poca información. El reportaje de Filipinas contiene estadísticas sin fuentes sobre asesinatos políticos, pero no hay discusión de los efectos de la pobreza o el legado de la colonización americana", dice Hale.

"Lo que hacemos, esencialmente, es contar historias”, dice Suroosh. Esto es bastante evidente, y ha sido un elemento que caracteriza a todo lo que lleva el nombre de Vice. "Puede ser documental, puede ser reportaje", agrega Alvi, “pero definitivamente, lo que tratamos de hacer es comunicar información de una manera interesante. No ser aburridos”. No obstante, reconoce que hay que ajustarse a lo que su proyecto comienza a representar: un medio serio que ahora compite mano a mano con los dioses del Olimpo informativo.

Sin embargo, y como constantemente nos lo repiten hasta el cansancio los cómics de Spiderman: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".

“Es un reto, a medida que nos volvemos más grandes y tenemos que hacer un balance. No queremos perder eso de dónde venimos”, continúa Alvi, indicando además que esa personalidad, esa parte subjetiva siempre va estar presente. "Si observas, por ejemplo, el programa que tenemos en HBO, las cosas cambiaron un poco. Sí es más objetivo, algo más de información, pero siempre queremos mantener esa parte que hace nuestro contenido especial".

EL ESTILO VICE

"La credibilidad es todo cuando estás hablando de noticias. La teníamos a nivel calle, pero si nos queremos convertir en una fuente legítima y respetada de noticias entonces tenemos que tener esa credibilidad”, agrega.

Con la aparición de Vice  en el sector de "hard news", las críticas por parte de medios tradicionales no tardaron en llegar. Foto: Francisco Cañedo, Sin Embargo MX
Con la aparición de VICE en el sector de "hard news", las críticas por parte de medios tradicionales no tardaron en llegar. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

La irrupción de VICE en los llamados medios "serios", ha levantado ámpula entre los periodistas más tradicionales y pueden estar en lo cierto. Vice no se inserta en los parámetros tradicionales del periodismo clásico, aunque tampoco es su intención.

“Creo que nunca aspiramos ser periodistas tradicionales en un modo objetivo. Nunca fue nuestra meta en la vida ni el punto de la revista”, dice Suroosh. Esto se refleja en la manera en la que los reporteros abordan los temas que tratan, "haciéndolos más personales". Un aspecto que –de acuerdo con el creativo– ha despertado el interés de las población, sobre todo de los más jóvenes.

Alvi junto con Shane Smith y Gavin McInnes lanzaron VICE en 1994, en Canada, con el nombre de Voice of Montreal, con la financiación del gobierno, y la intención de ofrecer trabajo y un servicio a la comunidad. Dos décadas después, cuenta con 36 oficinas en el mundo y se convirtió en una red multimedia que cuenta con una fuente exclusiva de video online original, una red internacional de canales digitales, un estudio de producción de televisión y largometrajes, una revista, una discográfica y una división editorial.

“Desde el día uno, desde que comenzamos la revista, antes de que tomáramos una cámara y que empezáramos a hacer noticias, nuestra meta era que las historias que contamos siempre tuvieran un ángulo distinto", agrega. “Creo que la subjetividad está bien”.

Quizás la voz en off que abre cada uno de los programas de VICE en HBO lo sintetiza de manera más precisa. "El mundo está cambiando, nadie sabe hacia dónde va; pero nosotros estaremos ahí cubriendo las noticias... Cultura y política que exponen lo absurdo de la condición moderna. Este es el mundo a través de nuestros ojos". Puede sonar como un epitafio desesperanzador, aunque también puede que se trate de un aviso de cómo van a ser las cosas en los medios a partir de ahora. Todo depende de como se mire.

Ramiro Rivera

Lo dice el reportero