Por la muerte de una paciente de 38 años de edad que estaba embarazada en un hospital del IMSS en Querétaro, la CNDH emitió una recomendación dirigida al titular de ese Instituto, José Antonio González Anaya.
Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió ayer una recomendación al titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), José Antonio González Anaya, por la muerte de una mujer embarazada en un hospital de San Juan del Río, en Querétaro.
En la recomendación 39/2015, se especifica que la mujer, de 38 años, teñía 35 semanas de embarazo y falleció por “omisiones atribuibles a personal del Hospital General de Zona 3 en San Juan del Río, Querétaro”.
“Este Organismo Nacional halló evidencias suficientes para acreditar violaciones al derecho a la protección de la salud materna y a la vida en agravio de la mujer, atribuibles al personal del nosocomio”, agrega el documento.
La recomendación pide al titular del IMSS reparar los daños al esposo de la víctima, de la que no menciona el nombre, y a sus tres hijos, incluyendo el pago de una compensación, así como la atención psicológica que sea necesaria.
El documento refiere que el 27 de julio de 2013, la mujer ingresó al área de Urgencias del hospital con un ligero sangrado, por lo que se ordenó que fuera internada, porque, según se le informó a su esposo, al día siguiente se le practicaría un ultrasonido.
La mañana siguiente, su esposo la visitó brevemente y se retiró tras comprobar que estaba bien y que se había detenido el sangrado. Sin embargo, al regresar, el mismo día por la tarde, le informaron que había fallecido.
Los médicos le explicaron que le habían practicado una cesárea vía abdominal para que naciera el bebé, en la que presentó una hemorragia que “por falta de pericia no pudo ser identificada ni controlada, que la llevó a sufrir tres paros cardiorrespiratorios, que ocasionaron su muerte”.
La CNDH observó que desde el momento en que ingresó la mujer al hospital hasta que fue sometida ala cesárea hubo diagnósticos incompletos y retraso en la atención, a pesar de que el bebé nació en buenas condiciones.
“Con base en los dictámenes médicos, esta comisión nacional estableció que transcurrieron 16 horas desde que la mujer fue hospitalizada hasta que se realizó el ultrasonido, por lo que hubo un retraso en el diagnóstico de certeza”, destaca.
“Los médicos, de quienes en algunas notas médicas no existe nombre completo, hora, revisiones, estudios de laboratorio y de histopatología, subestimaron el manejo médico de la agraviada, al no tomar en consideración que el ultrasonido evidenció la presencia de placenta previa”.
