El estudio sugiere que las rayas no proporcionan camuflaje en zonas boscosas, donde se había teorizado anteriormente que las rayas negras imitaban troncos de los árboles y que las rayas blancas se mezclaban con ejes de la luz a través de los árboles.

Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo).- Por más de 100 años, el enigma del por qué las cebras tienen rayas blancas y negras había provocado que muchas teorías se centraran en que el color característicos de esto animales se debiera a un proceso evolutivo que ayudaba a esta especie a protegerse de grandes depredadores.
Sin embargo, el estudio más reciente sobre este fenómeno denominado cripsis refuta que las rayas sean utilizadas como camuflaje.
Científicos de la Universidad de Calgary y la Universidad de California Davis analizaron a través de filtros especiales y de color algunas imágenes de las cebras, que simulaban la apariencia de éstas ante sus principales depredadores (leones y hienas manchadas).
Además, calcularon la distancia en la que los leones y las hienas -así como otras cebras- podían confundir las rayas blancas y negras con el fondo visual, por lo que concluyeron que las rayas no fungen como camuflaje puesto que son percibidas por su silueta, olor corporal o ruido de sus movimientos.
El estudio, publicado recientemente por la revista PLOS One, revela que más allá de 50 metros de la luz del día o 30 metros en el crepúsculo, cuando la mayoría de los depredadores cazan, las cebras pueden ser vistas por los seres humanos, pero son difíciles para los depredadores de esta especia para distinguir.
Y en las noches sin luna, las rayas son especialmente difíciles de distinguir más allá de nueve metros para todas las especies. Esto sugiere que las rayas no proporcionan camuflaje en zonas boscosas, donde había antes teorizado que las rayas negras imitaban troncos de los árboles y las rayas blancas mezcladas con ejes de la luz a través de los árboles.
Esto sugiere que las rayas no proporcionan camuflaje en zonas boscosas, donde se había teorizado anteriormente que las rayas negras imitaban troncos de los árboles y que las rayas blancas se mezclaban con ejes de la luz a través de los árboles.
“Los resultados de este nuevo estudio no proporcionan ningún apoyo a la idea de que las rayas de la cebra proporcionan algún tipo de efecto de camuflaje anti-depredador”, dijo Tim Caro, profesor de la Universidad de California en Davis y coautor del estudio.




